PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 15 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Mabel Deu
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Es evidente mi inclinación afectiva favorable y espontánea por la consejera de Cultura. Y en vista de que lo expresado está registrado en el diccionario, en su primera acepción, como concepto de simpatía, la mía por ella no admite dudas. Y eso es algo inevitable.

Lo cual no ha sido obstáculo para que otrora no me temblara el pulso al tener que criticarla con tintes ásperos, por mor de actuaciones suyas que me parecían reprochables. De hecho, hubo una época en la cual le dediqué varias parrafadas que lograron hacer mella en su ánimo. Y me consta que las encajó tan sorprendida como dolida. Si bien supo estar la altura de las circunstancias.

A Mabel Deu, pese a esa simpatía que le profeso, suelo verla yo muy poco y, por ende, debo decir que hablamos de higos a brevas. Así que cuando coincidimos dos veces seguidas en el intervalo de una semana, ella se muestre dispuesta a soportar el relato de mis historias de andar por casa. Con lo cual ya tiene no sólo el cielo ganado, sino también el derecho a que yo me trabaje una columna dedicada a ella.

La pasada semana se dio el caso antedicho: nos vimos en dos ocasiones. En la primera tuve tiempo de bombardearla a ella y a su marido, Jaime, con anécdotas varias, que ellos soportaron con ese estoicismo educado que se lleva ya tan poco. En la segunda, ya en plan profesional, traté de tirarle de la lengua a ver si conseguía que de su boca saliera algo desconocido para mí. Mas nanay de la China. No hubo manera de que me pusiera al tanto de alguna situación con la que yo pudiera darme pote en este espacio. Y hasta me di cuenta por su lenguaje corporal, momentáneo y adrede -cruce de brazos y mirada hacia el techo de la sala de estar del Tryp, haciéndose la distraída-, que me estaba diciendo que no siguiera por ese camino porque no me iba a comer una rosca.

Y el que escribe, que sólo es tonto cuando conviene a la causa, se percató en un tris de que estaba obligado a cambiar de asunto. O de tema; que es la palabra que ha conseguido arrumbar a la primera. La de toda la vida. De modo que respiré hondo, me hice el fuerte, y me dirigí a Mabel con voz grave y el mentón endurecido. Oye, Mabel, hasta ahora te has cerrado en banda, muy bien... Pero te voy a hacer una pregunta que no admite silencio: ¿Quién fue el gilipollas que al pasar tu hijo paseando a ese perro tan guapo que tenéis, y tan escamondado, se atrevió a decirle con desprecio inusitado, lo siguiente?: “¡No se te ocurra acercarte a mí con ese bicho asqueroso y lleno de pulgas!...”.

Mabel no esperaba esa pregunta ni mucho menos que yo estuviera al tanto de esa escena vivida por su hijo en la calle. Una escena producida por un tipo que callejea con desaliño y un desaseo visible y que, procedente del norte de España, ha hecho sus pinitos en esta tierra como periodista bufón. Todo hay que decirlo: con rotundo fracaso. Y la consejera, tras tomarse su tiempo, respondió:

-¿Qué te parece lo de celebrar una corrida de toros en Ceuta?

Un cambio de tercio que acepté inmediatamente.

Una idea estupenda. Aunque debes, como medida principal, lograr que te asesore alguien experto en montajes taurinos, con la honradez que exige un negocio donde el más tonto de los empresarios sabe hacer relojes.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto