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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE JUNIO DE 2009

 

OPINIÓN / SNIPER

El Islam, entre “Salam” y la “Yihad”
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

La reciente detención por los servicios de seguridad marroquíes de cinco presuntos terroristas “yihadistas”, tres de ellos de nacionalidad española reconocía ayer la MAP, vuelve a poner en entredicho la vinculación de la religión con el terrorismo, así como el papel que está representando Ceuta. Claro que el terrorismo no tiene color ni etnia, pero así como de la banda mafiosa ETA puede decirse que es un terrorismo “vasco” (aunque vascos mal paridos como los etarras sean una minoría), al terrorismo en nombre del Islam bien puede adjetivársele como “islamista”, si bien la mayoría de los musulmanes estén no solo alejados del mismo, al que repudian, sino que encabezan la lista de víctimas. Por el contrario, si bien los activistas del IRA son católicos, no cabría en este caso hablar de “terrorismo católico” puesto que éstos no asesinan en nombre de Dios, sino en el de la patria, así pues, no puede extrañar que hablemos de un “terrorismo irlandés”.

Ya sé que “yihad” significa también esfuerzo y que, teóricamente, debe diferenciarse entre “ “gran yihad” y la “pequeña yihad”, pero la expansión del Islam estuvo directamente relacionada con el esfuerzo guerrero y, de ahí, no es fácil para ciertas corrientes saltar al “yihadismo terrorista”, como estamos viendo en este siglo, si bien sus raíces doctrinales son ciertamente antiguas. Así, la “Yihad” entendida bélicamente (que es lo más normal), formaría parte de las seis columnas del Islam para el Khariyismo, la tercera corriente ideológica del Islam detrás del Sunnismo y el Shiísmo y que tuvo gran predicamento en su momento en el Maghreb. En el plano actual, podemos distinguir tres momentos: el “yihadismo revolucionario” de la década de los setenta, el yihadismo internacionalista” a partir de 1980 (ejemplificado en los talibán afganos y su lucha contra la URSS) y el “yihadismo global” desde 2001, que tendría como paradigma a la red de “Al Qaïda” (La Base), Doctrinalmente el “yihadismo” se sustentaría, entre otros autores, en las obras del jordano-palestino Abdallah Azzam (1941-1989), vinculado a los Hermanos Musulmanes y los egipcios Abdelsalam Fárach (muerto en 1982) y el médico Al-Zawahiri (posiblemente el cerebro en la sombra de Osama Ben Laden), por no hablar del precedente que supuso alguna de las oscuras obras de Qutb. La recuperación de Al-Andalus, la antigua España musulmana, forma hoy cuerpo doctrinal de las reivindicaciones yihadistas. De Ceuta y Melilla, ¡qué les voy a decir!. De ahí que sonoras torpezas, como la cometida en su momento por el Primer Ministro marroquí Abbas El Fassi comparando la “ocupación española de Sebta y Melilia” con Palestina, enturbien el debate y sirvan como excusa para alentar el yihadismo terrorista. Hay “trampas”, peligrosísimas, en las que un maduro y avezado político como Abbas El Fassi no debería haber caído. ¿Lo peor?: no hubo queja o réplica por parte de España.

En la edición francesa del noveno número (correspondiente a julio y agosto) de la revista NewAfrican, que tengo ante mí, se encuentra entre las páginas 6 a 16 un interesantísimo reportaje sobre “El Islam del Tercer Milenio”, en el que se pasa revista al renacimiento del pensamiento musulmán, una nueva lectura o interpretación del Corán y temas sociales como el tabú de la virginidad. Pueden encontrarlo si pasan a Marruecos en cualquier puesto de prensa y cuesta solo 20 dirhams (menos de 2 euros). Léanlo y rúmienlo, merece la pena tanto si son musulmanes como si no. De nada.
 

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