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ACTUALIDAD - SÁBADO, 30 DE MAYO DE 2009


nº 19 de la calle Castillo Hidalgo. e.p.

viviendas
 

Disputa entre dos familias por la propiedad de una casa de 32 metros

Los nuevos inquilinos pagaron 10.000
euros por una vivienda que ahora
reclaman los familiares del verdadero propietario; el caso, que ya está en el
juzgado, se llevará mediante vía civil

CEUTA
Luis Parodi

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Dos familias se disputan la propiedad de la vivienda número 19 de la calle Castillo Hidalgo (barriada San José). Lo curioso es que el catastro de la casa está a nombre de una pareja de novios que acaba de pagar 10.000 euros a uno de los antiguos ocupantes de la casa. y, mientras tanto, una parte de la familia Blanco tiene la nota simple, donde consta que la casa pertenece a sus abuelos, fallecidos hace décadas.

Hace muchos años, en la vivienda número 19 de la calle Castillo Hidalgo vivían José Blanco y Dolores Mira. Cuando estos fallecieron, la casa la heredaron dos de sus hijos, Enrique y José. José, que cuenta con 81 años en la actualidad, se marchó a vivir a la Pantera, mientras que Enrique, de 80, se quedó en la barriada de San José. Hace algo más de cinco años, Enrique tuvo que marcharse a la Cruz Blanca a vivir por causas de una vida inadecuada. Mientras tanto, un amigo suyo que hacía de la calle “su hogar”, Francisco Velasco Cegado, se quedó en el número 19 de Castillo Hidalgo con el consentimiento de Enrique. Francisco hizo del número 19 su nueva casa, tanto es así que en su DNI consta esta vivienda como su domicilio particular y el catastro de la casa pasó a tener su nombre. En una de las casas aledañas vivía Meriem, una joven que decidió emanciparse con su novio y formar una familia muy cerca de su madre. Meriem vio que el número 19 de su calle no era una casa “normal”. “Estaba abandonada, llena de porquería, su dueño, Francisco, no tenía ni agua ni luz”. Su novio, Younes, asegura que las ratas “vivían allí”.

Tanto Meriem como Younes consultaron a Francisco si estaría dispuesto a vender la casa. “Vimos que el catastro estaba a su nombre, fuimos al ayuntamiento y vimos que Francisco era el propietario, así que, abogados por delante, las dos partes, Fransisco y nosotros, firmamos un acuerdo de compraventa”. De esta manera, el título del catastro pasó a estar a nombre de Meriem y Younes. Pero no contaron con la nota simple: el registro de la propiedad señalaba que la casa era propiedad de José Blanco y Dolores Mira, aquel matrimonio que falleció hace décadas. Y aquí aparece la familia Blanco, tanto la sobrina de Enrique y José, como el marido de ésta, que piden que el catastro vuelva a estar a nombre de los Blanco, para que así, Enrique, cuando abandone la Cruz Blanca, pueda volver a la que era su casa hace años. “Nosotros no queremos vender la casa, sino que Enrique pueda volver cuando salga de la Cruz Blanca”, comentaron tanto la sobrina de Enrique y José como su marido. Sin embargo, Meriem y Younes creen que lo único que quieren estos representantes de la familia es quedarse con parte de la venta de la casa. “Nosotros no tenemos nada que hablar con estas dos personas, porque a quien realmente le pertenece la casa es a Enrique y a José, que son los herederos directos; ella es una sobrina que quiere su parte de dinero en una futura venta”. Younes y Meriem ya han pagado 10.000 euros por 32 metros cuadrados que estaban hechos una ruina. Ahora, han comenzado a reformar el interior de la vivienda, pero no saben si tendrán que afrontar un nuevo pago. “Lo máximos que estaríamos dispuesto a pagar sería 5.000 euros más, porque la casa no vale más de 15.000 euros”, apuntó Meriem. Además, Younes y Meriem van a afrontar una deuda de 1.400 euros que mantienen Enrique y Francisco con Acemsa. “Ellos no han tenido en cuenta nunca la casa y ahora, que han visto que la pueden perder, se han interesado”, afirma la joven pareja. “Además, nosotros hablamos con José, que tiene 81 años y está totalmente lúcido, aunque la sobrina de José y su marido dicen que lo dejemos tranquilo, porque según ellos, José, como su hermano Enrique, no se valen por sí mismos”. Manuel y la sobrina ya han presentado una demanda y no se explican cómo no pueden entrar ahora en la que consideran su casa. La nota simple les da la razón, pero el catastro y la historia reciente se las quita. El caso queda listo... para el juez y por lo civil.
 

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