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OPINIÓN - VIERNES, 17 DE ABRIL DE 2009

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Me preguntaban, los otros días, si creo en la política y en los políticos. Sinceramente no creo en ninguna de las dos cosas, ni en la política ni en los políticos, sólo creo en las personas por su forma de actuar, desde el cargo que han alcanzado, realizando la labor que se les ha encomendado.

Unos aciertan más y otros aciertan menos, dependiendo de su forma de ser y actuar desde ese cargo que ocupan. Y son esos aciertos o desaciertos los que me permiten juzgar sus actuaciones, no como políticos, porque políticos de verdad, se pueden contar con los dedos de una mano y sobra dedos sino, simple y llanamente, como personas que realizan una buena o mala labor desde el puesto que ocupan en la sociedad.

Basta echar una simple mirada a tiempos pasados hasta nuestros días, y nos encontraremos, sin lugar a duda alguna, a esos señores que se hacen llamar “nosotros los políticos”, sin tener ni la más remota de las ideas de qué es la política y el ser político.

Con la llegada de la democracia aparecieron, como por encanto, una serie de personajillos, arrivistas y en ocasiones medio analfabetos, que llegaron a ocupar puestos de mando en esta sociedad ceutí, por el enorme desconocimiento que se tenía de lo que es la democracia, dándoles sus votos a esta fauna de personajillos, que como en el chiste “jamás la habían visto más gorda”.

La mayoría de esos arrivistas, medio analfabetos, en cuanto fue avanzando la democracia y el pueblo se enteró de qué iban y para qué valían sus votos, fueron desapareciendo no sin antes haber hecho las diez de última en su propio beneficio, sin aportar nada que pudiese beneficiar al pueblo. A ese pueblo, al que su desconocimiento, le había llevado a darle sus votos para que gobernasen.

Con este panorama y viendo en las manos que había caído mi tierra, puede alguien decirme que debo creer en los “políticos” o al menos en esa fauna de politiquillos del tres al cuarto, arrivistas de medio pelo, cuyo mayor conocimiento de la política, es que la palabra empezaba por “p”.

La cosa, a pesar del paso del tiempo, y de que la mayoría del personal se va enterando de qué es y significa la democracia, aún experimentando algún cambio, no lo ha hecho totalmente y seguimos teniendo, en cada pueblo de España, a una serie de “nosotros los políticos”, que no han hecho olvidar a aquella otra fauna de arrivistas y medio analfabetos que llegaron a tener poder en aquellos inicios de la democracia.

El día que desaparezca por completo esa fauna de arrivistas sin conocimiento alguno de qué es ser político y podamos votar en listas abiertas, dándole cada uno de nosotros, nuestros votos a aquellas personas que en realidad consideremos lo suficientemente preparadas para conseguirnos una vida mejor, luchando por los intereses generales de un pueblo y no por los intereses particulares, ese día habré empezado a creer en la política y en los políticos, porque alcanzaremos lo que entiendo que debe ser la auténtica democracia. Mientras sigo esperando.
 

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