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OPINIÓN - JUEVES, 12 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / SNIPER

La “Memoria Histórica” desde Marruecos
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Estos días un juez español de moda, el afamado Garzón, ha pasado discretamente por Rabat donde, recientemente, el “Centro de la Memora Común y el Porvenir” presidido por Abdesalam Butayeb se ha sumado a la iniciativa sobre la recuperación de la memoria histórica del Presidente Rodríguez Zapatero, lanzada oficialmente como Ley con la idea de zanjar las controversias sobre la Guerra Civil y hacer definitivamente justicia con el lado perdedor, la II República, en 1939. Desde Marruecos se ha recogido el guante con la idea de recuperar el auténtico rol desempeñado por “los moros de Franco”, sus avatares en el frente y su destino final, intentando recuperar su imagen de negativos estereotipos.

También precisamente a finales de febrero tendrá lugar en Tetuán un importante congreso internacional sobre el particular, del que tuve ocasión de hablar el pasado sábado con uno de sus animadores en la sombra, mi buen amigo Ahmed M. Megara, quien de paso y con la generosidad que le caracteriza me dedicó su última publicación, “Tetuaníes en Madrid”. En el encuentro y entre otros eventos se proyectará el premiado documental “Los Perdedores”, del prestigioso cineasta rifeño afincado en Berlín Driss Deiback, que pasa a engrosar las fuentes de que dispongo: algunos modestos testimonios audiovisuales obtenidos aquí y allá; un viejo libro del teniente coronel Ángel Domenech, “Un oficial entre moros”, publicado en Larache en 1948 por la Editora Marroquí; “La actitud de los moros ante el Alzamiento: Marruecos, 1936” (1997), de mi viejo amigo y en gran parte maestro Mohamed Ibn Azzuz Hakim; “El Cuerpo de Ejército Marroquí en la Guerra Civil Española”, tesis doctoral (Univ. de Granada, 2000) del profesor Mustafá El Merroun, con el que tengo coincidido en alguna mesa redonda (la última vez nos encontramos en Rabat); “Los moros que trajo Franco…” (2002), valiosa obra aunque con sesgada tendencia de la historiadora Rosa de Madariaga; y finalmente “Abrazo mortal” (2002), de S. Balfour. Realmente, hay todavía muchas sombras por despejar.

Siempre está bien hablar si se trata de cicatrizar heridas, aunque bien pudiera ser que el encuentro de Tetuán sirva también para atizar algunas reivindicaciones buscando incluir, como “víctimas del Franquismo ” en la controvertida “Ley sobre la Memoria Histórica”, a los miles de marroquíes (y sus descendientes) que lucharon por un sinfín de motivos -muriendo muchos- en las filas del llamado Ejército Nacional. “Solo la muerte impera y os aguarda con el supremo engaño irrevocable”, cantaba en 1938 con bellas estrofas dedicadas “a los muchachos moros caídos ante Madrid” el poeta republicano Juan Gil Albert. Aquí, en la ciudad querida, quizás no muchos sepan que un prestigioso oficial moro, rifeño para más señas, estuvo al frente entre 1950 y 1953 de la Comandancia General de Ceuta: el general Mohamed Ben Mizzian que, las vueltas que da la vida, tras la independencia de Marruecos en 1956 ocuparía el primer puesto como mariscal, tras Mohamed V, de las nacientes FAR (Fuerzas Armadas Reales). “Y cuando florezcan los rosales de la victoria, nosotros os entregaremos sus mejores flores”, declamaba Franco en Sevilla el 2 de abril de 1937 ante más de dos mil marroquíes vueltos de la peregrinación a La Meca… En mi querida Asturias, el viejo “cementerio moro” de Luarca languidece con sus tumbas, hincadas entre la hiedra, los pinos y las brumas…
 

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