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					María Jesús Ruíz, tras licenciarse en Periodismo y 
					Publicidad y Relaciones Públicas, optó por lo audiovisual 
					con un Máter de Escritura para Cine y Televisión de la 
					Universidad de Barcelona especializándose igualmente en 
					Guión de Televisión en la Universidad Menéndez Pelayo. Ayer 
					expuso en la última jornada del V Congreso de Periodismo 
					Antonio López Sánchez-Prado la evolución de las series en 
					España. Una producción nacional que debería evitar “con un 
					ladrillo intentar rascacielos” y adecuar los productos a las 
					capacidades técnicas. Propone romper “el modelo 
					neocapitalista de mínima inversión y máximo beneficio” y 
					basarse en el capital creativo, que es “lo que puede salvar 
					a la ficción nacional”. 
					Pregunta.- ¿Le parece que con la evolución de las series 
					estadounidenses ahora se hace mejor ficción en la televisión 
					que en el cine? 
					 
					Respuesta.- Yo creo que más que tratarse de mejor o peor 
					ficción, hay ahora una ficción televisiva que tiene mucho de 
					cinematográfica. No es que sea algo mejor ahora el cine de 
					la televisión sino que ha cogido buenos elementos de él. 
					Además la serie lo que te ofrece es que si te gusta una 
					historia no sólo cuentas con 90 minutos sino con una 
					temporada entera. 
					 
					P.- En Estados Unidos se respeta el tiempo de los formatos 
					con 20 minutos para lacomedia y 40 para el drama. ¿Aquí 
					deberíamos seguir el ejemplo? 
					 
					R.- Yo creo que ni una cosa ni otra. Tener medidos los 
					tiempos hace más fácil definir una estructura que funcione. 
					Hay veces que las fórmulas muy rígidas te agotan, a no ser 
					series como Siete Vida o Aída cuya gracia consiste en que el 
					personaje comete los mismos errores y las gracias son 
					siempre similares. También el aplicar en exceso esas 
					fórmulas estandar delimita la capacidad de creación. 
					Incorporar las formas cinematográficas a la televisión me 
					parece una forma de innovar en los géneros. Perdidos mezcla 
					muchísimos géneros y se sale por eso de las fórmulas 
					preestablecidas.  
					 
					P.- Aquí parece que hacemos series que cubran mucho 
					espacio de parrilla y que vayan dirigido a todo tipo de 
					público. ¿Hacemos una ficción demasiado comercial? 
					 
					R.- La televisión, por encima del cine, es comercial por 
					definición. El cine sí que tiene otros nichos de difusión 
					más alternativos de los que carece la televisión. Que los 
					productos tengan un diseño comercial con unos parámetros 
					preestablecidos es lógico. A mí a priori no me parece malo. 
					El problema es que nos metamos en un quiero y no puedo. 
					Estados Unidos tiene infraestructuras suficientes para 
					desarrollar esas fórmulas y luego sustentarla desde el punto 
					de vista económico y humano. Aquí hacemos productos locales, 
					no para distribuirlos, lo que limita más nuestros propios 
					medios. Pero además si con un ladrillo queremos hacer un 
					rascacielos no nos irá bien. Plutón Verbenero, de Álex de la 
					Iglesia, ha sabido adaptar los recursos al tono de lo que 
					quiere contar. 
					 
					P.- ¿Por qué ha elegido el nombre de `Sin series no hay 
					paraíso´ en referencia al culebrón de `Sin tetas no hay 
					paraíso´? 
					 
					R. En primer lugar quería hacer una ironía o un juego de 
					palabras que resultara atractivo. Y luego porque la ficción 
					nacional nos guste o no nos guste desde los inicios de la 
					producción de series en España ha sido una baza de 
					televisión española y después de televisiones nacionales o 
					autonómicas. Aunque en los últimos años cadenas como Cuatro 
					estén apostando por la ficción extranjera. Considero que 
					realmente sin series no hay paraíso para las cadenas.  
					 
					P.- ¿Aquí consumimos mucha producción nacional? 
					 
					R.- Esa sería una cuestión bastante compleja. Uno se 
					identifica con su entorno. Es decir, si aplicaramos el 
					decálogo de Warren evidentemente nos sentimos más 
					identificados con nuestros referentes y con los problemas 
					que tenemos alrededor. Es con lo que nos vamos a identificar 
					más para bien o para mal. También un factor que influye 
					muchos son nuestros actores. A la hora de diseñar una serie 
					puede funcionar por muchos motivos. En la década de los 80 
					Hostal Royal Manzanares era una serie que funcionaba por 
					Lina Morgan como persona y como personaje. Más adelante 
					Médico de Familia marcó un antes y un después en la ficción 
					española por muchos motivos. Aunque no me crea que diga 
					esto, uno de ellos era el carisma de Emilio Aragón. Nos 
					encariñamos con los personajes y nos encariñamos con los 
					actores también.  
					 
					P.- ¿A veces lo que producimos no es excesivamente 
					localista? 
					 
					R.- Estados Unidos en el terreno audiovisual en general 
					tiene el control de la distribución y eso es importantísimo. 
					Al tener el control de la distribución se generan una serie 
					de beneficios que se reinvierten en fomentar la producción y 
					en extender esa distribución. Entonces la producción 
					norteamericana distribuye unos valores que asumismos porque 
					están preparados para comercializarse internacionalmente. No 
					te distorsionan, van a conectar igual con un portugués, con 
					un italiano o con un español. Al hacer cosas locales que se 
					convierten en inexportables caemos en ese círculo. Me parece 
					muy positivo que hagamos cosas locales porque tienen más 
					quever con nuestra cultura, nuestros valores y con las 
					virtudes y defectos que tenemos. Pero evidentemente eso 
					tiene unas consecuencias aunque luego exportemos formatos. 
					Por ejemplo el Médico de Familia que se hace en China está 
					adaptado o Argentina tiene su propia versión de Escenas de 
					matrimonio. A veces se exportamos pero antes se localizan 
					los productos.  
					 
					P.- ¿Qué le parece la serie periodistas? 
					 
					R.- Me parece una serie utópica en el sentido de lo que 
					luego es realmente la profesión. Muchos alumnos han entrado 
					en la facultad por la serie, y muchas veces comentamos entre 
					los profesores el daño que ha hecho Periodistas. Pero 
					también es lícito que no sea una serie realista, tú puedes 
					adoptar el tono que quieras respecto a una profesión.  
					 
					P.- ¿Cuáles son los defectos que deberían solucionarse en la 
					producción de series? 
					 
					R.-Ahora mismo nos movemos con la mentalidad neocapitalista 
					de mínima inversión y máximo beneficio. Estamos en un 
					momento económico, hitórico y polítco excelente como para 
					plantearnos que en la producción audiovisual tenemos que 
					romper con eso. Tampoco invertir la fórmula de golpe, que no 
					se arruinen los empresarios, pero sí plantearnos las 
					inversiones desde el punto de vista del capital creativo y 
					del capital técnico también. Lo creativo es lo que más puede 
					salvar la ficción nacional y la cinmetográfica. La 
					creatividad bien adaptada a las capacidades técnicas generan 
					productos duraderos y coherentes. 
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