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sociedad - VIERNES, 26 DE JUNIO DE 2009


Carmen Mancilla y Dimple Prem. archivo.

asociacion
 

Digmun constata el carácter machista de un sector de la ciudadanía ceutí

La entidad clausura su proyecto ‘Caminando hacia la igualdad’, subvencionado por La Caixa, llegando a más de 300 mujeres que “desconocen los tipos de violencia de género”
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La asociación Digmun clausura hoy su proyecto ‘Caminando hacia la igualdad’, subvencionado por La Caixa. Y aunque lo hace con resultados “muy satisfactorios”, las expertas han constatado que una parte de la ciudadanía ceutí mantiene cierto carácter machista. Más de 300 mujeres han asistido a los 46 talleres.

La asociación ceutí que lucha por la dignidad de mujeres y niños, Digmun, ha clausurado hoy en el Centro Penitenciario Los Rosales su proyecto ‘Caminando hacia la igualdad’, subvencionado por la Obra Social La Caixa, y puesto en marcha por las expertas Carmen Mancilla y Dimple Prem.

Esta propuesta, que dio sus primeros pasos en febrero, ha constado de 46 talleres que se han impartido en lugares tan diversos como centros educativos, prisión, asociaciones, Plan de Empleo o el proyecto ILUSIONA2, llegando a más de 300 mujeres, en su mayoría de religión musulmana y con grandes carencias educativas, por lo que se ha demostrado que estos colectivos vulnerables son los que más necesitan de una formación sociosanitaria.

Y aunque las expertas confesaron que los resultados “han sido muy satisfactorios por la partición, el interés y la motivación de los participantes”, se han quedado perplejas con el carácter machista que todavía predomina en una parte de la ciudadanía ceutí. “Hemos tenido a jóvenes de Secundaria, tanto hombres como mujeres, que decían que había mujeres que se merecían que les peguen por como son.

Con esto podemos afirmar que todavía hay mucho machismo, que el maltrato lo tienen normalizado y esto en población de entre 18 y 20 jóvenes, con parejas muy controladoras”, argumentó Dimple Prem, encargada del área de prevención de la violencia de género de dicho proyecto. Concretamente, “el perfil de estas participantes es el de mujeres marroquíes que residen en Ceuta pero sin tener la nacionalidad ni la residencia, casadas o que cohabitan con españoles, marroquíes o no, y que sufren malos tratos, ya sean psicológicos, físicos, sexuales, económicos o sociales”, indicaron las expertas.

Otro de los factores que han llevado a las técnicas a querer proseguir el año próximo con esta iniciativa ha sido el desconocimiento de los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual. “Hemos tenido participantes que, por no saber utilizar los fármacos, han tomado hasta tres pastillas anticonceptivas al día o que han tenido infecciones compartidas con sus maridos, y esto, por no perder autoridad, no han querido visitar al médico. Cosas que damos por hecho que se saben y no es así”, narró Carmen Mancilla, responsable del área sanitario.
 


“Las mujeres consideran normales los malos tratos”

Además de impartir talleres formativos, tanto Dimple Prem como Carmen Mancilla, han ofrecido a las usuarias asesoramiento legal y jurídico, ya que al finalizar las sesiones algunas mujeres les comentaban sus casos particulares como víctimas de violencia de género “al sentirse identificadas con lo que decíamos”. Casi un cinco por ciento han sido las participantes que han visto en las descripciones del maltrato sus historias personales. “Me he quedado sorprendido con comentarios del tipo un insulto no es un maltrato o un tirón de pelos puede ser excitante sexualmente hablando o algunas mujeres se lo merecen, como si fueran cosas normales. Hemos tenido otros casos en los que nos confesaban los malos tratos y que no los denunciaban por miedo porque sus parejas las habían amenazado de muerte, o las podían atropellar. Incluso tuvimos a una marroquí que nos confesó que su pareja había asesinado a un hombre y el temor era más fuerte que ella”. Ante estas circunstancias, las técnicas han facilitado los recursos que posee la ciudad para reclamar información, interponer una denuncia o solicitar asistencia de abogados de oficio. “Lo que más les ha impactado ha sido el conocer el teléfono de atención a la víctima, el 016, que es gratuito e incluso no aparece en las facturas por lo que el maltratador no puede saber nunca que su pareja lo ha utilizado. Esto hace que muchas pierdan el miedo y comiencen a investigar de qué forma pueden acabar”, constató Dimple Prem, responsable del área.
 

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