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OPINIÓN - SÁBADO, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Francisco Antonio González
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Fue el 21 de mayo pasado cuando al Hotel Tryp llegaron los Ases del diario ‘As’, conducidos por Francisco Antonio González, para contarles a los aficionados las cuatro historietas que suelen contar y de paso darse pote de periodistas especialistas en fútbol. Y, desde luego, con un fin primordial: llevarse calentito un sobresueldo que, generosamente, la Ciudad les ofreció con el único fin de que Tomás Guasch, gracioso a tiempo completo, escribiera cuatro cosas añejas, relacionadas con el deporte de esta tierra.

Mas no voy a escribir de aquella visita primaveral, máxime cuando han transcurrido ya varios meses, pero sí recordar que fue ese día cuando Pacoantonio, hipocorístico con el que solemos dirigirnos al diputado González, y yo volvimos a recuperar unas relaciones que estaban rotas desde hacía muchos años.

Ese 21 de mayo, precisamente, Pacoantonio se acercó a mí de modo que en un santiamén nos pusimos a charlar. Sin pedirnos explicaciones por lo pasado y sintiéndonos reconfortados por volver a pegar la hebra como si tal cosa. Tan a gusto estábamos hablando de todo, que vinieron a buscarle varias veces, como cicerone que era de la expedición de los Ases, que se resistía a marcharse.

Pero antes de hacerlo, pude enterarme de que no andaba bien de salud. Que el estómago le estaba jugando una mala pasada. Que los médicos en Madrid no le habían diagnosticado exactamente lo que tenía. Y que iba a ponerse en las manos de los médicos locales.

A partir de ese momento, vi a Pacoantonio varias veces y sus preocupaciones iban en aumento, aunque trataba de disimularlas abriendo el capote de la alegría para llevarse al miedo toreado hasta los medios de la conversación. Con la única intención de no estropearnos el día a quienes conversábamos con él.

En agosto, cuando menos lo esperaba, Antonio Gómez, director de este medio, me puso al tanto de que Francisco Antonio González había sido operado urgentemente en el Hospital de la Cruz Roja. Y no paré ya hasta ponerme en contacto con él. Lo cual logré en el menor tiempo posible.

Me enteró de su situación y quedó el diputado en llamarme antes de marcharse fuera, cuando los médicos se lo autorizaran, para recuperarse. Y así lo hizo. Y hasta sacó fuerzas de flaqueza para acudir al Hotel Tryp y dejarse entrevistar por mí. Todo tan improvisado como deprisa y corriendo. Entrevista que podrán leer ustedes mañana en la revista ‘Ceuta Siglo XXI’. Con que sobran cualesquiera comentarios acerca de lo ocurrido. Salvo el destacar, eso sí, la enorme entereza con que el diputado está afrontando su paso por el quirófano.

Ahora bien, lo lamentable es lo que viene a continuación. Mientras Francisco Antonio González está tratando de mejorar su condición física para soportar con estoicidad el siguiente paso conducente hacia su definitiva recuperación, los hay que andan ya haciendo su ‘trabajo’ a fin de ocupar el puesto de Pacoantonio cual parlamentario en las próximas elecciones.

Y lo hacen de manera tan burda y a su vez equivocada, que van dejando huellas a cada paso. Huellas negativas, sin duda. Sin caer en la cuenta de que tal proceder no pasa inadvertido. Porque desprenden un tufo que apesta a oportunistas incapaces de esperar que las cosas sucedan por los cauces previstos.
 

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