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OPINIÓN - VIERNES, 13 DE MARZO DE 2009

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Hay cosas que no acabo nunca de entender, quizás porque me falta esa gran inteligencia que tienen las “lumbreras” de mí pueblo. Pensar que, algún día de estos, uno puede llegar a ser una “lumbrera”, equiparable a las muchas que tenemos, me emociona y me hacen derramar par de lágrimas en el tarro de las emociones fuertes.

Me cuesta un enorme trabajo entender, que por unos trajes de nada, el presidente de la Comunidad de Valencia, Francisco Camps, se vea envuelto en un asunto de cohecho. De verdad, eso me cuesta entenderlo. El asunto está en manos de los jueces que serán los que tengan que decir la última palabra sobre el asunto, si es inocente o es culpable. Sólo cuando la Justicia esclarezca esta trama de corrupción y favores, será el momento de determinar hasta donde puede llegar la responsabilidad política.

Los populares defienden a capa y espada la inocencia de Francisco Camps, mientras han forzado a dimitir a los alcaldes de Arganda y Pozuelo. La Justicia será la que decida qué hay de verdad en esas imputaciones, declarando culpables o inocentes a los imputados. Hasta entonces todo está por ver.

Otra de las cosas que no entiendo muy bien, y me lo tendrán que explicar bien explicado, para enterarme de una vez por todas, es la reforma legal que planea el Gobierno, que permitirá abortar libremente a las adolescentes entre 16 y 18 años.

La ministra Bibiana Aido afirmó que “si una menor puede casarse o tener hijos, debe también poder decidir abortar”. Si la ministra lo ha dicho, nada que objetar, dicho queda pero… Siempre hay un pero en todos los órdenes de la vida, no hay que olvidar que la ley concede en España la patria potestad a los progenitores hasta los 18 años, así que si una menor quiere someterse a una operación quirúrgica necesita la autorización paterna.

Por mi forma de ver las cosas, pienso que cuando el esperma entra el ovulo femenino, en ese preciso instante se está gestando, lo más maravilloso del mundo, una vida. Y no te cuento, María del alma, si el feto que tiene vida, llega a los tres o cuatro meses de gestación.

Que conste y esto quiero que quede claro, para que no haya duda alguna, que a pesar de que jamás permitiría el aborto, a no ser por determinadas causas recogidas en los supuestos de la ley, me da igual lo que cada uno quiera hacer con su cuerpo. Qué quieren abortar, ese es su problema y son ellas las que tienen que decidir sobre sus cuerpos.

Ahora, sigo pensando que se está acabando con una vida y que eso no es ningún progreso, más buen un retroceso en esa igualdad que se busca entre los hombres y las mujeres.

Progresar es ser madre y conservar su trabajo, el que las mujeres ocupen puestos de trabajo percibiendo el mismo salario que los hombres. La igualdad y el progreso de la mujer consisten en tener las mismas oportunidades que el hombre a la hora de optar a un puesto de trabajo.

Como verán hay cosas que sigo sin entender, aunque haya explicado que quizás se deba a mi falta de inteligencia para llegar a comprenderlas. Cosas de la vida.
 

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