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sociedad - JUEVES, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009


fructuoso antolín. fidel raso.

vicario pastoral de la diócesis
 

«El musulmán puede darnos
ejemplo de piedad al igual que el cristiano a él de apertura»

El responsable de la tarea evangelizadora de
la Iglesia en la Diócesis ha presentado el nuevo curso pastoral, basado en el acercamiento de las parroquias a una labor “de todos y que da sentido a la Iglesia”
 

CEUTA
Paloma López Cortina

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Anunciar la palabra de Dios es tarea fácil, lo difícil es conseguir que la sociedad vibre con ella. Esa comunidad de feligreses, unidos bajo las parroquias, es este año protagonista de la carta pastoral que ayer vino a presentar el obispo a la ciudad. La apuesta del nuevo curso es andar por un camino conjunto y en comunión hacia la palabra de Dios y conseguir que la parroquia se involucre en ese sendero. El responsable de Pastoral de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Fructuoso Antolín, habla de lo humano y lo divino en tiempos de crisis de fe y en una ciudad en que las religiones deben compartir enseñanzas “y lo hacen”.

Pregunta.- Viene a Ceuta para presentar el Programa Pastoral Diocesano. ¿Qué es la Pastoral?

Respuesta.- La palabra viene de pastor, de pastoreo. Se trata de todo lo que se refiere a la labor de la Iglesia. Cada parroquia apuesta por una pastoral distinta con diferentes prioridades... es el trabajo que se hace para acercar la figura de Jesucristo a la gente.

P.- Parece que esa figura está más alejada que nunca. ¿Es en este momento más imprescindible la Pastoral que en otros?

R.- La Iglesia siempre ha existido para pastorear. El día que se deje de llevar a cabo ese trabajo, no tendría razón de ser. La Pastoral siempre se ha hecho y es necesaria.

P.- ¿Y cuáles son los objetivos para este nuevo curso?

R.- Este año el objetivo principal es que la parroquia vive una renovación constante y sea misionera y evangelizadora de la vida de Jesucristo.

P.- Evangelización, misiones...el brazo de la Iglesia es extenso... ¿pero y sus manos? La falta de vocaciones es un problema palpable. ¿Cómo podemos abordarlo?

R.- La evangelización es tarea de todos, no sólo del cura, sino de toda la parroquia. Los seglares tienen mucho que aportar con su carisma y su manera de ser. Todos somos responsables.

P.- Con la crisis económica ha disminuído la brecha de la crisis de la fe?

R.- La crisis ha existido siempre pero los medios de comunicación en la actualidad favorecen que haya más increencia. La crisis económica aborda muchos problemas incluso el social, donde aparece la Iglesia para dar respuesta a esas carencias. Ahora, ¿la crisis de fe?: también ha existido siempre pero todo el mundo cree en algo. La distinción de la fe del cristiano es que puede descubrir a Dios en los acontecimientos cotidianos, el las personas... y esa es la auténtica fe. Querer al que no te cae bien, ayudar al desvalido... eso es Dios y es lo que te lleva al más allá. Incluso el ateo cree. No en un sólo Dios, quizá en muchos. El dinero, la política... Lo malo del que pierde la fe es que el que ha dejado de creer en un sólo Dios empieza a creer en otros, decía Chesterton.

P.- Hay veces que la Iglesia no consigue transmitir esas palabras. ¿Dónde radica el problema?

R.- Humildemente hay que reconocer que tenemos las ideas claras pero no sabemos ponerlas en práctica. Hay que caminar y renovar constantemente sabiendo que nunca vamos a ir por delante de la sociedad porque estamos aquí para darle respuesta. El poder del Evangelio es su capacidad para decir una palabra a los hombres de todos los tiempos. Pero decirlo a los del siglo pasado o a los de ahora es distinto. Sabemos que hay valores, por ejemplo en los jóvenes como el del compañerismo, la amistad de la que tanto necesita y se refleja incluso en el botellón... ofrecerles el mensaje de Jesús parte de estar ahí a su lado.

P.- ¿Es quizá más participativa la vida parroquia ceutí que la de cualquier otra región?

R.- Cada parroquia es diferente y lleva un ritmo distinto con su propia idiosincracia,... lo que le marca la vida, así de sencillo, no hay que darle más vueltas.

P.- En la religión musulmana parece que la crisis de fe no es tan acusada como en la cristiana. ¿Cree que el Islam podría enseñar al cristianismo ese tipo de valores?

R.- La fe del cristiano es el seguimiento de Jesucristo. Aquí hablamos de dogmas diferentes. Pueden darnos mucho ejemplo al igual que nosotros a ellos. Ejemplo de como se toman en serio sus rezos, su piedad... pero nosotros podemos ayudarles a ser más abiertos, más dialogantes, a que sepan que Dios está en el mundo entero aunque sean distintas religiones las que le profesan... pero Ceuta es ejemplo de ciudad abierta en la que se han llevado encuentros de este tipo y en la que no he visto ningún fundamentalismo.

P.- ¿No se cansa de trasladar esa palabra de Dios y que gran parte de la sociedad haga oídos sordos??

R.- Hay momentos en que uno se pregunta si tiene sentido, pero el entusiasmo que tengo con Jesucristo desde que hace 40 años decidí entregarme a su camino y a enseñar su palabra y mostrarlo a la gente, da fuerzas. A mi me hace feliz ésto, hacer feliz al otro.

P.- ¿Usted no ha tenido nunca crisis de fe?

R.- Dudar de Jesucristo no, pero hay veces en que el ánimo es menor para el desempeño de la labor.

P.- ¿Alguien terrenal que se acerque a lo divino?

R.- Ahora mismo estamos inmersos en el Año Sacerdotal y nos han propuesto como ejemplo a un cura de parroquia, San Juan María de Viazney, que se dedicó toda su vida a hacer cosas por su gente.
 

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