OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE ABRIL DE 2009

Debate de crisis política y económica

El debate sobre el estado de la Ciudad se ha caracterizado por sustentarse fundamentalmente en argumentos relacionados con la crisis donde por un lado el Gobierno defendía lo realizado pese a las complicaciones coyunturales y donde la oposición, algunos con argumentos más o menos rigurosos, y otros con un claro canto demagogo, se han expuesto para aclarar, cada uno por su lado, los posicionamientos adquiridos.

Es un hecho, no hay parangón histórico, que la inversión pública en Ceuta gestionada por la Ciudad Autónoma bate un récord considerable de montante económico que no ha sido conocido hasta la fecha. Los más de 144 millones de euros para obras públicas ya adjudicadas son una clara muestra de que, pese a todos los condicionantes adversos en época de crisis galopante, se afronta con decisión y valentía una época de vacas flacas que provoca precisamente la situación económica coyuntural. La falta de recaudación o de ingresos corrientes, los recortes claros presupuestarios que afectan a Ceuta o la salida de los tramos más beneficiosos del reparto de fondos europeos han llegado en un momento complicado, y lo han hecho todos al mismo tiempo. Pues aún así se invierte en obra pública marcando números de récords. Esto es un hecho que, unido a la política de cooperación y de colaboración con la Administración General del Estado, ha sido alabado por varios ministerios y reconocido por la representación del Estado en Ceuta, lo que indica sin duda que lejos de gestionar de modo partidista, se ejecuta la acción del Gobierno en un evidente marco donde prevalece el bien y el interés general de los ceutíes.

Sin embargo, la respuesta de la oposición en la Asamblea se ha alejado de la actual situación coyuntural de crisis o si acaso buscando aristas casi donde no las había. La oposición juega un papel fundamental en democracia si es ejercida desde la responsabilidad. Lo contrario es aportar un flaco favor al sistema y dinamitar gratuitamente a la institución tanto por desconocimiento como por la falta de personalidad política.