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OPINIÓN - DOMINGO, 7 DE JUNIO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Majaderías
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Fue el pasado abril, cuando le dije a Pedro Gordillo que quería hacerle una entrevista para ‘Ceuta Siglo XXI’. Y debo decir que aceptó inmediatamente y sin ningún tipo de condiciones. Máxime cuando había creído conveniente ponerle al tanto de que iba a preguntarle por su pasado como sacerdote.

Y cuando me senté a la mesa de su despacho, frente a él, comencé el interrogatorio queriendo saber sobre su llegada a Ceuta y sus primeros pasos como cura. Y a la tercera o cuarta pregunta, fui directo al grano:

-¿Por qué dejó usted el sacerdocio?

Y Pedro Gordillo respondió con celeridad y sencillez. Con esa naturalidad de quien está seguro de haberse comportado como le dictaba su conciencia. “Le diré a usted lo mismo que le dije al obispo en su momento. Que yo no carecía de fe. Sino que había descubierto el amor por una mujer y me era imposible guardar la castidad”.

Así que insistí: O sea, que de no existir el celibato usted seguiría siendo cura, ¿no?

-Sí, se lo digo tal y como lo siento, respondió.

Aquellas preguntas no se las hubiera hecho yo nunca a Gordillo, de no haber sido porque a éste tratan de zaherirle a cada paso, los que discrepan de su forma de actuar como gobernante, recordándole que media un abismo entre aquel Gordillo cura y el actual político, con el único fin de mortificarle.

Lo cual no deja de ser una majadería. Una manera de echarle en cara una decisión que nuestro hombre tomó en su día, porque estaba en su perfecto derecho de tomarla. Lo malo hubiera sido que Gordillo se hubiese hecho el lipendi, viviendo el sacerdocio amancebado y convertido en un hipócrita de muchos vuelos.

Lo traigo a colación, porque Gordillo para evitar discusiones mayores con la candidata socialista al Parlamento Europeo, Izaskun Bernal -eso sí, muy templado-, ha tenido que hacer las declaraciones necesarias para disipar versiones o interpretaciones erróneas de ésta con respecto a él. Tachándole de haber abandonado el sacerdocio y de haberse casado dos veces. Como si de un crimen se tratara.

Lo que no entiendo es cómo Izaskun, mujer tan preparada, tan joven y tan actual, puede haber cometido ese error. Bien está que los profesionales del Carnaval lo hayan asumido como argumento para sus guasas. Y que también ese pasaje de cura sirva como desahogo de las personas que andan detrás de Gordillo para que éste coloque, sin conseguirlo, al sobrino, al primo, al hijo, al cuñado o a la mujer. Mas, insisto, la candidata socialista al Parlamento Europeo, tan repleta de cosas buenas, no se puede permitir tamaña metedura de pata.

En fin, que Gordillo ha hecho bien en amonestar a Izaskun Bernal, públicamente, con buenos modos. Porque de haber sacado a relucir su excesivo temperamento, el que a veces lo condiciona, además de apaleado habría tenido que aguantar un chaparrón de críticas acerbas.

Y termino preguntando: ¿es también pecado mortal que un ciudadano se apunte a una excursión por el desierto y decida pasear sobre el dorso de un camello? Lo digo, Pedro, porque, a lo de ex cura, se suma ahora el que te tilden de beduino.
 

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