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					La propuesta de Convenio Colectivo que las secciones 
					sindicales en el Ayuntamiento de la Unión General de 
					Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) han entregado 
					a la Viceconsejería de Recursos Humanos de la Ciudad 
					Autónoma para su negociación, incluye un apartado en el que 
					se propone que, al igual que ocurre con los agentes de la 
					Policía Local, se resarza a los empleados públicos de la 
					Administración local que sufran atentados contra su 
					patrimonio por la especial condición de su trabajo. Tal 
					sería el caso de los trabajadores de los centros de menores, 
					especialmente del reformatorio de Punta Blanca, donde esta 
					semana a uno de ellos, por ejemplo, le incendiaron la 
					motocicleta. 
					La Sección Sindical de UGT en el Ayuntamiento recordó ayer, 
					a colación del atentado contra el patrimonio de un 
					trabajador del Centro de Reforma de Menores de Punta Blanca 
					que ya venía soportando sucesos de este tipo, que la 
					propuesta de Convenio Colectivo y Acuerdo Regulador que la 
					Viceconsejería de Recursos Humanos de la Ciudad tiene sobre 
					su mesa incluye una medida para dar una especial protección 
					a los empleados públicos ante actuaciones de esta clase, tal 
					y como ocurre, por ejemplo, con los agentes de la Policía 
					Local.  
					 
					Así, en el artículo 58 de dicho Convenio, en su apartado 
					séptimo, introduce que “cuando se produzca un daño en el 
					patrimonio de un empleado público, sin que éste venga 
					obligado a soportarlo en virtud de disposición legal o 
					vínculo jurídico, la Ciudad deberá resarcirlo, si se cumplen 
					los requisitos legales para ello”. 
					 
					Dichos requisitos legales serían tres: la efectiva realidad 
					de un daño material individualizado y económicamente 
					evaluable; que sea consecuencia del funcionamiento normal o 
					anormal de los servicios públicos, en una relación directa y 
					exclusiva e inmediata de causa o efecto, cualquiera que sea 
					su origen; y que no se haya producido por fuerza mayor y que 
					no haya caducado el derecho a reclamar por el transcurso del 
					tiempo que fija la ley. 
					 
					Para ello, no obstante, será necesario probar que los daños 
					causados son consecuencia directa del ejercicio de sus 
					obligaciones como empleado público de la Ciudad y que los 
					autores del daño son desconocidos. 
					 
					Tal podría ser el caso de un trabajador del Centro de 
					Reforma de Punta Blanca, que tras haber sufrido continuos 
					pinchazos de las ruedas y rayones en la chapa de su coche, 
					tuvo finalmente que comprarse un garaje. Sin embargo, esta 
					semana dicho empleado público se encontró con que le habían 
					quemado la motocicleta, provocando además daños en la 
					fachada del edificio frente al cual estaba estacionada. 
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