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sociedad - JUEVES, 30 DE JULIO DE 2009


La Operación Salida de Paso del Estrecho

INvestigación sobre la línea marítima de interés público
 

Acciona tenía el deber de
publicitar las tarifas máximas
“para conocimiento general
de los posibles usuarios”

El contrato apunta que la compañía naviera debería exponer las tarifas máximas
obligatorias en sus oficinas de las
estaciones marítimas de Ceuta y Algeciras

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El pliego de cláusulas administrativas particulares que rige el contrato del servicio de la línea de interés público entre la península y Ceuta y Melilla establece que Acciona Trasmediterránea tiene el “deber” de “dar suficiente publicidad” de las tarifas básicas máximas “para conocimiento general de los posibles usuarios”. Sin embargo, durante más de dos años y medio ningún usuario tuvo conocimiento de la existencia de precios límite, ni siquiera el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta.

Eso que costó tanto descubrir, las tarifas máximas que Acciona podía aplicar en la línea de interés público Ceuta-Algeciras-Ceuta, debieron haber sido publicitadas por la propia compañía naviera desde que se firmó el contrato en septiembre de 2006.

El pliego de cláusulas administrativas que rige el contrato del servicio de la línea de interés público entre la península y las dos ciudades autónomas que se adjudicó a Acciona establecía el deber de la naviera a “comunicar a la Dirección General de la Marina Mercante, una vez publicados los índices interanuales de Precios al Consumo (IPC), de Precios Industriales (IPI) y de Precios de Combustibles (IPF), de noviembre a noviembre, para su aprobación las tarifas básicas máximas que se vayan a aplicar, así como dar suficiente publicidad para conocimiento general de los posibles usuarios”.

De esta forma, Acciona ocultó desde el inicio a sus clientes las tarifas máximas, que debían haber sido expuestas en las oficinas de la naviera en las estaciones marítimas de Ceuta y Algeciras, para poder aplicar de esta forma con menos quejas por parte de los usuarios unos precios abusivos que superaban a lo que la naviera estaba obligada en contrapestación de los cerca de 42 millones de euros que recibe del Estado.

Se trata de uno más de los deberes que el contratista no ha cumplido, pero no el más grave, dado que el contrato deja claro que “las tarifas que se apliquen a los particulares para un transporte determinado serán inferiores o iguales a las tarifas máximas que para ese determinado viaje estén aprobadas en cada momento por la Dirección General de la Marina Mercante”.

“Las tarifas máximas que regirán a la entrada en vigor del contrato”, prosigue el documento, “serán las que el contratista haya presentado en su oferta”, las cuales “se revisarán anualmente de forma automática”.

El contrato únicamente deja una posibilidad para actualizar las tarifas máximas de forma diferente, cuando “por circunstancias sobrevenidas se produjera un importante desequilibrio económico-financiero de la explotación del servicio para el conjunto de las líneas objeto del contrato”.

Para ello, el contratista debería haber presentado un nuevo estudio económico global de la explotación del servicio y una contabilidad auditada del conjunto de las líneas que forman parte del contrato correspondiente al menos a los 12 meses anteriores a la fecha de solicitud de revisión.

El pliego de cláusulas establece también que la penalización a imponer la graduará Marina Mercante y podrá ser calificada como baja, media o alta.

El importe de la penalización por día de incumplimiento se obtendrá en función del coste diario del contrato, es decir, 41.640.000 euros entre 1.740 días –desde el 1 de octubre de 2006 al 31 de septiembre de 2011–, lo que sale a razón de 23.931 euros. Y dependiendo de cómo califique Marina Mercante el incumplimiento, bajo, medio o alto, se multiplicará por un coeficiente de 0,5, 2 ó 5.

Así pues, en el mejor de los casos, la naviera adjudicataria del contrato se enfrentaría a una penalización de 11.965 euros por día de incumplimiento.

En el caso de que el incumplimiento sea calificado como medio, Marina Mercante castigaría a Acciona con 47.862 euros diarios en que ha cobrado tarifas por encima de lo permitido.

Por último, si Marina Mercante considera que el incumplimiento es alto, como todo apunta que así será, dado que se ha estado cobrando y se continúa cobrando de más en los pasajes, la penalización se elevaría hasta los 119.655 euros por día en que ha sobrepasado las tarifas máximas que la propia naviera estableció para adjudicarse el contrato multimillonario.

La cuestión sería entonces cuántos días ha estado Acciona con unas tarifas consideradas abusivas, ya que la investigación se abrió a raíz de la subida descontrolada de precios que se produjo el pasado día 15 junio.

Hasta la fecha de hoy son 44 días de incumplimiento, lo que supondría 5.264.820 de euros de penalización que habría que descontar del presupuesto que recibe del Ministerio de Fomento.

Sin embargo, el incumplimiento de las tarifas máximas no es algo exclusivo de este verano, sino que en las Operaciones Paso del Estrecho de 2007 y 2008 ya figuraban precios por encima de los 34 euros de tope para la butaca y de 96 para el pasaje con vehículo. El incumplimiento podría llegar a ser, a día de hoy, de 224 días: 26,8 millones de euros de penalización.
 


Alegaciones de sol a sol

La cita de los jurídicos y directivos de Acciona Trasmediterránea con la Dirección General de la Marina Mercante se repitió ayer en Madrid después de que el día anterior no se llegase a ninguna conclusión, según fuentes de Marina Mercante, tras una maratoniana reunión que llevó toda la jornada: desde las nueve y media de la mañana a las ocho de la tarde, con intermedio para el almuerzo. En la reunión, de la cual no han trascendido las justificaciones de la compañía naviera, estuvieron presentes por Marina Mercante el subdirector general de Seguridad Marítima y el encargado del seguimiento de las líneas marítimas de interés general. Por otro lado, el director general de la Marina Mercante, Felipe Martínez, fue cesado en el último Consejo de Ministros, siendo sustituido por María Isabel Durántez, magistrada titular desde 1995 del juzgado de Instrucción número 1 de Vigo y ex directora general de Interior de la Consellería de Presidencia de la Xunta.
 

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