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OPINIÓN - LUNES, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Contundencia contra los vertidos

En pleno siglo XXI, una ciudad europea como Ceuta no puede permitirse el lamentable espectáculo de la chatarra y la basura extendidas por una parte de su territorio. Consciente del círculo vicioso en el que se ha entrado en concreto en el caso del entorno de los polígonos industriales, el Gobierno de la Ciudad, a través de su portavoz, Yolanda Bel, se muestra dispuesto a ser más “contundente” en la sanción, un último recurso al que parece que no queda más remedio que recurrir dada la falta de conciencia cívica de algunos ciudadanos y de los problemas que Ceuta sufre a consecuencia de sus situación de frontera con Marruecos. A las toneladas de basura generada a diario por la atípica actividad comercial transfronteriza de los polígonos, cuyos restos dejan el recinto cada día tan sucio como el anterior, se suman los residuos generados por el trasiego de los marroquíes que se buscan la vida transportando chatarra y otros enseres de uno a otro lado y las actuaciones de desaprensivos, bien sean particulares o empresas, que se desplazan a estas zonas ya degradadas por el impacto de los vertidos incontrolados, para ‘contribuir’ al empeoramiento de la situación. La Ciudad limpia, invirtiendo en ello importantes recursos tanto económicos como humanos y materiales, y algunos se dedican a ensuciar, en una dinámica que parece ya imposible de romper. Lo cierto es que la ciudad no puede permitirse, como decimos, esta especie de “división” entre la civilización y el civismo de quienes están obligados, y lo cumplen, a respetar las normas básicas de convivencia en materia de limpieza e higiene de los espacios públicos, que son de todos, y quienes parecen estar al margen de la ley. La situación fronteriza de Ceuta, es cierto, resulta un obstáculo, pero por parte de la ciudadanía de bien se debe de hacer también un esfuerzo de apoyo a la administración, con la reprobación y la denuncia de este tipo de comportamientos tan insolidarios e ilícitos en pos de una ciudad de la que todos nos podamos sentir orgullosos en su integridad, sin excepción de ninguno de sus rincones.
 

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