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					La Asociación de Vecinos de Puertas del Campo calificó la 
					medida como un “éxito” después de hayan sido muchos meses 
					solicitando una respuesta para reducir la velocidad en una 
					de las arterias de la ciudad, San Juan de Dios. Después del 
					accidente mortal ocurrido en octubre de 2007, José Almagro, 
					portavoz de esta barriada, consideró la medida como 
					prioritaria y esta semana se ha hecho realidad. 
					La Policía Local también se ha dado cuenta de que los 
					reductores de velocidad han supuesto tranquilidad para los 
					ciudadanos. En el paso de peatones de las Murallas Reales 
					era frecuente ver personas esperando durante más segundos de 
					la cuenta para cruzar al otro lado de la acera, ya que los 
					coches alcanzaban velocidades de 50 kilómetros por hora en 
					este tramo (a pesar de que el límite es de 30) y se les 
					hacía imposible frenar a tiempo. 
					 
					Ahora, un badén, situado varios metros antes del paso de 
					cebra, facilita la labor al peatón. “Nosotros consultamos 
					también con la Policía Local, qué puntos eran los más 
					recomendables para colocar los reductores de velocidad”, 
					comentó García Castañeda, responsable de la Viceconsejería 
					de Dotaciones. La Policía está estudiando en qué otros 
					puntos de la ciudad instalar este sistema, ya que debido al 
					coste de los materiales sería imposible extenderlo a toda la 
					ciudad, por lo que se ven obligados a atinar. La avenida de 
					Lisboa, posiblemente, podría verse beneficiada una vez se 
					terminen las obras, al igual que lo han hecho ya, Puertas 
					del Campo, Sardinero y O´Donnell. Estos badenes están 
					pensados para no perjudicar a los vehículos pesados. 
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