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OPINIÓN - SÁBADO, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

De las reivindicaciones al flamenco
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Las primeras constituyeron el meollo central del Día de Ceuta, el flamenco fue el cierre de la fiesta autonómica.

En el capítulo reivindicativo, tanto el presidente de la Ciudad, como el presidente de Murcia trataron de exigir al Estado una España cohesionada e igualitaria, algo que en estos momentos parece una utopía, en las dos apreciaciones y que, mucho me temo que, serán estas dos voces unas más de las que vienen clamando en el desierto.

Y es que desde la perspectiva que presenta el presidente de Murcia, en su exigencia al Gobierno Central de “firmeza”, no creemos que el Ejecutivo esté por la labor, como no lo viene estando, desde hace muchos meses.

El desarrollo del país, pidió Luis Ramón Valcárcel, debe ser “ de todos y para todos, sin distinción alguna”, algo que se viene demostrando que no ha llegado aún, para Ceuta o Murcia, por ejemplo, posiblemente, porque en ambas comunidades no hay unos grupos nacionalistas, desmarcados del centralismo, que son los que barren con más fuerza para sus tierras, cuando el partido en el Gobierno no goza de la mayoría absoluta.

Al mismo tiempo, desde Murcia se ve al presidente de Ceuta y al pueblo ceutí como un modelo a seguir, por esa apuesta para avanzar “ sin diferencias”.

Estas palabras, en un discurso festivo, son muy apropiadas, pero cuando llega el día a día, con la problemática que encierra Ceuta, ese avance sin diferencias, acarrea más problemas de los que pueden ver unos visitantes, incluso ilustres y que saben, perfectamente, el terreno que pisan.

Ceuta, no lo olvidemos, es la gran desconocida por casi todos y ni con las buenas intenciones de visitantes como el presidente de Murcia, ni con los aviesos enjuiciamientos con que, a veces, se la trata, se llega a calar en lo que es esta ciudad con sus 18 kilómetros cuadrados. Todo eso es quedarse a medio camino.

La respuesta de Juan Vivas no se desvió nada de la línea seguida por Ramón Luis Valcárcel y expresó, sin dudarlo, la existencia de un deseo común con Murcia, para buscar y tratar de encontrar una España unida y plural.

Palabras atinadas, muy a tono con el día que era, pero que se volverán a pronunciar en términos muy similares el próximo año.

Y un año más, esto viene siendo habitual, cada año, Juan Vivas aprovechó el Día de Ceuta para abrir el año político local “renovando y actualizando retos, compromisos y demandas”. Y es que la fiesta más política de Ceuta parece estar puesta a tono con el comienzo del curso escolar, de la temporada futbolística y con las nuevas perspectivas para la ciudad y sus habitantes.

El final de fiesta no podía ser de más calidad, con una unión, también, en el arte a cargo de los Piñana, Carlos y sus hermanos que demostraron en Ceuta que poseen un arte sentido y muy estudiado.

Estos murcianos dicen conformarse con que el público sienta el flamenco lírico que ellos interpretan, como lo sintió el público que estuvo en el Parador de Turismo, Hotel La Muralla, en el final de la fiesta.

Guitarra, cante, baile y percusión marcaron el compás en el día de la Ciudad Autónoma de Ceuta. El flamenco que trató de unir un poco más a Ceuta con Murcia. Aquí se ha preferido la unión a la ruptura. En esto, por supuesto, somos diferentes.
 

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