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OPINIÓN - JUEVES, 21 DE MAYO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Nuevo Reglamento de Subvenciones
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Uno es más respetado por lo que calla que por lo que cuenta. Sin duda. Lo que uno calla no es que sea un arma decisiva para que la especie humana se extinga. Pero tiene su importancia, en el caso que hoy me ocupa, como conocimiento de la protección de la que han venido gozando ciertas personas en esta ciudad por parte de los gobernantes y de los medios en general. Mientras a otras, por nada y menos, se las ha paseado en el carro de las ignominias. Lo cual hace posible, cuando me da por cavilar al respecto, que un ramalazo de ira me cambie el carácter durante una fracción de segundos.

En esta ocasión no estaba cavilando sobre lo reseñado, sino que estaba leyendo lo anunciado por el consejero de Hacienda, Francisco Márquez, cuando el relámpago iracundo me sacudió con la brevedad característica de este fenómeno, nada más empaparme del último punto de la información aportada por Márquez.

El consejero de Hacienda nos ha puesto al tanto de que a partir de ahora, nunca es tarde si la dicha es buena, habrá un nuevo reglamento de subvenciones. El cual obligará a todas aquellas entidades subvencionadas a ponerse al corriente de los deberes tributarios con todas las Administraciones. Con el fin de que puedan seguir recibiendo ayudas superior a 100.000 euros anuales. Muy bien.

El siguiente paso es que todas las entidades que ingresen esos dineros, anualmente, deberán someterse también a una auditoría exterior, tal y como tienen que hacerlo las sociedades públicas. Lo cual me parece requetebién. Pues ya era hora de que el haz de luz de la linterna fiscalizadora se adentrara en las oscuridades de los libros de contabilidad de esas asociaciones beneficiadas con ayudas procedentes de la Casa Grande.

Hasta ese momento todo me parecía lo más natural del mundo. Y llegué a pensar que lo ocurrido en el Consejo de la Juventud de Ceuta había servido, al fin, para evitar que nadie tuviera ni siquiera la tentación de meter la mano en la caja de las ayudas aportadas por el Ayuntamiento.

Pero quedaba el párrafo final. El definitivo. Donde el consejero de Hacienda, Francisco Márquez, nos ponía como ejemplo las asociaciones –todas ellas sin ánimo de lucro. Faltaría más- que habrán de cumplir con el requisito de someterse a una auditoría externa. Como debe ser. Fueron tres: FEAPS, Cruz Blanca y la Asociación Deportiva Ceuta. Y es entonces cuando, como digo más arriba, me llené de cólera momentánea.

Pero hombre de Dios. Ay, consejero de mi alma. Cómo es posible que aún no se haya enterado usted de que la ADC fue una adelantada en cuanto concierne a la auditoría que su reglamento ordenará a partir de ahora. La hizo siendo su presidente el editor de este medio. Los que no han hecho auditorías son los presidentes que le siguieron. En fin, de olvidadizos está el mundo lleno. Me dije.

Mas pronto me percaté de que había tenido usted otro despiste monumental. Sí, consejero de Hacienda. Y si yerro, por favor, espero que me corrija. Pues estoy siempre dispuesto a rectificar. Al grano: que se le ha olvidado decirnos que la Federación de Fútbol de Ceuta forma parte de los organismos que han de someterse a las reglas del nuevo reglamento de subvenciones municipales. Y créame que me recorrió el cuerpo un rayo de rabia.
 

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