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                     Ya son varias las ediciones de 
					esta invitación a todo aquel que quiere acercarse por allí, 
					y los ceutíes con sus acompañantes no faltan a algo que se 
					va haciendo tradicional y que marca, en Ceuta, las vísperas 
					de los carnavales. 
					 
					Creo que es algo interesante, porque reúne a muchos ceutíes 
					que, en ese instante, no critican al Gobierno de la Ciudad, 
					por los gastos que ocasione esta, ya clásica, invitación. 
					 
					De momento, no tengo noticias de que ningún grupo 
					reivindicativo haya salido en contra y que vaya a aducir, 
					también en este caso, maltrato a los mejillones. Por si 
					acaso. 
					 
					Desde la una del mediodía, el auditorio de la Marina acogió 
					la que era ya la vigésima edición de la “mejilloná”. 
					 
					Esto ya conforma parte de la historia reciente de Ceuta, y 
					el buen talante de los gobiernos que se han sucedido en la 
					Ciudad fueran del tipo que fueran, no se ha vengado de los 
					que habían sido sus predecesores, eliminando este acto. 
					 
					Ha quedado abierta, pues, de una manera oficial, toda la 
					serie de actos que van a conformar una edición más del 
					Carnaval de Ceuta. Un Carnaval que desde hace casi treinta 
					años se viene remozando, y se viene configurando cada vez 
					mejor, para tratar de ponerse a la altura de los mejores de 
					España. 
					 
					Y la “mejilloná”, además de esa invitación, tiene como telón 
					de fondo el que en ella se puedan oír las primeras letras de 
					lo que de aquí a muy pocos días, será la final de las 
					agrupaciones. 
					 
					Sin entrar en profundidades, se abrió lo que va a ser la 
					gran final del Concurso de agrupaciones Carnavalescas. 
					 
					¿Esto tiene algún coste económico? Por supuesto que sí, pero 
					si aquí en Ceuta se pagan impuestos, es de rigor que, 
					también, podamos tener alguna fiesta que se organizará 
					gracias a lo que hemos ido desembolsado con esos impuestos. 
					 
					En la “mejilloná” no se repartió carne, sólo mejillones. No 
					hubo festejo taurino, sólo hubo un anticipo de las letras 
					que van a divertir a todos los que siguen la fiesta de los 
					carnavales. 
					 
					No he oído, todavía, por ahí, ninguna voz disonante, 
					pidiendo que no se maltrate a los “pobrecitos” mejillones, 
					estos no en los campos, sino en el mar, pero todo puede 
					llegar. 
					 
					Y ya metidos en la semana que precede a los carnavales, este 
					jueves, día 19, en torno a 700 personas celebrarán la falta 
					del Carnaval que con sumo tino y cuidado viene preparando la 
					Consejería de Asuntos Sociales. 
					 
					Aquí estarán los mayores, es su merecida fiesta y en esta 
					ocasión será en el Sarao, un poco lejos del centro de la 
					Ciudad, pero para algo están los autobuses, los taxis u otro 
					tipo de vehículos. 
					 
					¡¡Qué estamos en época de crisis!! Puede ser el grito de 
					algún partido o asociación que podamos oír cualquier día de 
					estos. 
					 
					Con todo, dudo mucho de hacer pública esa manifestación y no 
					por miedo a actuar como “mosca cojonera” contra el 
					departamento que lo organiza, sino porque en cualquiera de 
					esas agrupaciones o partidos, quien más quien menos, tendrá 
					algún familiar, padre, madre, tíos, abuelos, que pueden 
					estar invitados, con lo que al tocarle a ellos, de cerca, 
					eso no se toca, miramos para otra parte y ..., aquí no es la 
					fiesta de los toros. 
					 
					Por cierto que todas esas voces piadosas de defensa de los 
					animales, dudo mucho que sean tan piadosas a la hora de 
					defender, cuidar y ayudar a sus mayores, padres, madres y 
					demás. 
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