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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 18 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Marchando una de toros y toreros!. Los que se oponen a la celebración de la fiesta nacional, en nuestra tierra, andan recogiendo firmas para que el festejo no se llegue a celebrar. Cosa que me parece bien, pues mantengo la idea de que cada uno es libre de pensar como le venga en ganas.

Ahora bien, partiendo de la base de que no me gustan los toros, ni que se le haga daño a ningún animal manteniendo la idea, anteriormente expuesta, creo que es justo que a los que son aficionados a los toros expresen también su idea de que se celebre el festejo taurino.

Todos los espectáculos que llegan a Ceuta de la mano de la consejería de Cultura, que tan magníficamente lleva mi apreciada Mabel Deu cuentan, sin duda alguna, a la hora de pagarse con el dinero de todos los contribuyentes. Luego es lógico, que si el dinero sale del bolsillos de todos, los aficionados a los toros tengan el mismo derecho a que se les dé una fiesta que a ellos les gusta, que a traer esos cantantes que a ellos no les gusta, pero que pagan con su dinero sin que, por ello, se tiren a la calle a recoger firmas para que no se celebre el acto.

Está de moda manifestarse contra la llamada fiesta nacional. Algunos de esos manifestantes han llegado incluso a “colgarse” de la fachada de las plazas de toros, pidiendo la suspensión de las corridas. Cosa que, por supuesto no han conseguido.

Y me pregunto yo, si es qué se puede preguntar algo sin que nadie se me moleste. Por qué razón no se manifiestan estos defensores de los animales, contra las cacerías donde se matan animales o contra aquellos que cuando los galgos no les valen los cuelgan de un árbol. O es qué, todos ellos, no pertenecen al reino animal.

Y como uno es como es, no de más carne, y tiene la fea costumbre de pensar en los demás. Pues pensando en todos aquellos que trabajan dentro del entorno de la fiesta nacional, si acabamos con las corridas de toros, se perderán trescientos mil puestos de trabajo directos, se acabarían las dehesas y lo que supone un mayor peligro daríamos lugar a que se extinguiera de la faz de la tierra la raza del toro de lidia, con lo cual, ya que tanto se lucha para defender el ecosistema, estaríamos atacando al mismo, llevándolo hacia su destrucción, perdiéndose esas dehesas para dar paso al ladrillo.

No creo, con toda sinceridad, que España esté para mandar trescientas mil personas más al paro de los puestos directo, sin contar los indirectos que también superan las doscientas mil personas.

Todo ello sin contar con la extinción de una raza, ahora que por todos los medios a nuestro alcance, tratamos de conservar las especies, sobre todas aquellas que están en peligro de extinción. Y ni te cuento, el daño que le estaríamos haciendo al ecosistema, ese que tanto luchamos por mantener al desaparecer esas dehesas donde se crían los toros bravos.

Insisto, no me gusta que se le haga daño a ningún animal y, por supuesto, no voy a ir a ver ninguna corrida de toros pero mantengo el respeto a quienes les gusten. Es su problema.
 

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