PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

ACTUALIDAD - LUNES, 10 DE AGOSTO DE 2009


detención en la operación. f. raso.

seguridad
 

Atracciones, camiones y caravanas como vehículos de la inmigración

La Policía y la Guardia Civil interceptaron ayer, en la primera fase de la Operación Feriante, a medio centenar de extranjeros ocultos en todo tipo de habitáculos
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Un año más, la ‘Operación Feriante’, que consiste en el control de la inmigración ilegal que trata de colarse hacia la península en los vehículos que regresan tras el desmontaje del recinto ferial, ofreció ayer las mismas imágenes de desesperación. Algunos, como un joven, probablemente, menor de edad, al que se encontró oculto en una furgoneta en el preembarque del puerto, aparecen extenuados. Las atracciones, los camiones, furgonetas... cualquier habitáculo sirve al propósito de alcanzar el otro lado del Estrecho. Ayer, uno llegó incluso hasta el dormitorio de una caravana, algo que según la propietaria no había sucedido antes.

Un inmigrante en su dormitorio. Con esta surrealista situación se despertó ayer la propietaria de una de las atracciones que acuden a las fiestas patronales de la ciudad. Un año más, la denominada ‘Operación Feriante’ ofreció las mismas imágenes de desesperación, reflejadas sobre todo en los cuerpos, a veces extenuados, de aquellos que logran ocultarse en alguno de los vehículos que regresan a la península tras el desmontaje del recinto.

Cerca de las diez de la mañana y ya en su coche rumbo a Sevilla Mariló Palacio, dueña de la atracción ‘La cárcel’, relataba el incidente vivido un par de horas antes con la relajación de cierta distancia, pero todavía con el sobresalto que supuso que un hombre abriera la puerta de su caravana -en la que dormían ella y sus dos hijos pues el padre estaba desmontando la instalación-, “atravesara toda la caravana” y llegara hasta su cuarto, situado al fondo de la vivienda. Los ladridos de su perro, un colie, la alertaron: “No se cómo pude reaccionar así, pero al verle empecé a empujarle hasta que lo saqué a la calle”, relataba. Luego señaló al intruso a un policía que tras interceptarlo explicó a la mujer que “al tener el NIE (Número de Indentificación de Extranjeros) o algo así podían expulsarle”.

Esta feriante, procedente de la localidad sevillana de Utrera y que lleva al menos ocho años viniendo a la ciudad, aseguraba que nunca antes se había dado el caso de que un immigrante se colara en una caravana, “en las atracciones, sí, en la nuestra, que es muy grande, muchas veces -afirmaba-, pero de algo así no se ha sabido nunca”. Ella atribuía esta novedad en los intentos de los inmigrantes a la “desesperación por la crisis”.

Identificaciones

Aunque en menor medida que en años anteriores, el flujo de extranjeros descubiertos por la Policía y trasladados al punto de control instalado en el Real, junto al helipuerto, era continuo desde primera hora. Los agentes iban y venían con los retenidos, todos hombres, algunos esposados y con las ropas sucias tras haber logrado esconderse en algún vehículo, otros sonrientes pues su intento no había pasado de deambular por el recinto en busca de una oportunidad. El resultado de la jornada, ofrecido a última hora de la tarde por la Delegación del Gobierno, fue de 44 intentos comprobados en el ferial, aunque el trasiego de inspecciones de documentación alcanzaba ya hacia las nueve de la mañana el medio centenar, según las cifras facilitadas por los agentes. Por su parte, en la zona previa al embarque se detectó a cinco inmigrantes escondidos, todos ellos por la mañana.

Como sucedió en otras ocasiones, la atracción de los ponis fue la elegida por algunos para tratar de ocultarse. Todavía durante el proceso de desmonte del Real, la Policía Nacional encontró a un hombre, que dijo ser de la vecina localidad marroquí de Castillejos, bajo la cama de serrín que se coloca en el transporte de los animales. Iba vestido con ropa de Urbaser, “de la antigua”, señalaba un operario de la empresa de limpieza. En ese mismo vehículo pero ya en el puerto, el escáner de movimiento, tan sensible que detecta incluso los latidos del corazón, y el perro de la Unidad Cinológica de la Guardia Civil descubrieron a otros dos indocumentados.

En otro vehículo apareció escondido un hombre que llevaba el cuerpo forrado con papel de aluminio, al parecer pensando que de ese modo podía burlar el escáner de la Guardia Civil.

De los cinco interceptados en el puerto a lo largo de la mañana, el que peor situación presentaba era un chico, probablemente un menor, al que los guardias civiles encontraron entre los bártulos del compartimento de carga de una furgoneta. Nada más extraerlo, le rociaron la nuca con agua, pues mostraba evidentes síntomas de debilidad, y, casi en volandas, fue trasladado a las dependencias de Protección Civil para recibir atención sanitaria.

Desde las escolleras

Mientras todo esto sucedía en el área habilitada en el Muelle Cañonero Dato para la revisión de los camiones, caravanas y otros vehículos de los feriantes, en el de Poniente, la Guardia Civil dispersaba a los inmigrantes que se refugian en las escolleras empleando material antidisturbio. Con esta actuación trataban de evitar que algunos de los integrantes de estos grupos accedieran, como se sospechaba que estaba sucediendo, a los transportes aparcados en la explanada del muelle a la espera de la inspección policial.

La Operación Feriante se dará por terminada hoy con el embarque de los últimos vehículos procedentes del Real y de los puestos de la Marina.
 


NOTICIAS RELACIONADAS

La Operación Feriante cierra el primer día con 49 inmigrantes interceptados

 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto