PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 18 DE JUNIO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Seguridad en los polígonos del Tarajal
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Cuando mayo estaba dando las boqueadas, dos porteadoras murieron en una escalera corta, estrecha y peligrosa, que forma parte del acceso a los polígonos industriales del Tarajal. Las muertes de las dos infortunadas mujeres marroquíes, dedicadas a cargar bultos como mulas, nos conmovieron.

En mi caso, a lo mejor es ya por la edad, lo ocurrido me tuvo afectado varios días. Mientras oía y leía, a todos los que dicen saber mucho de cuanto acontece en esa zona comercial, que las muertes de esas mujeres estaban cantadas. Y que ellos, los que dicen saber mucho de lo que sucede en las calles del recinto, en las naves y en sus alrededores, habían advertido que en cualquier momento podría suceder una desgracia de esa magnitud.

La mala noticia, ilustrada con fotografías de un centro comercial (!) con pinta de tercermundista, corrió como la pólvora y Ceuta volvió a ser el centro de atención nacional e internacional, y no precisamente por lo bonita que tiene la ciudad su presidente.

Y a renglón seguido se pedía que la Delegación del Gobierno tomara las medidas oportunas para que no volviera a producirse el caos de la muerte en un territorio donde impera la ley de los más fuertes. Que son los que acaban siempre imponiendo las normas que les convienen. Y también los que alteran al personal, cuando les interesa, para que presionen a las autoridades. Lo cual se pudo comprobar el lunes pasado.

Al delegado del Gobierno, hombre accesible, quizá el más accesible que ha pasado por aquí, las muertes de las porteadoras le afectó sobremanera. Y dada su experiencia sobre avalanchas -está la de los inmigrantes en Melilla, cuando él ejercía allí de delegado-, tomó medidas a fin de evitar nuevos accidentes.

Medidas que han encontrado respuestas negativas incluso en todos aquellos que pedían severidad en sus disposiciones para atajar los desbarajustes, caos, embrollos, barullos, tumultos... Problemas que llevan latentes percances tan graves que pueden costar la vida. Las muertes de las porteadoras deben servir como prueba evidente de que toda seguridad que se tome es poca en esos polígonos y en sus alrededores.

Las medidas tomadas por José Fernández Chacón, y ejecutadas por la Policía, no gusta a quienes manejan los resortes de aquella zona comercial. Y, claro está, no dudan en meterles el demonio en el cuerpo a todos los participantes secundarios del negocio. Para que se quejen de todo. Hasta de una Policía a la que le achacan inmiscuirse en funciones que no les corresponde. Cuando lo que desean, por el bien de todos, es que los empleados y los proveedores sean poseídos de una tarjeta de identidad.

Puesto que en esas calles, del interior de los polígonos, por razones obvias, es sumamente necesario evitar que pululen por ellas quienes no deben. Y existe sin duda otro apartado fundamental: el deseo de unos pocos de hacerse con la retirada de cartones, porque están convencidos de que ese menester está haciendo ricos a varios individuos conocidos. En este caso, miran hacia la Ciudad. En fin, tampoco uno quiere ir más allá en este asunto.

Lo que sí me parece loable es que el delegado del Gobierno trate por todos los medios de evitar más muertes. Pero los hay tapados que sólo entienden de dinero. Y tratan de torpedear las decisiones de Fernández Chacón. Mal asunto.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto