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cultura - DOMINGO, 5 DE ABRIL DE 2009


Manuel Merlo junto a Mariano Catarecha.

  entrevista / MANUEL MERLO, director del Centro Dramático
 

«Le pido al futuro que
nos mantenga la ilusión»

Manuel Merlo, director del Centro
Dramático de Ceuta, señala que
es “imposible” hacer teatro “sin
saber que cada día es el primero”
 

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El Centro Dramático de Ceuta inició este fin de semana una temporada muy especial, la de sus bodas de plata. Veinticinco años que han dado tiempo a nada menos que 172 obras. En un principio se denominó Taller Municipal de Teatro y a los 15 años cambió el nombre por el actual, cuando se dieron cuenta de que se hacían todas las funciones propias de cualquier centro dramático. En la actualidad, cuenta con una quincena de miembros, pero en 25 años han pasado por el escenario nada menos que más de ocho centenares de entusiastas del teatro.

Pregunta.- ¿Recuerda la fecha exacta de la fundación del Centro Dramático de Ceuta y cómo se llevó a cabo?

Respuesta.- La fundación la lleva a cabo el Ayuntamiento el 1 de febrero de 1984 con la denominación de Taller Municipal de Teatro. María José Navarro fue la impulsora del proyecto cuando pasó a ser concejala de Juventud y comenzó a crear una serie de talleres. Yo por entonces había estado dando cursos de teatro en los colegios y me llamó para crear el de teatro. A los seis meses se hizo la primera representación, Preludio para una noche de cómicos. A partir de ahí se forma el primer grupo estable, que estuvo funcionando como taller durante unos 15 años, cuando cambió de nombre, porque nos dimos cuenta de que prácticamente se estaban haciendo todos los trabajos de formación, investigación y producción que hacía cualquier centro dramático. Acudíamos a encuentros nacionales, internacionales y traíamos profesores de fuera, es decir, todas las funciones que hace un centro dramático de pequeña escala. Incluso nos dábamos cuenta que en cuanto a producción estábamos por encima del número normal de cualquier centro dramático.

P.- ¿Cuál es el balance en números del Centro Dramático de Ceuta en estos 25 años?


R.- Creo que esta es la obra número 172 que se pone en escena. Por el Centro Dramático habrán pasado desde su fundación como 850 personas. Hemos estado en cinco o seis países de Europa y viajado por prácticamente todas las autonomías. Hemos traído profesores de la península y también del extranjero. Hemos trabajado desde el teatro alternativo en la calle con espectáculos de improvisación hasta lo más clásico y pasando por el teatro contemporáneo, tragedias, comedias, bodevil, revista, musical... Lo cierto es que no nos hemos especializado en nada, sino que hemos tocado prácticamente casi todos los palos.

P.- ¿Ha habido alumnos ilustres?

R.- Hemos tenido alumnos que luego han venido como profesores, caso de Gregor Acuña, un actor internacional ahora mismo. Fue un alumno aventajado y luego regresó como un gran maestro para darnos sus conocimientos. Desde entonces ha trabajado en televisión, ha girado por el mundo tres veces con la Cuadra de Sevilla, Els Comediants y haciendo cinco años el Tricicle Clonic. Ahora ha fundado su propia compañía y ha abierto una escuela en Sevilla de teatro, música y danza.

P.- ¿Qué momentos destacarías en la historia del Centro Dramático de Ceuta?


R.- Yo diría que cuando trajimos descendientes directos de la metodología de Stanislavski, como Leonid Roberman, director del primer Teatro del Arte de Moscú, acompañado de un catedrático compatriota. Tuvimos la oportunidad de que estuviesen en Ceuta dos veces con cursillos de 15 días. Nos hemos movido a unos niveles internacionales notables. Por ejemplo, Olga Martí, con 16 años fue la primera joven española que fue seleccionada por un director inglés para representar a España en Europa. Cuando estrenamos Seis personajes en busca de autor en 1989 se dijo que había que empezar a hablar de un antes y un después para el Centro. La adaptación de Doce hombres sin piedad es también de las que me siento más orgulloso, porque necesitaba una docena de actores con fuerza y calidad. Otro momento importante fue cuando escribí Ceuta en el sentimiento, Ceuta pasión y voz, que se ha visto en diez ciudades fuera de España con más de 20 personas. El año pasado también estrenamos con una productora nacional en Ceuta la obra Ajuste de plantilla. Por otro lado, un hecho importantísimo para nosotros fue cuando se inauguró el auditorio del Siete Colinas y pudimos empezar a trabajar con una escenografía más sólida, porque en Ceuta se ha estado sin teatro 28 años.

P.- ¿Qué tenéis preparado para esta temporada tan especial?


R.- Todavía lo tenemos que hablar, pero está planteado hacer el mes que viene Prohibido suicidarse en primavera; el mes que viene queremos hacer una macroexposición por los 25 años y pensando que actos paralelos podemos hacer para la celebración; y terminar bien con Casa de muñecas, de Ibsen, o El tiempo y los Conway, de J.B. Priestley.

P.- ¿Qué le pides al futuro para el Centro Dramático de Ceuta?

R.- Que nos mantenga la ilusión. Hacer teatro sin ilusión, sin ganas, sin nervio, sin entusiasmo, sin saber que cada día es el primero, es imposible.
 

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