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OPINIÓN - DOMINGO, 5 DE JULIO DE 2009

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 29

De regreso del ambulatorio sito en el recinto, me encuentro con que es muy temprano para estar dando barzones por el centro de la ciudad. Y a punto estoy de volverme a mi casa. Pero al pasar por delante de la terraza de la cafetería del hotel Ulises, siempre muy animada, llaman mi atención Alfonso Conejo e Isidro Hurtado de Mendoza. Decido compartir mesa con ellos. Y, cuando nos damos cuenta, hemos estado casi dos horas charlando. Con ambos me unen magníficas relaciones. Y solemos hablar con la tranquilidad que propicia la confianza de saber que nunca hemos tergiversado nuestros comentarios. Atrás quedaron los tiempos en los cuales Isidro y Alfonso ejercían de diputados y estaban al frente de consejerías destacadas. Jamás, entonces, tuvieron el menor reproche hacia mí y ni por asomo me mostraban su enfado cuando diferían de mis opiniones. Y es que tenían asumido que debían aceptar las críticas. Sobre todo porque nada tenían que ocultar. Hoy, hemos mirado hacia atrás, y hasta nos hemos reído recordando anécdotas de un pasado que tuvo sus cosas buenas y sus guasas.

MARTES. 30


Ya sabemos de manera oficial lo que le sucede a Fernando Abad, secretario técnico de la Asociación Deportiva Ceuta. El madrileño ha dicho que le han diagnosticado una fibrilación auricular y que está esperando a ver que le aconsejan los médicos, después de que analicen los resultados de las distintas pruebas que le vienen haciendo. Lo que no entendemos es por qué la directiva ha esperado a que el rumor, en este caso sí convertido en noticia, haya circulado muchos días por tertulias y corrillos, antes de proponerle a su empleado que confirmara lo que era un secreto a voces: que no está en condiciones de ejercer el cargo, actualmente, para el que fue contratado casi recién terminada la Competición. Estamos, no lo olviden, en plena campaña de contrataciones. Y creo que la labor de un secretario técnico, de un equipo de Segunda B, es ahora cuando adquiere plena relevancia. Y, por lo que estamos viendo, la de Abad no destaca precisamente en sentido alguno. Luego, cuando nos habla de su contrato y de cómo de haber querido se habría aprovechado de las circunstancias cobrando íntegramente su contrato y tal y tal, como diría su añorado Jesús Gil, también nos deja en blanco. Por lo tanto, las declaraciones de Abad, mientras Carlos Orúe está recomendando jugadores, más bien invitan a pensar que le han sido dictadas desde el club. Con el único fin de aliviar en parte el enorme fiasco cometido por Cecilio Castillo. Por lo demás, sólo nos queda desearle pronta recuperación al madrileño.

MIÉRCOLES. 1

Es la hora del aperitivo. La barra de la cafetería del hotel Tryp está repleta de clientes. Se habla de todo. Y sale a relucir que venir a Ceuta cuesta el ojo de una cara. Y tanto, dice alguien que está pendiente de cuanto se habla en el grupo del cual formo parte. Mire usted, dice quien acostumbra a viajar desde Algeciras con el deseo de generar empleo en esta ciudad, estoy pensando en venirme con el barquito que tengo para salir a pescar los fines de semana. Porque lo que no estoy dispuesto a tolerar es que me sigan cobrando 45 euros por un billete. Así, entre ida y vuelta la cosa se me pone en noventa euros. Una barbaridad. Un atraco a mano armada, mírese por donde se mire. Y a partir de ese momento las críticas contra las navieras se suceden sin solución de continuidad. Y la verdad es que todas son más que justificadas. Hay, sin duda, una ira concentrada en todas las personas que deben coger el barco para ir a la Península y venir. Y, cualquier día, esa ira concentrada se convertirá en cólera dispuesta a poner las cosas en su sitio. Ya está bien que, por razones que a nadie se le escapa, el precio de un billete de barco cueste lo que cuesta. Y lo malo del asunto es que nadie es capaz de poner remedio a un mal que perjudica gravemente a la ciudad.

JUEVES. 2


Vuelve Javier Díez Nieto a pasar por esta galería dominical. Y confieso que no me importa repetirlo. Ya que si alguien merece la insistencia del homenaje es, sin duda, el viceconsejero de Recursos Humanos. Y es que Javier es un conversador magnífico y da gusto enrollarse con él. Máxime cuando la temperatura es alta y apetece buscar refugio en un local donde tiren bien la cerveza. Que es lo que hemos hecho hoy. De lo que hemos hablado no diré ni pío. Faltaría más que me pusiera yo a propalar lo que piensa el viceconsejero de ciertas cosas. En fin, que cuando me estoy despidiendo de Díez Nieto aparece en escena Luis Parrillas. Y con él me quedo a comer. Con Luis me lo paso bomba. Ya que es tan buena gente como gran contador de cosas. Y, además, tenemos la suerte de compartir amistades en Córdoba. Donde él tiene fijada su residencia. Aunque cada semana pasa dos o tres días en Ceuta. Generando empleo.

VIERNES. 3


Me llama Ángel Muñoz para comunicarme la muerte de Carlos García Bernardo. Toda muerte me afecta. Pero la muerte de un amigo me causa un dolor enorme. La de Carlos, tras una enfermedad que nos hacía pensar lo peor, no por esperada ha dejado de impresionarme. Carlos, a quien conocí en el verano de 1982, se había ganado mi afecto. Bueno, Carlos se ganaba el afecto de cuantos tenían la oportunidad de tratarle. En los últimos años, mis relaciones con él, que siempre habían sido muy buenas, acabaron por convertirse en excelentes. Raro era el día en el cual no disfrutásemos de la oportunidad de charlar de todo un poco. Pero a Carlos le gustaba, sobremanera, sonsacarme mis opiniones futbolísticas. Y a mí, dado que me caía tan bien, allá que me ponía a explicarle detalladamente cuanto podía sobre cuestiones técnicas, tácticas o físicas del deporte que él más amaba: el fútbol. Te echaré de menos, amigo; te echaré de menos cada vez que pase por ese paseo del Alcalde Sánchez-Prado. Que era, bien porque venías del Ayuntamiento o porque ibas hacia él, donde casi siempre nos veíamos y hacíamos un alto en el camino para despejar nuestras dudas mediante nuestra charla.

SÁBADO. 4


En el atrio de la iglesia de Nuestra Señora de África, mientras esperamos que comience el funeral por Carlos García Bernardo, hablamos Francisco Antonio González, Pepe Torrado y servidor. Con Pacoantonio, tras unos años de dudas, he conseguido ir limando asperezas y hemos llegado a una conclusión: nuestras diferencias, cuando surjan, las resolveremos charlando. Mientras Torrado me pone al tanto de algo que me convenía saber. Luego, cuando menos lo esperaba, llegó el editor de este periódico, José Antonio Muñoz. Y ambos tuvimos la ocasión de departir un rato con la senadora del Partido Popular, Luz Elena Sanín. Y no dudo en aprovechar la ocasión para decirle a la parlamentaria que deseo entrevistarla para la revista ‘Ceuta Siglo XXI’. Y hasta me permito adelantarle por dónde van a ir los tiros del cuestionario. La senadora, brava como siempre, me responde que está dispuesta a responder a todas mis preguntas. Puesto que ella no teme a los inquisidores. De modo que no que queda más remedio que aceptarle el envite e ir a por ella cuanto antes.
 

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