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OPINIÓN - DOMINGO, 7 DE JUNIO DE 2009

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 1


Aparezco por uno de los sitios en los que acostumbro a charlar un rato con quienes acuden a tomar el aperitivo. Somos tres los que trabamos conversación. Se impone hablar de Nadal y de la paupérrima condición física que exhibió ante Robin Soderling: tenista sueco que se la tenía jurada al de Manacor. Del disgusto que nos dio el número uno pasamos a comentar lo ocurrido en el último partido de Liga. Y me da por decir que los béticos deben estar enfurecidos no sólo con sus jugadores y con Lopera, sino también con el árbitro Fernando teixeira Vitienes (Comité Cántabro). El cual expulsó a dos jugadores del Madrid. Y, desde luego, con Iker Casillas: cuya pésima actuación propició la victoria de los pamploneses. Y, como tercer punto del día, analizamos la buena condición física que tiene el presidente de la Ciudad. Y es que Juan Vivas estaba el sábado en El Rocío. Y, ni corto ni perezoso, llegó a Ceuta a mediodía para formar parte de los invitados a una boda celebrada en el Hotel Tryp. Derroche de vitalidad por parte de un presidente que hizo tan enorme sacrificio para estar al lado de su gran amigo: Manuel González Bolorino. Verdad es que el movimiento se demuestra andando.

MARTES.2


Alejandro Sevilla Segovia está sentado en la terraza de una cafetería y llama mi atención al pasar por su vera sin darme cuenta de su presencia. Y allá que me invita a sentarme un rato a su mesa, porque dice que le gusta hablar conmigo. Y a mí, como ustedes comprenderán, su invitación me sabe más que bien. Alejandro me pone al tanto de que ha estado ingresado en el hospital. Que ha vivido varios días sometido a vigilancia médica, debido a una anemia que venía con muy malas intenciones. Y que gracias al médico que le ha tratado, y cuyo nombre lamento no mencionar por haberlo confiado a mi memoria, ha podido salir adelante. Con Alejandro, y sin miedo a repetirme, llevo veintitantos años hablando cada dos por tres. Desde que me lo presentaron un día, muy cerca del Alfonso Murube. Y la verdad es que a los dos nos gusta pegar la hebra. En esta ocasión, además, Alejandro ha podido charlar unos minutos con María, mujer de Francisco Javier Sánchez-Paris, que pasaba por allí. Y ésta, con su amabilidad característica, le ha recordado cómo le conoció y en qué condiciones. Luego, los dos hemos firmado un pliego que nos ha presentado una señora para que no se pierda la tradición de pasear en barco a la Virgen del Carmen.

MIÉRCOLES. 3

Hay noches en las que uno se desvela. Noches en que se rompe el sueño por cualquier recuerdo. Y, a partir de ese momento, cuesta lo indecible volver a recuperarlo. Es lo que me ocurrió la noche anterior. Mi preocupación se produjo porque había leído, el martes por la tarde, la última columna que le dediqué a Carlos García Bernardo. Que fue en septiembre de 2008. Con el fin de hablar nuevamente de él. De una persona a la que le tengo ley. Con la que he mantenido siempre unas relaciones magníficas. Carlos es un luchador nato. Un trabajador infatigable. Una magnífica persona. Y alguien dispuesto en todo momento a prestarle toda su atención a quien acudiera a él pidiendo ayuda. Llevo varios meses sin poder hablar con Carlos. Y lamento no poder regalarle el oído, por muy madridista que yo sea, explicándole los motivos que hacen tan grande al Barcelona. Tampoco me es posible contarle nada acerca de la Asociación Deportiva Ceuta. El equipo de sus amores. A Carlos lo conocí yo, por primera vez, en el Puerto Bahía -hotel de El Puerto de Santa María-. Iba acompañado por Pedro Moreno. A quien le he pedido que me informe de la situación de nuestro amigo. Carlos, no te rindas. Te echamos de menos.

JUEVES. 4


Leo la carta que la consejera de Juventud, Deportes y Nuevas Tecnologías, Kissy Chandiramani, envió a la Federación de Fútbol de Ceuta, explicándole al presidente, Antonio García-Gaona, que debido a la crisis económica serán reducidas algunas subvenciones a equipos modestos. La misiva contiene además un párrafo en el cual la consejera halaga el trabajo de García-Gaona. Pero lo que no veo por ningún sitio del escrito es la más mínima alusión a que, de una vez por toda, el organismo futbolístico se someta a una auditoría con el fin de que puedan publicarse las cuentas de esa federación. Las que llevan décadas sumidas en la oscuridad más absoluta. Lo cual induce a pensar que, durante todo ese tiempo, en ese organismo se han venido haciendo las cuentas del Gran Capitán. Por haber carecido la federación, desde hace una eternidad, de un buen gestor. Y semejante dejadez y abandono, por tanto, impiden ahora que los libros contables reciban el haz de luz que están pidiendo a gritos. Así que cuando me disponía a ser amable con la consejera de Juventud, Deportes y Nuevas Tecnologías, resulta que me lo impide la lectura de una carta que considero absurda. Lo siento, querida Kissy Chandiramani, pero creo que es sumamente necesario seguir insistiendo en este asunto a cada paso.

VIERNES. 5

Pepe Ávila
me tiene dicho que no lo mencione en estas páginas. Que luego tiene problemas. Y, cuando le pido que me ponga al tanto de esos problemas, va y me los cuenta por encima. Y le respondo que no me convencen. De modo que hoy diré, aunque se me vuelva a enfadar el director del Hotel Tryp, que hemos estado hablando durante un buen rato. Y que nos ha dado tiempo de intercambiar impresiones con Javier Prat. Siempre tan comedido y amigo de sus amigos. Y que también hemos disfrutado de la presencia de Ramón Soto: escritor sevillano, que hace nada presentó el libro ‘Sevilla en mi corazón’. En el cual recoge y compendia una selección de su extensa y heterogénea obra literaria. Como así aparece en el prólogo escrito por Enrique Barrero González: Presidente del Ateneo de Sevilla. Don Ramón rezuma campechanía. Y da gusto conversar con él. Es la primera vez que tengo la posibilidad de hacerlo. Y la aprovecho para comunicarle que estoy leyendo ‘Sevilla en mi corazón’. Libro que me fue regalado por Miguel Ángel Vallejo. Y al escritor se le ilumina el rostro. Y es que todos escribimos para ser leídos. Aunque Azorín, en su día, harto de aguantar las impertinencias de Gonzalo Fernández de la Mora, escritor de derechas y ministro de la Dictadura, le dijera a éste que él escribía para comer.

SÁBADO. 6


Me había prometido hoy quedarme en casa. No salir a dar barzones. Pero, antes de las doce de la mañana, decidí lo contrario. Y allá que me encajé en, menos que canta un gallo, en la Avenida del alcalde Sánchez-Prado. Y me topé con Mohamed Chaib. Y lo primero que hice fue abroncarlo. Tocarle los clarines del miedo, a ver si consigo que deje de fumar. Pues bien sabe él que el fumeque sólo le ocasionará disgustos. Aunque mucho me temo que mi amigo, en cuanto sea capaz de pasarse una semana sin darle al pitillo, seguro que se fumará dos o tres seguidos para celebrar la fuerza de voluntad que ha tenido. Lo cual, sin embargo, no hará mella en mí. Así que seguiré tratando por todos los medios que mi amigo deje el tabaco. Me despido de Chaib y me encuentro con alguien perteneciente a la Unión General de Trabajadores. Y, aunque lleva prisa, se detiene un momento para decirme que Juan Luis Aróstegui puso el mingo en una reunión. En la que estaban, entre otras muchas personas, el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, y el consejero de Fomento, Juan Manuel Doncel. Ambos, según me anticipó el sindicalista, tuvieron que reprocharle al muchacho de CCOO su mal comportamiento. Ya que repartió insultos a destajo. Y es que el muchacho no escarmienta. Está de los nervios. Y, como terapia, hay un único remedio... Pero no acaba de enterarse.
 

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