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                     La ejecución del Plan Especial de 
					Protección y Catálogo del Conjunto Histórico del Recinto de 
					la Almina de ceuta supondrá para la ciudad autónoma mucho 
					más que cumplir con la Ley 16/85 del Patrimonio Histórico 
					Español, que en su artículo 20 establece la obligatoriedad 
					de los Municipios en los que se declare un Conjunto 
					Histórico, de redactar un Plan Especial de Protección del 
					área afectada por dicha declaración. 
					 
					El documento, que la Consejería de Fomento ha sabido sacar 
					adelante en directa coordinación con la Administración 
					General del Estado, de cuyo visto bueno definitivo está 
					ahora a la espera, estipula un ámbito de protección 
					alrededor de cada una de las partes del Conjunto Histórico 
					“para preservar los valores arquitectónicos, históricos y 
					urbanos de las construcciones en cuestión, atendiendo a la 
					totalidad de los edificios y el marco geográfico donde se 
					insertan, y a la existencia o no de factores adicionales que 
					puedan influir desde un punto de vista de usos, conservación 
					y comprensión de los edificios como un conjunto y un hito 
					del lugar”, pero va mucho más allá. 
					 
					Dos de sus objetivos fundamentales son “poner a disposición 
					del ciudadano un atractivo conjunto patrimonial, mediante 
					una serie de estrategias que deriven en la restauración y 
					puesta en valor de los restos defensivos existentes. 
					Añadiremos una nueva fase o página a su larga historia, 
					enriqueciendo el Bien de Interés Cultural (BIC) en su 
					conjunto”; dotar a Ceuta de “espacios urbanos de alta 
					calidad ambiental y con un fin cultural como único uso 
					contemplado” y “armonizar lo patrimonial con el desarrollo 
					urbano de una zona muy dinámica de Ceuta, de un modo 
					sostenible y respetuoso. Siempre predominando la salvaguarda 
					de lo primero sobre lo segundo”. Su coste es ciertamente 
					alto, y seguramente con el paso de los años se incremente, 
					pero acometer sus propuestas es un asunto que seguramente 
					valdrá siempre, atendiendo al beneficio del ciudadano, más 
					de lo que cueste. 
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