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OPINIÓN - LUNES, 6 DE JULIO DE 2009

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Tan iguales, ¿tan distintas?

La ciudad hermana de Melilla acogerá hoy la XI Conferencia Sectorial de Cultura. En mayo, cuando inició su voluntad de desplazar allí la reunión, la ministra del ramo, Ángeles González Sinde, presentó la propuesta como “una clara y decidida apuesta para situar a Melilla en el primer plano del panorama cultural español, como se merece una población que reúne un rico patrimonio histórico-cultural, tanto en el aspecto tangible como inmaterial”. No es la primera vez que las dos ciudades autónomas, tan acostumbradas a ir de la mano y por igual a casi todas partes, ven cómo sus trajes se cortan con distintas tijeras a escala política nacional. En junio pasado, el debate en el Parlamento de una Proposición No de Ley de IU instando al Gobierno central a promover a Melilla como “punto de encuentro para establecer un verdadero diálogo, efectivo e interactivo, entre las culturas, civilizaciones y pueblos de la zona del Mediterráneo” y como escenario idóneo “para la celebración de foros de debate o seminarios en el ámbito de la cooperación de la UE, referidos a las estrategias de cooperación al desarrollo, gobernabilidad, derechos humanos y seguridad, en la región del África subsahariana” sirvió para escenificar la óptica que, desde la península, parece empezar a establecer una diferencia entre las dos ciudades. “Es verdad que las dos ciudades se encuentran en territorio africano, es verdad que están más allá del Estrecho y eso las une, pero también es verdad”, distinguió la socialista catalana Meritxell Batet, “que Melilla tiene una lejanía mucho mayor, tiene unos problemas de comunicación mucho más importantes y además tiene una aduana, cosa que hace que tenga unas características particulares; de ahí la intencionalidad política, nuestra apuesta política”. Llamazares fue más claro al justificar por qué no aceptó, como pedía el PP, meter a Ceuta en la misma propuesta: “Nadie me lo ha pedido”, vino a decir. Si todos los partidos no se espabilan, y ahí la izquierda tiene más deberes pendientes, Ceuta corre el riesgo de quedarse in albis, dejando pasar trenes que Melilla sí parece saber tomar.
 

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