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sociedad - VIERNES, 22 DE MAYO DE 2009


promoción de la Unidad de Matronas. ep.

sanidad
 

Protagonistas en un segundo plano

La pasión por ayudar a la mujer a
dar vida corre por las venas de María Auxiliadora, Sandra, David y Carmen,
que conforman la última promoción de la Unidad de Matronas del hospital. Después de dos años de esfuerzo, formación y buenos recuerdos en Ceuta, cada uno inicia ahora una nueva aventura
 

CEUTA
David F. Pascual

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Unidad Docente de Matronas del hospital civil del INGESA continúa dando sus frutos. Si el año pasado fueron dos las primeras graduadas, este año la promoción la integran cuatro jóvenes con una tremenda vocación y con un espíritu y una humanidad sobresalientes. Como Sara Trasierra y Milagros Álvarez el año anterior, María Auxiliadora Ignacio, Sandra Pérez, David Harillo y Carmen Rivero llegaron a Ceuta desde distintos puntos de la península. Todos y cada uno con una historia de amor por la ginecología y la obstetricia y muchas ganas de aprender.

María Auxiliadora nació en Sevilla, pero residía en Córdoba antes de aterrizar en Ceuta previa aprobación de unas oposiciones que le garantizaron la plaza en formación. La suya es una historia particular pues decidió venir a formarse a pesar de estar casada. Ahora está embarazada y sólo piensa en volver a casa con su familia. Seguirá como matrona en Córdoba. Mientras, Sandra lo tuvo más fácil a la hora de venir porque es de La Línea. David es de Estepona y será mañana el primer comadrón graduado por la unidad. Estudió Enfermería en Ceuta hace muchos años y por ello se decidió a aceptar la plaza. Tiene claro que volverá a Lorca, donde ha vivido los últimos siete años y donde ha trabajado de enfermero. Finalmente está Carmen, una malagueña que tiene como experiencia sus años de trabajo en el Hospital de la Costa del Sol de Marbella. “Ser matrona es para mí algo vocacional”, reconoce. Tuvo muchas dudas a la hora de ir a Ceuta pues tenía la opción de Barcelona, donde tiene familia, pero con la ayuda de David, al que conoció por “amigos comunes” se decidió. No se ha arrepentido.

Los cuatro se sienten unos “privilegiados” por formar parte de un momento “mágico” como es el alumbramiento de vida por parte de una mujer. Una participación, la de las matronas, que según apunta María Auxiliadora, debe estar “siempre en un segundo plano puesto que la verdadera protagonista es la mujer”. Carmen, por su parte, no duda en destacar de esta experiencia el “carácter multicultural de los partos”. “Hemos tenido el privilegio de vivir el parto desde distintas perspectivas y manifestaciones y eso nos ha dado una visión más amplia”, apunta. Todo ello ha ayudado a estos jóvenes a enriquecerse “como personas, además de como profesionales”, señala David.

Ellos han vivido desde otra perspectiva el alto volumen de partos que cada año soporta el hospital civil de Ceuta, en gran medida por la llegada de mujeres embarazadas de la provincia de Tetuán. Lejos de lamentar este éxodo hacia Ceuta de las parturientas marroquíes, lo entienden. “Como mujer embarazada que soy me pongo en el lugar de estas personas y yo haría exactamente lo mismo. Iría a un sitio donde me dieran garantías de que mi bebé va a nacer bien y que yo voy a estar bien cuidada”, sentencia María Auxiliadora. Mientras, su compañera Carmen indica que su deber es asistir al parto a “todas las mujeres” que llegan a la unidad. “En ningún momento nos planteamos dar una atención distinta porque provengan de otro sitio”, agrega.

La barrera del lenguaje lo es cada vez menos. Primero por la genial idea de Luciano, uno de los comadrones del hospital, quien inventó un pictograma para mantener una comunicación básica con las embarazadas marroquíes. Y después porque siempre queda la comunicación no verbal. Por su parte, David, no duda en reconocer que hay una preparación previa y es que las propias matronas manejan ciertos términos en dariya para tener una comunicación básica además de los pictogramas.

Parto natural

Durante los dos años de formación como matronas, los cuatro han asistido a multitud de partos y han podido comprobar como el uso de la epidural no está extendido en Ceuta, aunque sí hay un colectivo que viene “con la epidural por delante”, señala Carmen.

