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OPINIÓN - MARTES, 23 DE JUNIO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

La broma de Abad
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Fernando Abad, madrileño él, ha llegado a esta ciudad recomendado por Cecilio Castillo. Éste, como ustedes saben, es miembro muy importante de la directiva del primer equipo local. Y sus consejos terminan convirtiéndose en leyes. Con lo cual todos los componentes del club están convencidos de que Abad es lo más parecido a Monchi. Ese técnico del Sevilla que goza de tan buen ojo clínico a la hora de contratar jugadores.

Abad, nada más poner los pies en Ceuta, declaró que pensaba pasarse todo el verano aquí. Y que lo haría para hacer una plantilla competitiva y capaz de conseguir el ascenso tan deseado. Desde entonces, y hace ya su tiempo, al técnico recomendado por Cecilio no se la ha visto el pelo por esta tierra. La última vez que le vieron fue leyendo ‘El Pueblo de Ceuta’ en la terraza del Milord.

Pero no crean ustedes que el madrileño, tan castizo él, está comiendo y bebiendo todos los días por el Madrid de los Austrias, a costa de los buenos dineros que ha obtenido en Ceuta. Pensar de esa manera sería quitarle méritos al trabajo que viene desempeñando el tal Abad. A quien debe haberle costado sangre, sudor y lágrimas el llegar a un acuerdo con Gómez: delantero de la Unión Balompédica Conquense.

Y es que semejante logro hay que valorarlo en todos los sentidos. De la misma manera que la contratación de Manu Taranilla, portero del Portuense en la pasada temporada, es prueba evidente de que el director técnico es capaz de superarse. Pues conseguir ese fichaje, tan complicado, sólo es posible si por medio hay un técnico sagaz y con unos conocimientos del mercado indiscutibles.

Y qué decir de las conversaciones que viene manteniendo con Romerito: nacido en Jerez y que lleva varios años jugando en Linares. En este caso, tengo la impresión de que Abad puede en el empeño sufrir la pérdida de varios kilos. Porque hacerse con los servicios de Romerito no está al alcance de cualquiera. Ni siquiera de su paisano Carlos Orúe. Y ya no digamos nada de Velázquez. Tenido como plan B por si falla el plan A: el sí de Raúl Gaitán; perteneciente al Polideportivo Ejido.

En realidad, no quisiéramos estar en el pellejo de Fernando Abad. Menuda papeleta tiene nuestro hombre por delante. Yo me lo imagino sudando la gota gorda. Y llegando a su casa cada día derrengado y deseando echarse en la cama para recuperarse. Y la de veces que deberá acordarse del lío en que lo ha metido su amigo Cecilio. Y hasta no desestimo que, en ocasiones, Fernando Abad medite si es conveniente llamar a Cecilio y comunicarle que desea un aumento de sueldo debido a que el trabajo que viene haciendo es superior al acordado. O sea, descomunal.

La broma del fichaje de Abad, pues es preferible tomárselo así, le ha costado al club una pasta gansa. Mientras en el club cobran sueldos varios técnicos. Quienes, de acuerdo con Orúe, entrenador, podrían haber acordado los fichajes necesarios.

Por consiguiente, el domingo, en la miscelánea semanal, escribí un suelto sobre lo innecesaria que había sido la contratación de un director técnico. Y argumentaba el mismo motivo que hoy. Es decir, que en la Asociación Deportiva Ceuta hay ex jugadores en nómina que deben estar capacitados para asumir esa tarea al alimón con el entrenador de turno. De lo contrario, habría que preguntarse qué pintan en club. Y no me hablen de la escuela de fútbol.
 

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