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OPINIÓN - JUEVES, 14 DE MAYO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

La primera actuación
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Recibo una carta en la cual se me explica la primera actuación que ha tenido Juan Luis Aróstegui en el Consejo de Administración de Procesa. Al que acudió como consejero, debido a que así lo ha querido Mohamed Alí: el hombre fuerte de la UDCE. Cuyo acuerdo con el PSPC permite que en todas las reuniones de las sociedades municipales estén presentes hombres que rinden pleitesía a Don Quintín el Amargao.

Mire, De la Torre, no cabe la menor duda de que acierta usted cuando nos dice que Aróstegui vive en permanente estado de ofuscación. Que le ciega la envidia al comprobar que la gente no le vota y en cambio lo hace masivamente con otro. Que su cara refleja perfectamente los rotundos fracasos obtenidos como político.

Dicho ello, le diré que la participación de Aróstegui en el citado consejo fue esperpéntica. Una auténtica ridiculez. En principio, anuló la presencia de Abselam Abderrahaman Maate: consejero y diputado del partido de la UDCE. No le dejó hablar en ningún momento. Lo puso en evidencia. Y le aseguro que el diputado daba muestras de estar abochornado.

La reunión tenía como objetivo dar conformidad a un único punto: Aprobar una transposición de la normativa europea para aplicarla a nuestro Ayuntamiento en temas de contratación administrativa. Y, dado que era un asunto de trámite, no había nada de que hablar ni tampoco cabía modificación alguna.

Pero nuestro hombre permitió que se votara la propuesta. Eso sí, con su negativa. Sacando a relucir su acostumbrada facundia. Poniéndose muy bien puesto. Y cuando la votación había finalizado, intervino haciendo uso de todas las artimañas habidas y por haber para tratar de confundir y engañar a los presentes. Incluida la Secretaria General de la Ciudad.

Luego, sin tomarse ya el menor respiro y hablando por los codos, trató de envolver al presidente. Que de haber picado el anzuelo, habría errado. Y así nos tuvo más de dos horas teniendo que soportar su verborrea y sus arrogantes poses. Con el único fin de intentar colar unas enmiendas al texto original, que ya se había votado.

Lo ocurrido en esa reunión fue lamentable no sólo porque daba pena ver a un diputado de la UDCE convertido más o menos que en el chiquillo de los mandados de Aróstegui, sino porque éste jugó una vez más con las cartas marcadas. En una palabra: que hizo de filibustero. Gustándose ante los presentes de un discurso agotador que no venía a cuento de nada.

Ya que lo que él proponía no era posible reglamentariamente. Pues las enmiendas deben ser presentadas antes de votar el asunto que ha sido propuesto. Aun así, el hombre que ya manda más que nadie en la UDCE, aunque pertenezca al PSPC, partido sin acta parlamentaria, metió baza para confundir. Aprovechando el momento, además, para hacerse notar como si fuera lo que usted ha dicho en ocasiones: un Churchill redivivo.

Resumiendo: el siguiente paso, como hace siempre, fue salir en los medios de comunicación exponiendo sus razones y argumentos para ser tenido como el gran salvador que necesita este pueblo. Y, desde luego, tachando de ineptos a todos los que no le dicen amén. Ese amén que, desgraciadamente, le ha dado Mohamed Alí. ¿A cambio de qué?
 

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