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OPINIÓN - MARTES, 17 DE MARZO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

El senador se ha excedido
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Mi aprecio por Nicolás Fernández Cucurull es indiscutible. Y pruebas creo haberle dado de ello, desde que le conocí cuando el senador estudiaba en Sevilla y su amistad con Juan Vivas empezaba a fraguarse.

Hace dos semanas hallé a Fernández Cucurull y, como ha sido siempre costumbre en mí, le hablé con claridad meridiana de un asunto que le había afectado muchísimo a él. Arriesgué en mi parecer porque tengo asumido que Nicolás es hombre prudente e incapaz de dejar a nadie en la estacada. Por más que a mí me importe un carajo, con perdón de mis lectores, verme en esa clase de situaciones comprometidas.

A Nicolás lo tenía yo catalogado como alguien vulnerable a las censuras y poco dado a responder a éstas con saña. Pero he comprobado que ese conocimiento de él, que yo me otorgaba, basándome en su fisonomía y en ciertos comportamientos repetidos, era erróneo. Y me ha podido la desilusión.

Pero no es una decepción causada por saber que ya no podré presumir más de conocer a las personas por su aspecto exterior ni tampoco porque mi ojo clínico haya quedado peor que lo hizo Cagancho en Almagro, no; la decepción consiste en no haberme enterado de que nuestro senador estaba haciendo un master para especializarse en sarcasmo.

O sea, estudiando todos los resortes posibles para hacerle sangre a los adversarios dialécticamente. Y el master, según sus declaraciones sobre el delegado del Gobierno, el domingo pasado, ha sido todo un éxito. Puesto que las palabras de Fernández Cucurull, revestidas todas de malaúva, las hubiera firmado el mismísimo don Francisco de Quevedo y Villegas.

No esperaba yo, ni por asomo, ese ataque de burla despreciativa contra José Fernández Chacón por parte de NFC. Y todo porque el de Utrera, harto de oír que Ceuta antes de ser presidente Aznar era un corral de vacas, haya podido errar en dar a conocer la ejecución de los Presupuestos Generales del Estado de 2088, correspondientes a esta ciudad.

Y no lo esperaba –perdonen mi redoble de tambor- porque desconocía que Nicolás había sumado una carrera más a las que ya tiene. Me refiero, lógicamente, a la especialidad de mofarse de los socialistas que se atrevan a poner en duda que en esta tierra todo lo bueno que se ha hecho ha sido obra de Aznar. Por más que sea cierto que éste, menos venir de visita como presidente de España, dio pruebas de acordarse de esta tierra.

Fernández Chacón ha sido concejal en Cádiz, senador y diputado, durante nueve años, y seguramente lleva razón Nicolás al decirnos que no se le reconocen intervenciones destacadas como parlamentario nacional. Vamos, que su misión ha sido siempre la de pulsar el botón, o no pulsarlo, a la hora de las votaciones.

Y que el utrerano será todo lo licenciado en Ciencias Químicas que sea, pero que carece de ese pico de oro tan valorado en Madrid. Pues bien, a pesar de todo sigo pensando que las declaraciones de Fernández Cucurull han sido improcedentes. Por razones obvias. Sobre todo cuando hay padres de la patria que usan su escaño en Madrid para bienestar propio y para poder pasear con la amiga de turno. Por eso, y porque hay que censurar acorde con el error cometido, el senador se ha excedido en esta ocasión.
 

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