Cien niños, con edades comprendidas entre seis y doce años
comparten las mañanas en la Biblioteca Municipal, dentro de
los talleres de animación a la lectura que se organizan en
los periodos vacacionales.
Este taller consiste en dinamizar la sala y conseguir que
los niños que vienen a la biblioteca cojan los libros como
si se tratara de mirar la tele y ver dibujos animados, una
película o cualquier otra cosa.
La monitora del curso, Mati, nos comentó que los niños se
muestran a gusto allí. “Los que vienen aquí, leen. No sé si
en casa harán lo mismo, pero algunas veces tengo que
insistir en que dejen los libros porque vamos a realizar
alguna otra actividad o es la hora de salir”.
Atrayendo la atención de los niños se consiguen los
objetivos, que cojan libros, los lean y se los lleven a casa
si quieren seguir allí la lectura. Los más pequeños se
suelen llevar algunos libros de cuentos y los mayores se los
leen, también colaboran.
A pesar de que las mañanas soleadas invitan a ir a la playa,
el promedio de asistencia es muy elevado: de las cincuenta
plazas, acuden al cdentro entre cuarenta y cuarenta y cinco.
El primer turno comenzó el día 1 de julio y ha tenido
duración hasta el final del mismo mes. El siguiente empieza
después de la semana de feria, desde el 10 de agosto y
también acabará el día 31. El cupo de cincuenta plazas está
cubierto, y existe lista de espera.
Resultados
“Han sido niños muy participativos y con gran inquietud
porque siempre han demostrado ganas de más cosas, más
actividades, más lectura, preguntando mucho, especialmente
¿qué vamos a hacer mañana?”, dijo.
Se ha trabajado sobre el tema de la convivencia, dándose la
casualidad de que ha habido presencia de un grupo de niños
ucranianos, con lo que se ha conseguido que entre todos
hayan compartido experiencias.
Mati se queda sola con todos los niños. Aunque reconoce que
algunos de ellos tienen su momento, si están entretenidos no
hay problemas. Lo arriesgado es que se aburran.
“Siempre procuramos trabajar normas y valores en estas
actividades de verano, y el tema de convivir ha integrado
muy bien a los niños”.
Este taller lleva doce años en marcha. Tanto en verano como
en Semana Santa, en los periodos de vacaciones, se organizan
actividades de animación a la lectura.
Entre tanto niño que ha pasado por allí en estos años,
recuerda el caso de una pequeña que no quería asistir porque
había que leer. Mati, con su experiencia en el trato con los
pequeños le dijo que no, que estaba prohibido leer. La
reacción de la niña fue que en el primer día se leyó cuatro
cuentos, solamente para empezar. También hay casos en los
que ven que los compañeros cogen cuentos y libros y se
animan a hacerlo ellos también, aunque lo más curioso es que
bastantes de los asistentes imitan a la monitora. Cuando
ella narra los cuentos, luego ellos se los vuelven a contar
a los compañeros.
En definitiva, aprenden a coger los libros, leerlos y
disfrutarlos.
Desde primeros lectores hasta trece años, hay muy buen
fondo.
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