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OPINIÓN - LUNES, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

A un barco de guerra
 


Javier Cherllarám
javiercherllaramt@elpueblodeceuta.com

 

Veo en las imagenes de un programa de televisión, un niño pegandole una hostia a la madre , la escena la repiten unas pocas de veces, la mujer queda traspuesta, inmovil por lo que le está ocurriendo y queriendo entrar a razones con el hijo, el hijo armando el pollo como un poseso y la madre intentando dialogar con el y no hay manera humana de meterlo en vereda. Las comodidades, la falta de ilusión por conseguir algo con ansias y metas, y por no escucharlo y tenerlo contento da pie a estas historias. Hace 25 años, había una pelicula que causaba furor entre la juventud, era Curso 1984, de la que se armaba en el Instituto hasta que llega un profesor que tiene que hacer el harakiri con los niñatos del colegio, niños consentidos que se ve la escena que el niñato no se levantaba a abrir la puerta, porque le dice a la madre que estaba viendo la tele.... En ese año 1984 yo tenia 17 años recien cumplidos y me martilleaba la frase de los mayores como “la juventud de hoy no vale nada” y fijense que no hacia ni los diez años de morir El Caudillo Franco, con todo eso que conllevaba de la dictadura, elementos melenudos subversivos, la amnistia internacional y la legalización del PCE. Si en ese tiempo que teniamos todavía el chip de Franco y el cambio por el cambio de Felipe Gonzalez, solo llevaba dos años de legislatura, lo que ha cambiado la sociedad, con las tasas de paro, inmigración, delincuencia urbana, bandas islamistas, grupos radicales, enfermedades de nuevo cuño y una tercera Guerra Mundial encubierta. Antes los jovenes no teniamos depresión, ni ansiedad, ni stress, ni baja sicológica, había campitos de futbol, portones en el Poligono para darse el lote, montones de bazares para currar, y por la tarde ir a ver al Ceuta, una hamburguesa en el boquete y al regreso una miloja en la Pasteleria Argentina, la jarra de cerveza se le subía al sentido a Jose Javier el catalino, acuñando la célebre frase, nos pasamos llegamos a las once y no veas que colocón... toda una proeza para nosotros en la época. De los tiempos de antes, la educación te la daba el profesor o sea el maestro escuela, el cura parroco y el comandante de Puesto de la Guardia Civil... si deciamos en casa , el maestro me ha pegado, tenías ración doble, por aquello que decía tu padre, algo habrás hecho y toma con la correa, si se iba al colegio a pedir expliciaciones, y sacaban la carpeta de tus ejercicios y exámenes, ya tenías el pelotón de fusilamiento en casa. Sobre todo que padres, profesores y alumnos eran prácticamente una familia.

Por qué la frase de vete a un Barco de Guerra..., en casa yo me saqué el “folio” documento de la Marina Mercante, para alistarme a la Armada y que me tocase un barco, cuando había “zapatiesta” en casa y los hermanos nos acostabamos todos calentitos y bien zurrados, nos arengaba mi padre diciendo “irse a un barco de guerra”, y sabreis valorar lo que es vuestra casa, vuestra familia, vuestros padres, hace 28 años está frase me dolió más que otras veces porque la bronca fué por tontear con la hija de la vecinita..., yo siempre tan torero... y lo del barco de guerra me retumbó el alma. Más de un joven que abofeteara a la madre como el de la tele, a un barco de guerra, al Golfo Persico, a defender los atuneros, a la gran China, y recoger la frase como yo mismo, que la juventud de hoy no vale ná.
 

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