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sociedad - MIÉRCOLES, 1 DE ABRIL DE 2009


coronel de Artillería, Valencia. archivo.

El Ejército del futuro
 

Metamorfosis castrense

Capitanes, comandantes y tenientes
coroneles hacen desde enero los cursos para integrarse en la única escala de oficiales; mientras, en 2010/11 se implantará el nuevo sistema de ingreso en las Academias
 

CEUTA
Luis Parodi

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El ámbito ortodoxo-castrense está sufriendo una metamorfosis dirigida a una etapa en la que debe adaptarse a los rigores que exige la nueva era militar: menos hombres, más tecnología y más formación educativa. Europa, la OTAN, la ONU y demás, acucian.

Por un lado están los militares de la antigua escala de oficiales, que deben convertirse en células más preparadas, tanto como los militares incluidos en la escala superior de oficiales. Ambas estructuras quedarán integradas en un solo cuerpo. Por otro lado, los jóvenes cuya intención sea la de acceder a la Academia militar de oficiales no lo harán mediante una preparación de cinco años semejante a la que habían hecho sus antecesores hasta ahora, sino mediante un plan remozado y más competitivo.

Estas dos metamorfosis se completarán en 2010. El músculo militar habrá cambiado. Este año se observa un ejemplo de lo que ya es el comienzo de la nueva realidad: el Ministerio sorprendió con una Ley que ampliaba la edad para ser soldado a 29 años y que aumentaba el número de tropa en 5.000 personas, de 81.000 a 86.000 efectivos.

Hasta enero de 2008 no se aprobó la integración de la definitiva escala de oficiales. Esta norma ha provocado protestas por parte de oficiales pertenecientes a la escala superior, ya que consideraban un agravio el hecho de que seis meses de curso dieran a oficiales de la escala inferior un rango similar a la superior. Y es que unos han necesitado cinco años de Academia, mientras que otros consiguieron ser tenientes tras solamente dos años en la Academia y después de haber sido suboficiales en una etapa anterior. Pero también hay incertidumbre en los que actualmente componen el grueso de suboficiales del Ejército.

Una pregunta ronda en sus cabezas: “¿tendremos nosotros la oportunidad de ser oficiales?” Desde hace dos años no se convocan plazas para dar el salto cualitativo para empuñar el sable y no el fusil. La legislación que regulará esta pregunta también está en proceso de construcción. Voces ilustradas en el asunto apuntan a que a los suboficiales del futuro se les exigirá al menos una licenciatura. Además, posiblemente, para llegar a ser suboficial se necesitará un periodo de Academia de tres años, uno más de lo estipulado en estos momentos.

Actualmente, los capitanes, comandantes y tenientes coroneles que pertenecían a la escala de oficiales hacen en Madrid un curso de seis meses para la integración en la futura escala única de oficiales. Algunos puestos de trabajo están desiertos a la espera de que regresen sus ocupantes de Madrid, probablemente en junio. El resto de capitanes y los tenientes completarán este mismo curso en los meses sucesivos, y la mariposa estará ya más cerca de salir del capullo en su metamorfosis.

Con la escala única se conseguirá que todos los oficiales puedan optar a ser generales, ya que actualmente sólo podían llegar a ello los de escala superior. Los de escala inferior terminaban su ascensión en el rango de tenientes coroneles.

Nuevo sistema académico

El plan de Bolonia también va a influir en el mundo castrense debido a su famoso ‘grado’ en la formación de los oficiales. Los jóvenes necesitarán aprobar la selectividad (como hasta ahora), una oposición de acceso (similar a la de ahora) y entrarán en una especie de ‘miniuniversidad’, un organismo adscrito a la Universidad (así se le llamará oficialmente). En el caso de los que quieran ser oficiales del Ejército de Tierra, los alumnos harán su formación en Zaragoza; en el caso de optar a la Armada, lo harán en Pontevedra; y los que aspiren al Aire, en Murcia. Para todos ellos el sistema será el mismo. En primer lugar, cuatro años de Ingeniería (aún por especificar). El número de jóvenes que ingresen en esta miniuniversidad será aproximadamente el doble de los que a los cuatro años accedan a la Academia para hacer un año de instrucción puramente militar. Los que no consigan dar este salto habrán obtenido un grado y se incorporarán a la vida civil con su titulación de ingeniería. El resto, los afortunados, finalizarán en la Academia un periplo de cinco años y saldrán como tenientes a la vida de oficial.

El examen de oposición para entrar en la miniuniversidad será menos exigente que el existente en la actualidad, ya que todos los que lo superen se aseguran salir licenciados como oficiales. Durante los cuatro años de ingeniería que se impartirán desde el curso 2010/2011 (será cuando entre en vigor el nuevo sistema) se impartirá una suave visión militar, pero el grueso irá dirigido al grado de ingeniería.
 

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