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OPINIÓN - DOMINGO, 15 DE MARZO DE 2009

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 9


Hace ya varios años, Pepe Ávila, director del Hotel Tryp, me presentó a Luis Jacas Salvadó, director comercial de Thorel, S.A. Y, dado que éste vive en Ibiza, se preocupó de conocer cómo había sido mi estancia en aquella isla durante dos años. Los que estuve como entrenador requerido por Abel Matute, cuando éste era presidente de honor de un conjunto ibicenco que estaba hundido en el último puesto de la clasificación de un grupo donde competían equipos como el Gerona, Levante, Lérida, Villarreal, Mestalla, Tarragona, Barcelona Atlético, etcétera. Luis, amén de empaparse de mis actuaciones y de mi forma de vida en las islas Pityusas, se encontró con que uno de sus mejores amigos lo había sido también mío en aquella época. Se trataba del propietario del ‘Restaurante Alfredo’ en el paseo de Vara del Rey. Y en la siguiente visita a Ceuta, a la que suele venir muchas veces, me puso al tanto de cuanto Juan Riera, Juanito para los amigos, y dueño del restaurante reseñado, le había dicho acerca de mí. Hoy, una vez más, nos hemos visto en el Tryp y nos hemos puesto a recordar cosas de Ibiza. Con enorme satisfacción por ambas partes.

MARTES. 10


Coincido a mediodía en el restaurante La pérgola con Ángel Díez Nieto, viceconsejero de Recursos Humanos, debido a que él ha decido hacer tiempo para acudir a una emisora de radio donde va a ser entrevistado. A nosotros se nos une Miguel Ángel Vallejo y la conversación, a los pocos minutos, toma vuelos de risas controladas. No es la primera vez que destaco en este espacio lo buen conversador que es Díez Nieto y el humor que destila. Hombre que tiene facilidad de palabra y que está muy cultivado, sabe estar en todo momento y resulta la mar de agradable pegar la hebra con él. Aunque conviene estar al tanto de lo que se dice porque el viceconsejero contraataca muy bien con la burla fina y con su ya conocida retranca. Por cierto, que Ángel me preguntó si había leído el libro que escribió en su día. Y le dije que no. Y ha quedado en enviarme un ejemplar. Seguro que cuando lo tenga disfrutaré de su lectura.

MIÉRCOLES. 12


A la izquierda, según se entra en el Hotel Tryp, hay una mesa que corresponde a la Jefa de Calidad del establecimiento. Se llama Blanca Gómez. Y si uno la observa, aunque sea poco tiempo, se percata rápidamente de que es una mujer hiperactiva. Hoy, dado que la conozco desde hace muchos años, me he permitido decirle que sigue igual que siempre. Sin tomarse un minuto de respiro. Blanca, además de trabajar a todo trapo en el hotel, es secretaria general de Hostelería en la Unión General de Trabajadores. Sindicato al que le dedica su tiempo sin que haya querido jamás ser liberada de su trabajo. Y, por si fuera poco, lleva su casa para adelante, cuida a su madre, y aún tiene tiempo para sacar a su perro a pasear. Cuando le digo que ya es hora de que aminore la intensidad de sus actividades, me responde que si lo hiciera se encontraría fuera de lugar. Que es así, es decir, gastando tantas energías, como se siente satisfecha. Al menos, mientras su cuerpo aguante. Y el cuerpo de Blanca aguantará. Claro que sí.

JUEVES. 13

Jamás he hablado con Rachid Mohamed: Viceconsejero de Industria del Gobierno presidido por Juan Vivas. Pero sí he oído decir que es un político ambicioso. He aquí una anécdota que nos aclara los enormes deseos que tiene de medrar. Recién elegido viceconsejero, parece ser que accedió al despacho del presidente de la Ciudad para ponerle al tanto de su descontento por no haber sido nombrado consejero. Porque, según Rachid, ser consejero era lo que le pertenecía por el mucho bien que él le había hecho al partido aportando cierto número de militantes. Todo ello ante un Vivas que se hacía cruces ante aquellas manifestaciones. A mí me parece muy bien que el viceconsejero de Industria, licenciado en Derecho, tenga tantas aspiraciones. Pero también sería conveniente que pudiera demostrar, si llegara el caso, que su fidelidad al partido está en la línea de sus ambiciones. No vaya a ser que, en cualquier momento, se descubra que su comportamiento no es el más adecuado. Y que su estupenda posición pudiera venirse abajo en un amén.

VIERNES. 14


José Luis Cordero vive fuera de Ceuta. Y en cuanto viene a su tierra procura buscarme por los sitios donde sabe que paro no sólo para saludarme sino también para tomarnos las dos copas que nos hacen hablar por los codos. Mi aprecio por José Luis es algo que él se sabe de memoria. Así que hoy, en cuanto nos hemos cruzado por la calle, no hemos dudado en darnos un garbeo por los sitios habituales con el fin de terminar en los establecimientos de costumbre. Más de una hora hemos estado hablando de cuanto nos apetecía. Y sin tapujos, además. Porque José Luis es de palabra fácil y no se corta lo más mínimo en decir lo que siente. Aunque es verdad que con el paso de los años ha conseguido dominar sus impulsos. A mí me parece que cierto sosiego ha terminado por apoderarse de él, y ello es algo que se le nota muchísimo. Y es que mi amigo ha sufrido de lo lindo durante varios años. Años en los que parecía que toda la mala suerte del mundo había decidido cebarse con él. Creo habérselo dicho ya, pero si no es así, que sepa que yo siempre he pedido lo mejor para él y para los suyos.

SÁBADO. 15


Coincido con Antonio García-Gaona, presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta. Pero, en esta ocasión, no le amargo el momento preguntándole por si ha decidido ya encargar una auditoría para dar a conocer cómo están las cuentas del organismo que preside. De cuya contabilidad hace innumerables años que nadie sabe nada. Esta vez, mi pregunta es la siguiente: ¿Cree el presidente que los árbitros están perjudicando a la Sociedad Deportiva Ceuta? Y Antonio, tras mirarme de arriba abajo, responde que no. Que los árbitros están haciendo bien su cometido. Y que al igual que la temporada pasada se decía, por error, que los colegiados ayudaban a la causa del Ceuta, ahora le ha dado a la gente por opinar lo contrario. Y a partir de ahí, Antonio se deshace en elogios hacia los árbitros. A los que defiende a capa y espada. Lo cual es normal en quien es presidente de un organismo tan poderoso.
 

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