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sociedad - DOMINGO, 1 DE MARZO DE 2009


Carolina Pérez. reduan.

 ASUNTOS SOCIALES
 

Asuntos Sociales mantiene
alojadas a 10 familias por
las lluvias de septiembre

Desde la consejería se asegura que se
buscan alternativas para que las personas que dependen total o parcialmente de sus ayudas puedan acceder a una vivienda

CEUTA
Javier García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Las lluvias que soportó Ceuta a finales de septiembre del año pasado inundaron garajes, destrozaron muebles, afectaron a diferentes instalaciones y negocios y se llevaron por delante una parte de la vida de decenas de personas. Y es que después de que la ciudad recogiese en tres días más de 400 litros por metro cuadrado muchas casas se vieron afectadas y con ellas varias familias. En un principio la Consejería de Asuntos Sociales se hizo cargo de unas 85 personas que tuvieron que dejar sus domicilios. Algunas de ellas volvieron a sus viviendas, otras rechazaron el alojamiento de la consejería porque tenían familiares que les podían acoger, sin embargo unas 60 personas aún siguen dependiendo de este area. La desgracia llamó a sus puertas hace varios meses y ahora apenas una puerta separa las vidas de la decena de familias que aún aloja Asuntos Sociales. “Y las vamos a dejar aquí hasta que dispongamos de vivienda porque creo que pueden vivir y hacer una vida normalizada”. Estas palabras de la consejera de Asuntos Sociales, Carolina Pérez, resuenan en uno de los apartamentos del Hostal Lisboa. Un edificio que acoge en su mayoría a familias que se quedaron sin hogar por las lluvias. Pérez reconoce que no es una situación ideal “pero es menos malo que lo que tenían”. Y es que el agua, en algunos casos, paradójicamente, fue una bendición para algunas de estas personas alojadas que han mejorado sus condiciones de vida. Este es el caso de Alsaber Karima. Vive en unos cuantos de metros cuadrados, con su marido y un niño, aunque en unas semanas llegará el cuarto miembro de la familia “No estoy contenta, pero sí mejor que antes”. Karima vivía en una casa del Príncipe a la que se le derrumbó el techo tras las lluvias y además perdió los muebles. Tras pasar unos días en el Polideportivo Campoamor llegó al hostal donde lleva viviendo ya cinco meses. “Estoy aquí muy bien, mejor que antes”. Las palabras e incluso la vivencia es similiar a la de Karima pero quien habla es Hannan Srary, madre soltera de tres hijos que vivía en una casa antigua y que vió como el techo también se vió deteriorado por el agua “y tuve que salir de casa con mis hijos por la noche”. Además apunta que en su antigua vivienda, ni tenía calentador ni cuarto de baño “ahora tenemos de todo y estamos felices”, concluye Srary.

Varias plantas por debajo se respira un ambiente distinto ya que en la parte baja del hostal se encuentra ‘la guardería’, “aquí es donde he querido ordenar las situaciones con niños pequeños. Este edificio ofrecía algunas mejoras sobre el albergue de Cruz Blanca. Es más amplio y más nuevo y tiene menos humedades”, apunta Pérez. La consejera sostiene que “era lo mejor dentro de las posibilidades que tenemos”. En esta misma planta vive Rachida Abdelah. La habitación que ocupa alberga a su marido y sus tres hijos desde que las lluvias y un derribo próximo a su vivienda acabaron por dejar “en ruinas” su anterior casa. “Pedí que me dejaran vivir allí que yo la arreglaba pero me dijeron que como no era mía no podía quedarme allí”. Abdelah señala que “no estamos bien del todo pero no queda otra”. Esta residente del hostal Lisboa se queja de la humedad que hay en la habitación y que afecta a sus hijos y pide a las autoridades que le ayuden a tener una vivienda “porque mi marido no encuentra trabajo desde hace meses y a mi se me acaba ahora el contrato. Con esto y con tres niños no podemos pagar ningún alquiler aunque nos ayuden a hacerlo como dice la asistenta social”. Por su parte “la consejera defiende que desde el area se está trabajando para conseguir una vivienda de alquiler “pero ahora es dificilísimo”, reconoce. Mientras tanto, de reojo, mira a las viviendas sociales de Loma Colmenar donde sostiene que está su esperanza “y la de muchas personas”. Sin embargo advierte de que la Comisión Local de la Vivienda es la que tiene que marcar unos requisitos “que se tienen que cumplir a rajatabla”. Pérez añade que de las 225 viviendas de la zona se reservan 45 para personas que no tienen hogar “y habrá más cupo para personas necesitadas, pero varitas mágicas no hay”, avisa la consejera quien confía en que las personas que vayan a residir en la zona del nuevo hospital dejen libres pisos que puedan ser alquilados por la Consejería.

Alojamiento alternativo


La Ciudad cuenta con un programa de vivienda por el que la Consejería ayuda a las familias que tienen problemas para alquilar “en algunos casos pagamos hasta el 90%, es un esfuerzo muy grande que tenemos que hacer” y señala que en total desde el area se gastan 64.000 euros mensuales en estas ayudas. La responsable de Asuntos Sociales reconoce que “la situación es difícil y por eso no vamos a permitir que haya situaciones infrahumanas”. Sin embargo asevera que encontrar pisos en alquiler cada vez es más difícil, a veces por los precios “que han subido 200 y 300 euros desde que tomé posesión hace dos años” y a veces porque asegura que algunos propietarios “no quieren alquilar” sus viviendas para estos temas. Pero este programa se enfrenta también a otros escollos ya que señala que hay personas acogidas “que se acomodan y eso lo tenemos que evitar porque lo que no me gusta es el abuso. Conocemos casos de familias que no se mueven, que no buscan empleo, que incluso rechazan cursos becados y dicen que no se van hasta que no se les dé una vivienda. Por ejemplo tenemos constancia de que una persona que está alojada en Cruz Blanca ha dejado su trabajo en el Plan de Empleo. Ése se va a ir ya”.

Esta iniciativa, unida al albergue de Cruz Blanca y al alojamiento en los hostales hace que la consejería tenga ‘a su cargo’ 400 personas que por diferentes circunstancias no pueden, por sí solas alquilar una vivienda, ya sea por los desalojos de las lluvias, desahucios o falta de dinero.
 


“Si les comentas a algunos propietarios algo de Servicios Sociales ya no te quieren alquilar”

“Ocupaba una casa que estaba abandonada desde hacía años. Le pedí al propietario primero que me la alquilase y nada. Luego le pedí que me la vendiese y me dijo que no podía. Al final la casa cambió de dueño, éste me denunció y tuve que salir de alli”. Quien habla es Fatima Ahmed. También reside en el Hostal Lisboa desde hace seis meses y al menos a corto plazo parece que su situación no va a cambiar. “Estoy buscando un piso de alquiler pero es muy difícil encontrar algo de 500 euros. Incluso algunas casas cuestan más de lo que cobra mi marido que ahora está de baja. Además si les dices a los propietarios algo de Servicios Sociales ya no te quieren alquilar la casa”. Ahmed confiesa que incluso está pensando en buscar viviendas en las que no le hagan contrato de alquiler, “he buscado en el Príncipe porque allí no son caras pero no están en condiciones de vivir”. Sin embargo Ahmed apunta que la vida en el hostal no ha sido fácil “ahora me he acostumbrado pero al principio estaba agobiada porque esto es una habitación, el niño lloraba y yo lo pasaba mal, pero otra cosa no hay”·
 

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