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					El incidente acontecido el pasado lunes en la Estación 
					Marítima de Algeciras entre un grupo de pasajeros y personal 
					de Baleària que impidió el acceso al buque de una residente 
					que portaba un DNI caducado llevó ayer a la patronal de las 
					navieras, ANAVE, a emitir una nota de prensa defendiendo el 
					requisito solicitado. 
					Las navieras están “obligadas” a constatar que los viajeros 
					que cruzan el Estrecho con billetes bonificados por su 
					condición de residentes en la ciudad autónoma de Ceuta son 
					quienes efectivamente dicen ser, pero también que lo 
					acrediten con un documento “siempre original” que sea válido 
					y esté vigente. “Esto significa que, por ejemplo, un 
					ciudadano pueda viajar con un DNI caducado con un pasaje sin 
					bonificar porque con él acredita su identidad, pero que no 
					podrá hacerlo”, explicó la Asociación de Navieros Españoles 
					(ANAVE), “como pasajero titular de un pasaje bonificado 
					porque, para ello, debe acreditar no sólo su identidad, sino 
					su condición de residente de acuerdo con la normativa de 
					aplicación, que debe hacerse, en cualquier caso, con 
					documentos vigentes, no caducados”. 
					 
					Según ANAVE las navieras “dejan de percibir el importe de 
					las bonificaciones a las que tienen derecho los ciudadanos 
					residentes si por parte de la Administración se verifica, a 
					través de los exhaustivos controles que se realizan, 
					cualquier incumplimiento de los procedimientos que son de 
					aplicación”. 
					Dichos requisitos están recogidos en los Reales Decretos 
					1216/2001 y 1340/2007, en los que la Dirección General de la 
					Marina Mercante, gestora del transporte marítimo en nuestro 
					país, establece que los operadores “están obligados a 
					comprobar la residencia y la identidad de los ciudadanos 
					residentes beneficiarios de las bonificaciones 
					correspondientes”. 
					 
					“Estas comprobaciones”, recordó ANAVE, “deben efectuarse 
					tanto como requisito previo a la expedición del pasaje, por 
					parte de las navieras o de las agencias de viajes, como 
					durante los procesos de embarque y acceso a bordo”, amplió 
					la asociación de navieras, que dejó claro que “son 
					independientes de las que se hagan respecto de las normas de 
					seguridad marítima o de las instalaciones portuarias, ya que 
					son específicas en relación a la bonificación a la que 
					puedan tener derechos los ciudadanos residentes en Baleares, 
					Canarias, Ceuta y Melilla”. 
					 
					Después de los años del café para todos, en los que 
					prácticamente cualquiera podía viajar con el correspondiente 
					descuento como residente sin serlo, la guerra de ofertas de 
					hace tres años alarmó, por el nivel de fraude detectado, a 
					la Dirección General de la Marina Mercante, que incluso 
					desplazó funcionarios propios a Ceuta para investigar en el 
					nivel de los controles que se aplicaban. 
					 
					Desde entonces, según indicó ayer el capitán marítimo en la 
					ciudad autónoma, Jesús Fernández, la situación parece 
					“controlada”. “Marina Mercante encomienda a los operadores 
					el control de la identidad y lugar de residencia de los 
					pasajeros que viajan con billetes bonificados para 
					posteriormente recibir la correspondiente compensación”, 
					reiteró Fernández, quien recordó que “los controles deben 
					similares a los de cualquier aeropuerto, donde uno pasa 
					varios filtros prácticamente con el DNI en la boca y no se 
					producen tantos problemas como aquí”. 
					 
					La problemática de los ciudadanos que denunciaron el pasado 
					lunes la actuación del personal de Baleària que impidió a 
					una pasajera subir al barco por llevar su DNI caducado 
					tiene, no obstante, una segunda parte, la de que la pasarela 
					que une el puerto con el buque fuera retirada con ellos 
					encima y, según su versión, poniendo en peligro su 
					integridad física. 
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