“Afortunadamente estamos en un momento en que se está promoviendo la asistencia al parto normal desde todas las instituciones. La mujer ahora quiere ser protagonista de su parto, desea un parto humanizado, en el que sí se trata el dolor y en el que la analgesia epidural es un recurso, no algo indispensable. Hay muchísimas opciones para paliar el dolor. Yo entiendo que lo profesionalmente responsable es dar a la mujer toda la información y que sea luego ella la que elija”, afirma.

La responsabilidad a la hora de asistir un parto es mucha y los cuatro son conscientes de ello. Más cuando son residentes. “Poco a poco vas cogiendo autonomía. Siempre consultas con las matronas de tu turno. Nos sentimos totalmente preparados para llevar un parto normal”, apunta Sandra.

Estancia en Ceuta

La decisión de dejar atrás una vida y embarcarse en una aventura nueva, en otra ciudad es una sensación que muchos han podido experimentar y que han sentido como propia los cuatro protagonistas de esta historia.

“Todos tuvimos que romper con el estilo de vida que llevábamos. Ceuta ha sido un lugar donde iniciamos una nueva etapa de nuestra vida. No obstante, los cuatro estamos de acuerdo en que tuvimos una bienvenida excepcional. Hemos sido acogidos de una manera muy calurosa y mi balance es positivo”, relata el esteponero.

Por su parte, María Auxiliadora recuerda que la decisión no fue fácil pues no llevaba ni un año de casada: “Fue muy duro. Me costó mucho adaptarme a mi nueva situación de vida”. Mientras, Sandra destaca que su estancia le ha servido para ver que la imagen que de fuera se tiene de Ceuta no corresponde totalmente con la realidad. “Nos hemos sentido muy queridos y respaldados por el personal del INGESA”, resume Carmen.

Al proceso de adaptación, los cuatro debieron sumar los esfuerzos realizados en la etapa de formación. No ha sido ni mucho menos un camino de rosas pero “sarna con gusto no pica”, reconoce María Auxiliadora.

El programa incluye 1.800 horas al año entre teoría y práctica. Casi dos meses de estancia en los centros de Atención Primaria cada uno de los dos años de formación e intensas guardias de doce horas en el paritorio. “Todo esto nos ha imposibilitado bastante el poder movernos de Ceuta”, aseguran.

El grupo es consciente de que sus ‘maestros’ están muy contentos con el trabajo realizado, algo que debe contar a la hora de encontrar alguna plaza y quedarse en Ceuta. Pero por norma, siempre hay gente por delante. Sandra, que es de La Línea, dice que si hubiera alguna oportunidad de quedarse lo haría sin problemas. Es quien más claro lo tiene en este sentido. “Haciendo balance entre lo personal y lo profesional no tendría inconveniente en quedarme aquí un tiempo o por el contrario hacer algo fuera y si surge la oportunidad volver”, manifiesta Carmen.

David será el primer varón en egresar en la Unidad Docente de Matronas de Ceuta. Él tiene claro que no hay profesiones para hombres ni para mujeres: “Para darle una buena asistencia a una mujer en un parto es necesario ser buen profesional, independientemente del sexo”. Además, recuerda que el concepto de que esta profesión está pensada para mujeres está cambiando. Para muestra, un botón. Casi hay igualdad de comadrones que de matronas en el hospital ceutí.

Por último, María Auxiliadora, en nombre del grupo, quiso lanzar un mensaje de agradecimiento a todas las peronas a las que han atendido en estos dos años. “Gracias a las mujeres de Ceuta que nos han permitido estar con ellas, cuidarlas, acompañarlas y ser testigos del nacimiento de sus hijos. Si no fuera por ellas no seríamos lo que somos hoy”.
 


El INGESA brinda una calurosa ceremonia
de graduación a la segunda promoción

La Dirección Territorial del INGESA brindará esta mañana un caluroso homenaje en forma de ceremonia de graduación a los cuatro componentes de la segunda promoción de la Unidad de Matronas del hospital. Jesús Lopera, director territorial del INGESA y Rafael Guisado, director de la Escuela Universitaria de Enfermería, serán las principales autoridades presentes en este acto académico. Un evento que tendrá lugar a las 12.00 horas de hoy en el salón de actos de la Escuela de Enfermería. Tras la despedida de los alumnos que finalizan sus estudios se realizará la entrega de diplomas y metopas. Posteriormente, llegará el turno de la lección magistral a cargo de la matrona Dolores Aguilera y, por último, los discursos, que pondrán el punto y final a este acto académico.
 

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