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sociedad - DOMINGO, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2009


CARTERL ANUNCIADOR. CEDIDA.

PUBLICIDAD SEXISTA
 

Objetos de deseo o
sujetos de compra

La publicidad llegó a la ciudad autónoma
hace menos de un siglo y, a pesar de ello, asociaciones y profesionales contemplan
el sexismo desde diferentes perspectivas, unos como fenómeno de degradación
y otros como claves de mercado

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Anuncios e imágenes que siguen perpetuando los roles tradicionalmente asignados a cada género, ajenos a los cambios sociales y a las nuevas realidades vividas por muchas mujeres. Anuncios e imágenes que limitan las posibilidades de éxito social para el colectivo femenino al seguimiento de unos modelos de belleza. Anuncios e imágenes que limitan los objetivos vitales de las féminas a la adecuación a unos determinados patrones estéticos. En estos spots, las mujeres aparecen descontextualizadas, centrando sus diálogos en el cuidado corporal.

Estos son algunos de los puntos que constituyen el decálogo para identificar la publicidad sexista creado por la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género y trasladado a la Red Mediterránea de Información y Comunicación de Género de Latinoamérica. Aunque su procedencia pueda ser lejana, no lo es su base, su reivindicación, su camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres sin que ambos sean objeto de deseo o promoción de ventas, como suele ocurrir en muchos carteles publicitarios. Y a pesar de que la publicidad llegó a la ciudad autónoma no hace más de un centenario, ya son varios los colectivos que desean erradicar el germen sexista, tales como la asociación local que lucha por la dignidad de las mujeres y los niños, Digmun.

“Existe un observatorio nacional de la publicidad y también autonomías que han creado los suyos propios por eso creo que Ceuta debería tener uno para filtrar los roles machistas y hombristas y en él, tanto ciudadanos como entidades podrían denunciar los abusos publicitarios. Para promocionar productos en el mercado no es necesario mostrar el cuerpo desnudo y tampoco invertir los roles ironizando las situaciones, como el hombre que anuncia un detergente y tampoco la seducción es la única estrategia de ventas para incitar el consumo. Y es que de estas situaciones, siempre sale más perjudicada la mujer ya que se le explota sexualmente como, por ejemplo, en los anuncios de bebidas alcohólicas”, argumentaba Dimple Prem, profesional de Digmun.

Pero otra de las grandes batallas que se libran en el campo de la publicidad sexista son las reglas básicas del mercado de la oferta y la demanda, es decir, los estímulos que se pretenden despertar a través de un eslógan, una cuña, un cartel, una imagen o un anuncio televisivo, detrás de los cuales también se halla la mujer creadora. “Del 100% de trabajadores de una agencia publicitaria, un 68% son mujeres y el 99% de los anuncios sexistas han sido creados por ellas como ocurrió con el desodorante ‘Fa’, el primer desnudo de un pecho en televisión. La mujer se conoce bien y sabe cómo seducir, el tipo de público al que se va a dirigir, qué mensaje quiere transmitir. Pero también fueron las primeras voces feministas las que lucharon contra esas campañas sexistas en las que las mujeres aparecían como objetos. Ahora se trabaja más en un público general pero si analizas anuncios de vehículos de alta gama compruebas que van dirigidos a hombres, y los de gama baja, para mujeres”, valoraba Sebastián Fernández, publicista institucional.

Uno de los instrumentos actuales que a nivel nacional actúa como vigía es el Observatorio de la Publicidad del Instituto de la Mujer; un foro de estudio, análisis y canalización de las denuncias originadas por anuncios sexistas que aparecen en cualquier medio de comunicación. En la actualidad, este país demanda cada vez más la difusión de una imagen no sexista de las mujeres a través de los medios y, en concreto, de la publicidad. Existe una clara concienciación social acerca del papel que actualmente las mujeres desempeñan y en ocasiones elabora la publicidad, basándose en fórmulas estereotipadas del pasado. De ahí que la Ley General de Publicidad establezca la difusión de una imagen social de las mujeres ajustada a su realidad actual, y fue en 1994 cuando se creó la posibilidad de denunciar la publicidad que atenta contra la dignidad de la persona o vulnera los valores y derechos reconocidos en la Constitución, especialmente en lo que se refiere a la infancia, la juventud y la mujer.

Pese a ello, y en el caso de la ciudad autónoma por su condición de paso fronterizo, estos preceptos están muy limitados además por la convivencia de cuatro culturas. “Las marroquíes son reacias a ver imágenes de hombres o mujeres al desnudo y mucho menos delante del género masculino. Sin embargo, dependiendo del nivel de creencia religiosa, el marroquí disfruta viendo una mujer que no sea la suya en paños menores o, por el contrario, tampoco lo consiente”, valoraba Dimple Prem, profesional de Digmun.
 

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