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OPINIÓN - VIERNES, 17 DE ABRIL DE 2009

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

No pasa nada
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Mañana caliente, por el sol y otras cosas, calles inundadas por la plebe infantil camino de la escuela, muchos acompañados por los progenitores y otros más sueltos.

Chica joven que entra en la sucursal de una entidad bancaria con el objeto, es un suponer, de retirar dinero del cajero automático. Chico inmigrante, alto y flaco, que comienza a colocarse un pasamontañas, entra en la entidad bancaria y agarra el pequeño fajito de billetes de banco que representan al euro y que la chica acaba de retirar del cajero automático, da un tirón y arrojando a la chica al suelo sale a todo gas.

Chica que chilla destrozando los oídos de las personas cercanas a ella. Señor mayor, representante de la tercera edad más avanzada, se interpone en el camino del chico inmigrante, alto y flaco, que comienza a quitarse el pasamontañas con el objeto de impedir su fuga. Tremendo puñetazo que le destroza la nariz al señor mayor, representante de la tercera edad más avanzada, y que le hace caer de espaldas al duro pavimento de losetas.

Señor de mediana edad, apostado al lado del semáforo en espera de poder cruzar la avenida, que se da cuenta del altercado y decide adelantar su pierna derecha en el momento que pasa a toda velocidad el chico inmigrante, alto y flaco, que tropieza con ella y cae, cuan largo es, de la acera a la calzada.

Mujer con un pie en la juventud y otro en la madurez que conduce un potente BMW y se acerca a mediana velocidad al lugar de los hechos y que se lleva un tremendo susto al ver tirarse en plancha a un individuo que la hace frenar en seco, con lo que se da un buen golpe con la parte superior del volante en todo el morro. No llevaba el cinturón.

Chico inmigrante, alto y flaco, que siente como su tórax da la impresión de reventar a causa del tremendo topetazo contra la dura calzada de la avenida y que se levanta raudo, tras unos segundos de desconcierto y desorientación, y vuelve a poner la directa para largarse definitivamente del lugar batiendo la plusmarca mundial de los 100 m, de los 1500m y de los 8000m. Llevándose como premio unos cuantos billetes de euros.

Chica joven, que sigue chillando hasta ensordecer a los sordos, en un estado de agitación que ya resulta escandaloso porque enseña las bragas de manera tan abierta y clara al patalear hacía arriba, desde el frío enlosado, su rabia y a causa de la adrenalina soltada.

Señoras que pasan atraídas por los chillidos y que comentan lo desvergonzada que es esa chica que enseña eso. Otras personas, la mayoría hombres, se acercan a la desgraciada y tratan de consolarla cariñosamente, tan cariñosamente que no apartan los ojos del punto central de las bragas.

Todo el mundo se ha olvidado del chico inmigrante, alto y flaco, que estará ahora a kilómetros del lugar de su actuación.

Ambulancias que aparecen por los tres costados de la zona y que se paran ante la chica, una, y ante el señor mayor, representante de la tercera edad, que anda tumbado en un rincón de la acera con la sangre manando a borbotones de su machacada nariz, la otra.

Policías que aparecen cuando el chico inmigrante, alto y flaco, está desayunando un bocadillo de atún, pagado con dinero de una pobre chica derribada en el duro pavimento y chillando de manera desaforada y con las bragas ventilándose de manera extraordinaria.

Gente que, ante la aparición de la policía, ponen cara de póker y afirman que desconocen los hechos porque han llegado mucho después… ni uno dice ser testigo del caso, a pesar de que muchos estaban dentro de la oficina de la sucursal de la entidad bancaria.

Director y empleados de la sucursal de la entidad bancaria que afirman no haberse percatado del suceso al ocurrir éste fuera de su oficina…

No pasa nada, señores, no pasa absolutamente nada, es uno de los miles de incidentes callejeros que suelen ocurrir, con más frecuencia de un tiempo a esta parte, en nuestras ciudades y pueblos que no merecen siquiera dos líneas en la prensa. Ver para vivir, eso sí.
 

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