PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - LUNES, 9 DE MARZO DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Prolegómenos

Por Abdelamalik


El borrador de la reforma del Régimen Económico y Fiscal pretende constituirse en una “plataforma de empuje notable”, sin embargo, las expectativas de que las medidas adoptadas funcionen en términos de utilidad, aparecen como lejanas, ilegibles, casi inexistentes.

Podrá ser ensalzado como opción de futuro frente a los numerosos problemas que se avecinan; habrá quien aparezca como adalid de su conjunción y puesta en marcha, presentándolo como el maná prodigioso que, de no ser tomado, como bueno e inmejorable, acarreará a quien así se pronuncie profundas maldiciones.

Los tiempos que vivimos merecen consideración por su rigor y duro pragmatismo, siendo necesarios amplios ejercicios de inteligencia e imaginación.

Decía Ibn Jaldún: “…es el medio social y no la herencia quien condiciona al individuo y los grupos sociales… No siendo la historia sino el resultado de un conjunto de procesos de cambio social y que toda la sociedad está en continuo proceso de transición y que los hechos históricos se relacionan con una época, un pueblo, un tipo particular de grupos sociales y que asimismo tienen sentido dentro de esa relación…”. Con esto se alejaba de aquellos historiadores para los que el individuo en si es quien va creando la historia; en cambio, para Ibn Jaldún, es la sociedad la que hace el futuro, siendo el individuo un átomo minúsculo cuyo único papel es el de ser espectador. En suma, consideraba que la historia era el resultado de un conjunto de procesos de cambio social.

El Borrador de la reforma del Régimen Económico y Fiscal aparece como una mirada de soslayo, atrevida e ingenua, asomada a sus propios velos, como si para ver hubiera de romperlos, sin hacerlo, ahí dejándolos, ya quieta, ya inmóvil, para así guardar su misterio.

Viene a su condición la de aquellos que postulaban al individuo como elemento incuestionable en los procesos históricos, desdeñando la realidad que propugnaba la teoría Jalduniana Tal como dice el Borrador, Ceuta ha conocido profundas “reconversiones silenciosas”, refiriéndose a la pérdida de la economía basada en el bazar, así como a la referida al suministro de buques y, por último, a la reducción de efectivos militares en la ciudad. Antes que de “reconversiones” habría que hablar de pérdida irrecuperable, pues el término reconversión manifiesta cambio, cuando en realidad las economías a las que hace referencia no fueron sustituidas por ninguna otra, sino que desaparecieron definitivamente, todo ello encauzado en un proceso económico voraz que, de forma tranquila y también silenciosa, viene consumiendo los escasos sectores productivos de la ciudad.

La auténtica reconversión que ha experimentado la ciudad es de carácter social, y a ella hay que atenerse, pues como dice Ibn Jaldún la transición es continua, siendo imperceptible en su mecánica, giro y proyección, salvo que consigamos parar nuestras vidas por unos momentos, y nos concedamos el privilegio de ver ese proceso del que habla, apareciéndose como un cometa raudo y veloz, convencido de que existen límites, hacia ellos marchando, siempre en soledad y sin decirse por qué y para qué.

Más que un Borrador de reforma del Régimen Económico y Fiscal, lo que la ciudad pide es una Causa Social y Económica de Futuro, una plataforma real de estudio de su propia singularidad, en la que el efecto social sea tenido en cuenta como elemento real y efectivo en cuanto a respuesta estable de futuro, concediendo a cada grupo social la posibilidad de acercarse a su propia identidad, sin intromisión ni participación directa o indirecta desde el poder político, favoreciendo su homogeneidad y pluralidad. También habría que llamar la atención de aquellos grupos sociales dominantes, siempre distantes, ya no solo de esos procesos históricos de los que habla Ibn Jaldún, sino de aquellos otros ya establecidos en Melilla, ciudad que se cita como par en el Borrador de reforma del Régimen Económico y Fiscal, sin decir de ella que encara esa reforma en mejores condiciones que Ceuta, ya no sólo porque su proceso social ha sido más abierto, sino porque obtuvo de su vecino capacidad para importar y exportar, concediéndose unos motores económicos bastante productivos y mucho más estables que los que tradicionalmente hemos tenido en Ceuta.

Una Causa Social y Económica que tenga la voluntad de crear un clima social más participativo, más ecuánime y más justo, de modo que pueda manifestarse en base a conocimientos y causas. La instauración de un clima social basado en la diversidad y pluralidad de Ceuta es fundamental para que desde su ámbito puedan solicitarse actuaciones que favorezcan la vida de sus gentes.

Que el presidente del Consejo Económico y Social afirme: “…el Gobierno debe hablar claro con Marruecos sobre la aduana comercial…” , es hablar con cargo al ya anacrónico déficit social, pues tal objetivo debe conseguirlo la sociedad ceutí, desde su seno, desde una plataforma social acorde con su realidad, con valentía para reconocer errores y humildad en los aciertos. Pedirle al Gobierno que “hable claro” con Marruecos, suena a trifulca entre jefe y subordinado. Una petición muy alejada de los buenos modos diplomáticos, siempre tan sensibles y refinados.

Para aquellos que tienen la obligación de conseguir un futuro mejor para la ciudad, debería ser de obligada lectura la obra de Ibn Jaldún “Prolegómenos a la Historia” (Al Muqaddima), pues podrán disfrutar de una visión más amplia de la naturaleza de su sociedad, facilitándoles el acceso a condiciones de intervención mucho más acordes con su realidad y beneficiosos para su futuro.

No es “Al Muqaddima” (Prolegómenos a la Historia) cualquier obra, sino la obra que contiene una filosofía de la historia que es sin duda el trabajo más grande que jamás haya sido creado por una inteligencia en ningún tiempo y en ningún país (Arnol Toynbee).

Seis siglos han transcurrido desde que Ibn Jaldún escribiera “Prolegómenos” y, sin embargo, sigue viva y plena de vitalidad, es de aquellas cosas que nunca mueren, es a cosas como “Prolegómenos” a lo que se refería Benito Pérez Galdós cuando decía:

“…Decaen los imperios, se desmedran las razas, los fuertes se debilitan y la hermosura perece entre arrugas y canas. Más no suspende la vida su eterna función, y con las causas que descienden hacia la vejez, se cruzan los caminos de la juventud que van hacia arriba. Siempre hay imperios potentes, razas vigorosas, ideales y bellezas de original frescura, que junto al sumidero de la muerte están los manantiales del nacer continuo y fecundo…”.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto