PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

 

cultura - MIÉRCOLES, 23 DE SEPTIEMBRE DE 2009


aquilino melgar. reduan.

aquilino melgar director provincial del ministerio de educacion
 

«Aspiro a hacer cosas con la Educación que den resultado, aunque sea cuando yo ya no esté»

“Ecléctico”, el director provincial abre el año escolar con un reto, implicar a la sociedad en la respuesta al fracaso escolar, y un desafío a los centros: a la “autonomía” habrá que responder con “responsabilidad”
 

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

‘Niño de Villajovita’, Aquilino Melgar llegó a la Dirección Provincial del Ministerio de Educación hace algo más de un año, tras la última victoria electoral de Zapatero. Gran aficionado a las Nuevas Tecnologías, el ex director del IES Pablo Picasso de Mälaga tiene abandonado su blog (http://aquilinomelgar.wordpress.com/), cuya última entrada de marzo. En ella, como en esta entrevista, diserta sobre el ‘efecto Pigmalión’, el que dice que las expectativas de los padres con los hijos, los profesores con los alumnos o los jefes con sus subordinados tienden a cumplirse. Es, sin duda, parte del diagnóstico sobre el fracaso escolar en Ceuta de un “ecléctico” que aspira a no caer en los extremos, a coger lo mejor de cada rama y a dar a cada centro la autonomía necesaria para buscar su propia mejora. A cambio exige “responsabilidad” y “resultados”.

Pregunta.- Un año más, las clases no han empezado en la fecha estipulada en el calendario escolar en todos los centros. ¿Por qué?


Respuesta: Cuando llegué dije que hablar del calendario escolar es hacerlo de algo más allá de la Semana Blanca: de que los días lectivos lo sean efectivamente. Si tenemos dificultades de organización comprensibles que obligan a empezar más tarde habrá que evitarlas o acabar más tarde. Tenemos que seguir debatiendo sobre el calendario escolar.

P.- ¿Madrid está tan lejos que hay quien puede acabar pensando que se puede hacer lo que venga en gana?

R.- El calendario escolar marca los descansos del alumno. Tiene que ver con el laboral docente, pero no del todo. Parece que a los descansos del profesorado, que son necesarios y convenientes, se quiere someter el calendario escolar. No creo que los docentes vayan por ahí, pero a veces puede dar esa impresión.

P.- ¿Está satisfecho con el calendario escolar pactado para este año?

Parcialmente. Si hay realidades sociales como la Pascua musulmana del sacrificio que llevan a que un día lectivo no lo sea tenemos que tenerlo en cuenta. No es que yo sea favorable o contrario a las fiestas religiosas, pero es una realidad. Es como lo que decíamos del inicio del curso. Me gustaría tener un debate más amplio, más abierto y sin condiciones. Espero que el próximo año el nuevo Foro de la Educación sirva para avanzar aún más.

P.- ¿Cuándo va a arrancar el Foro?

R.- Pronto, en cuanto se den las condiciones y se dé la oportunidad para que la secretaria de Estado, que se comprometió a ello, venga a inaugurarlo. Confío en que sea muy pronto, como muy tarde a mediados de octubre.

P.- Hablaba del debate del calendario. Hay otro permanente, el de la escolarización, en el que este año se ha vuelto a acusar a la Dirección Provincial de escasa firmeza política para aplicar las normas sin excepciones

R.- No se ha cedido a ninguna presión. Lo que se hace es atender a una presión enorme.

P.- ¿Hasta dónde ha excedido los ratios de alumnos por aula?

R.- Al límite establecido del 10% y en demasiados casos, es verdad. Cuando se produce un reparto este tiene unos límites porque no vamos a hacer un desaguisado enorme, pero la gente no lo entiende. Lo que no se puede hacer es elevar la ratio en un centro y dejar plazas en otro de la misma zona, sea concertado o público.

P.- ¿No se ha hecho algo así con el Andrés Manjón?

R.- Puede haber más vacantes en un centro que en otro, pero ese es el margen de elección de los padres. Los centros deben conformarse con la realidad de su entorno y haciendo una distribución homogénea, pero no forzada porque ello no concluye a nada positivo. Este año los problemas se han concentrado, en la línea de cuatro años, en Parque Ceuta. En junio elevamos la ratio a 25 y en septiembre a 27, pero respetando las preferencias. Es un proceso que parece caótico, pero que es complicado y que se lleva con luz y taquígrafos, que es lo idóneo.

P.- ¿Alguna familia ha llevado ya su resolución a los juzgados?

R.- Sí.

P.- ¿Prevé que volverán a quitarle la razón a la Comisión?

R.- Espero que no. Estamos dándole argumentos a la Abogacía del Estado para que no se den situaciones desagradables como que un acto de escolarización que nosotros consideramos que es ajustado a Derecho se revoque cautelarmente y, me lo dice la experiencia, al cabo de uno o dos años, la Justicia acabe dándole la razón a la Administración. En ese momento habrá voces que digan que como ya está escolarizado dejemos al alumno allí, pero igual que nosotros acatamos la resolución cautelar aplicaremos la sentencia definitiva. Judicializar esta cuestión en exceso, más allá de cuando se detecten errores administrativos puntuales, es contraproducente.

P.- ¿Por qué el Ministerio no fija su postura con el uso del velo?

R.- Con el tema del velo, como con otros paralelos relacionados con las normas de convivencia, tengo una premisa fundamental: no hacer un problema de lo que no lo está siendo. El velo no lo está siendo. Puede haber cierta contradicción entre las normas de uniformidad de un centro y una decisión que se pueda entender como razonable, admitida y no impuesta por parte de una chica. Ahora bien, cuando uno toma un acto de corrección como la pérdida de asistencia a clase, la más alta, hay que valorar los pros y los contras, y a mí me parece que el derecho a la Educación prima para propiciar una solución que pueda ir, por ejemplo, por ajustar a todos al mismo color. Yo sólo he tenido un caso y así lo intentamos hacer ver para obtener una solución interna entre la familia y el centro sin crear un problema mayor.

P.- Problemas y quejas parecen crear también los contratados del Plan de Empleo a las direcciones de algunos centros. ¿Está claro ya de quién depende ese personal?

R.- De quien los contrata, de la Delegación del Gobierno. En los centros tenemos tres colectivos de distinto origen cuyo encaje causa ciertos problemas de coordinación: el del ámbito educativo, el del convenio con la Ciudad y el de los Planes de Empleo. Sobre estos últimos hemos dado la posibilidad a los centros de que establezcan un coordinador de enlace con la Dirección.

P.- Los centros piden una Jefatura de Estudios adjunta

R.- Eso no puede salir mientras el Reglamento de Organización y Funcionamiento de centros, que es ciertamente anticuado, no se modifique, algo que espero que se haga este año. Entretanto creo que el 95% de los centros usarán la vía de ese coordinador. Además vamos a tener una reunión con la UPD para definir funciones y para mejorar la distribución y coordinación de todo el personal disponible.

P.- ¿Por qué parece que nadie quiere ser director en Ceuta?

R.- La Dirección, y lo dice quien ha pasado años en esa tarea, es ingrata y motivadora al mismo tiempo para quien tiene inquietudes por cambiar la escuela y la sociedad a través de la Educación. No obstante, es verdad que el colectivo docente no tiene la consideración social que debería tener, y eso se acrecienta con los directivos. Debemos ser capaces de incentivar esa responsabilidad económicamente o en la carrera profesional. Todos tenemos que apoyar más a quienes hacen esa tarea complicada y el mío lo tienen seguro. El año pasado pasé por todos los centros y este quiero hacerlo de otra forma, no sólo yendo a preguntar sino también a exigir y a que me exijan, a dar soluciones, a pedir compromiso y a ofrecer alternativas. La enseñanza se tiene que mover cada vez más por planteamientos de objetivos y de autonomía, pero también de responsabilidad.

R.- Hay un trabajo reciente sobre el fracaso escolar que concluye que “existe un acomodamiento” en el profesorado ceutí. ¿Qué piensa?

R.- Yo no puedo ser tan atrevido. Ese trabajo es lo que es.

El ‘efecto Pigmalión’

P.- ¿Y qué es?

R.- El resultado de una encuesta de actitudes en la que se mezclan componentes informativos, emotivos y reactivos. Extrapolar de ahí que falta motivación me parece muy atrevido. Yo repito siempre que para afrontar cada día la tarea educativa hay que estar motivado. Pobre del que no lo esté. Hay un estudio internacional que tiene otra entidad, el Informe Talis, que viene a decir que las expectativas del profesorado son trascendentales en un doble sentido: sobre los alumnos, porque si son positivas estos van a rendir mejor, el ‘efecto Pigmalión’, y sobre uno mismo, en el mismo sentido.

P.- ¿No o tiene la sensación de que las expectativas del docente sobre el alumnado en Ceuta son muy bajas?

R.- Percibo que en ciertos momentos eso no está influyendo positivamente.

P.- ¿En algunos colegios más que en otros? ¿Sobre algunos alumnos más que sobre otros?

R.- Posiblemente, y esto me gustaría que no se tomara como una crítica, sino como una reflexión. Estoy convencido de que mejorar la visión de la capacidad que tenemos para cambiar las cosas y de la capacidad de los demás para rendir al final se va a traducir en una mejora para todos. Pensemos que los que creemos que responderán peor lo van a hacer mejor y que nosotros también vamos a tener más éxito.

P.- Ya tenemos un factor para explicar en parte el fracaso escolar local. Después de un año aquí, ¿cuáles más ha encontrado?

R.- Hay un primer elemento clarísimo que es que no somos comparables con ninguna otra comunidad. El otro día nos lo dijo el ministro y me agradó escuchárselo porque yo opino lo mismo.

P.- ¿Por qué incomparables?

R.- Porque sociológicamente somos distintos, por densidad de población, por diversidad de culturas, por ser fronterizos... No se trata de escurrir el bulto, pero los parámetros de comparación no son válidos. Debemos mirarnos a nosotros mismos para mejorar porque sí, sin comparanos con nadie, la situación es mala.

P.- Entonces su respuesta deberá adaptarse a esta sociedad

R.- Claro. Lo que pasa es que es difícil porque la realidad no es fácil. El sistema educativo, es una realidad compleja y sistémica. Tiene un montón de componentes interrelacionados: cualquier factor que se cambie o se deje de cambiar influye o mantiene el resto. El paradigma agrícola no nos sirve. Tenemos que ir a soluciones más complejas y una de ellas, creo, tiene que ser que la comunidad educativa no sea un ente teórico y abstracto, sino un elemento con intereses, relaciones e intervenciones comunitarias. Es un recorrido amplio en el que pequeñas acciones irán produciendo pequeños cambios en el tiempo. Yo aspiro a hacer cosas que den resultados, aunque sea cuando yo ya no esté. Lo que no me gustaría es que quien venga detrás tenga que empezar el proceso de cero.

“Las cosas no son blancas o negras”

P.- ¿Cómo lo va a hacer, por la vía ortodoxa de poner carteles en las aulas que digan que ‘el castellano es la única lengua oficial’ o con alguna propuesta más heterodoxa como las que plantean otros expertos?

R.- Yo soy ecléctico. Las cosas no son ni blancas ni negras, y más en esta ciudad. En medio hay mucho campo de actuación para no ser dogmático ni minimalista ni maximalista. Vamos a coger lo mejor y a aplicarlo, a quitarnos complejos, a no rasgarnos las vestiduras y a poner en marcha pequeñas experiencias piloto. A mí en mis primeros días me cogió un debate hasta cierto punto estéril como era la denominación de un curso [‘El español como nueva Lengua en Ceuta’], y a lo que hay que ir es a la esencia de las propuestas, a lo que se pretende con ellas.

P.- Este año se va a cambiar el nombre del curso. ¿Es una decisión suya?

R.- No. Seguramente sus responsables han optado por no crear polémicas estériles sin dejar de dar herramientas ni de introducir mecanismos de exploración de soluciones. No creo en las propuestas únicas ni en nada que no necesite de complementos. No volvamos a caer en el error de que todo vale para todo. En cada momento hay soluciones distintas y hay que tener la capacidad de probar, de no cerrarse, de tener altura de miras y de no rasgarse las vestiduras. Nadie va a ceder nada por mejorar las condiciones de vida y formación de los ciudadanos. Cada zona necesita unos recursos. Sí al apoyo, sí a una escolarización normalizada en un centro y en su entorno. Lo que hay que hacer es ver cómo la comunidad resuelve sus problemas con los profesionales que se ponen a su servicio.

P.- Dar ordenadores y pizarras digitales a un grupo de chicos de quinto de Primaria que, al menos en parte, según reconocen sus profesores, todavía tiene muchas dificultades para hablar y escribir en español no puede parecer algo un tanto incoherente

R.- No porque esos instrumentos van a ayudarles a dominar también ese recurso. Introducir las Nuevas Tecnologías en el proceso de aprendizaje de forma integrada, como el libro, implica que no se trata de un recurso puntual, sino de meterlas en su mochila digital para cambiar el paradigma educativo. Las posibilidades de esos recursos son enormes y en el ámbito lingüístico creo que también. Hay que crear la comunidad de aprendizaje. Iniciamos un camino que va más allá de la presentación y la foto. Esto será un punto de inflexión.

P.- Pero mientras se destinan recursos a comprar ordenadores sigue sin haber colegios y las aulas se masifican, como decía antes

R.- Estamos trabajando también en ello. En Loma Colmenar tenemos terreno disponible que los técnicos del Ministerio analizarán esta misma semana para un centro de Primaria para empezar a elaborar un proyecto y tener un plazo de ejecución. En Parque Ceuta lo que hay son buenas intenciones y una gran demanda por nuestra parte, pero debemos esperar a que lleguen a buen puerto las conversaciones de la Ciudad con Defensa para proyectar un centro de Primaria y otro de Secundaria.

P.- Su ministro visitará Melilla muy pronto, precisamente para inaugurar un centro. ¿Le veremos también por aquí?

R.- Tiene la intención de hacerlo inmediatamente después si lo permite su agenda. Si no, lo hará la secretaria de Estado Eva Almunia.

P.- ¿Tener a la Junta Docente enfrentada le facilita el trabajo?

R.- Mi relación con la Junta ha sido cordial. Hemos trabajado mucho y bien con ella, pero también con los sindicatos individualmente. Su situación, que yo respeto, no tiene por qué influir en nuestra relación con el profesorado.

P.- ¿Usted está por considerar al profesor como autoridad pública?

R.- El concepto de autoridad no va tanto vinculada a la aplicación de medidas correctivas, sino en la concepción que la familia, el alumnado y la sociedad tienen del profesorado y en la que el docente se da ante ellos. La autoridad es difícil ganarla y no se logra por decreto. Lo que yo recomiendo al profesor es que no la pierda. Sé que trabajan por ganarla, pero cuando queremos que algunos problemas nos los resuelvan otros hacemos una dejación que revierte precisamente en una pérdida de autoridad. Cualquier funcionario es, en sus atribuciones profesionales, una autoridad pública. Que ahora la Comunidad de Madrid quiera ponerlo en una Orden no es más que un brindis al sol. Lo que tenemos que hacer es no quitarle autoridad al docente, y ello compete a la Administración y a la sociedad.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto