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OPINIÓN - DOMINGO, 11 DE OCTUBRE DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Un aeropuerto ceutí

Por Jose Soborb


Hace falta crear la ‘PLAMETAM’ en Ceuta y Melilla. Es necesario que ambas ciudades vecinas y hermanas se unan para convencer a sus conciudadanos de que pueden tener más -ya se sabe que ‘la unión hace la fuerza’- en esa gran ‘Plataforma Por la Mejora del Transporte Aéreo y Marítimo’ con la participación directa de sus respectivos gobiernos autonómicos, agentes sociales, empresariales y económicos; partidos políticos, organismos oficiales, centrales sindicales, entidades ciudadanas y colectivos de toda índole. La necesidad de mejorar y potenciar el problemático transporte aeréo-marítimo en Ceuta y Melilla, que anda de capa caída, debe ser objetivo prioritario tanto de sus autoridades y administraciones como de los propios ciudadanos ‘caballas’ y melillenses como usuarios de los servicios aéreo-heli-portuarios y navieros.Esta plataforma serviría para muchas cosas. Entre tantas, para coordinar acciones tales como presentación de proyectos y propuestas, ser interlocutora válida entre las administraciones competentes en el tema -llámese ministeriales- encargar informes técnicos a profesionales, movilizar y sensibilizar a las poblaciones ceutí y melillense para la defensa de reclamaciones acerca de necesidades vitales de ambas ciudades en materia aéreo-marítima imprescindibles para la subsistencia, desarrollo sostenible, prosperidad y futuro de Ceuta y Melilla. ¿Y cuáles son esas necesidades en estas españolísimas ciudades norteafricanas? Evidentemente, la imperiosa, urgente y vital ampliación del actual y existente aeropuerto de Melilla junto a la urgente e innovadora creación de un nuevo aeropuerto en Ceuta, entre otras cosas. Ambos proyectos son, hoy por hoy, los más importantes de acometer por priodidad y preferencia, sin olvidar otros aspectos secundarios pero no baladíes, del servicio naviero como la política de tarifas o bonificaciones, tema que se merece un artículo aparte.

En Melilla, se ha quedado insuficiente la pista de aterrizaje. Es preciso dotarla de una ampliación de hasta 1000 metros más, lo que es factible a pesar de la inmediata proximidad con suelo extranjero. La existencia de turismo europeo que arriba a la ciudad melillense y la más que aceptable actividad de vuelos, justifican dicha ampliación, sin que la evidente enorme distancia con la península suponga un impedimento. Ambas necesidades, creación -Ceuta- y ampliación -Melilla- son necesarias, importantes además de revitalizadoras e interesantes respecto a las situaciones socio-económicas y geo-políticas de las dos ciudades norteafricanas. Coincido con el piloto melillense de líneas aéreas Javier González -impulsor de la propuesta y autor de varios estudios y artículos- en que incluso el único punto cuestionable -el de la rentabilidad- sería superable y no un obstáculo para su posible ejecución. Cabría aplicar una política que evitara que el aeropuerto lo usaran unos pocos privilegiados, como sucede con el helipuerto, cuyo servicio es carísimo y ante la disminución de pasajeros por la crisis, ha reducido los vuelos. Reitero que el aeropuerto en Ceuta no es descabellado sino realizable. El reducido territorio no es problema: La minúscula Gibraltar, con tan sólo 1.800 metros de pista de aterrizaje ganados al mar, tiene vuelos directos a Londres, Madrid y Barcelona. Lo cierto es que, si se continúa con el tradicional sentimiento ceutí de conformismo, otro podría arrebatar el proyecto y aplicarlo. Se rumorea que la mismísima vecina Algeciras podría llevarse el gato al agua si los ‘caballas’ se olvidan del tema, compitiendo con Ceuta. Y supongo que ésto, tocaría la moral y los c...puesto que encima los ceutíes tendrían que coger el avión en la villa algecireña. Al revés no, claro está, por la ubicación geográfica de Ceuta. Un aeropuerto provocaría aumento de turismo y la implantación de nuevos hoteles.

El lugar adecuado para la instalación del aeropuerto en suelo ceutí parece ser, -a juicio de este piloto profesional, Javier González- el terreno ganado al mar en la zona nordeste de la ciudad conocida como ‘Punta Almina’. La pista aquí, permitiría ser de entre 2,5 y 3 km, con orientación Este-Oeste para que en las maniobras de aterrizaje y despegue, el viento siempre sea de cara, consiguiendo una menor distancia para las aeronaves que realicen dichas maniobras. Asimismo podría contener una plataforma para albergar de 5 a 8 aviones y un sistema de aproximación que permitiera el aterrizaje en condiciones menos favorables. Un lugar que al parecer, coincide con el que plantea UGT en su reciente propuesta, si bien el sindicato propone realmente un insuficiente mini-aeropuerto, a pequeña escala y de poca envergadura. Punta Almina es quizá, mayoritariamente, el mejor sitio o el menos problemático de los lugares. Sin embargo, otras opiniones aunque minoritarias pero dignas, defienden como idónea la zona de Benzú con tal de evitar que los pasajeros que visiten Ceuta al dirigirse a la pista vean como primera imagen de la ciudad el cementerio de Santa Catalina. Que no se anteponga la excusa de la rentabilidad -poca, escasa o nula- para poner trabas al proyecto y evitar su ejecución. A lo largo de la historia, existen miles de ejemplos de obras e infraestructuras cuya rentabilidad no fue inmediata sino que se necesitaron además de paciencia, largos años, décadas e incluso un siglo para que llegaran a ser rentables y hoy lo son. El propio puerto marítimo de Ceuta es el mejor exponente de ello: hace 100 años se pensó que la construccion del puerto no sería rentable. Se decía que con el embarcadero para traer las provisiones de la península en pequeños veleros, era suficiente. Hoy, el puerto de Ceuta es uno de los mas fructíferos de España con entrada y salidas de buques de todos los paises y está generando dinero y trabajo para muchas personas.

Pero eso sí, debería ser un aeropuerto sin monopolios explotadores y caros en servicios. No querrían los ceutíes repetir en los aviones la situación abusiva de las terifas navieras. En el caso del aeródromo melillense, si los vuelos fueran realizados por compañías aéreas locales, los billetes abaratarían y los beneficios redundarían en la ciudad cual mayor revulsivo económico. ¿Y en Ceuta...? No obstante, cabe recordar que la idea de un aeropuerto en Ceuta ya se planteó por la agrupación política GIL en 1999 ante el Ministerio de Fomento como una vía de desarrollo económico para la ciudad. El hecho de un helipuerto en Algeciras es un parche insuficiente que solo permitirá cruzar a otros pocos privilegiados de elevado bolsillo el estrecho por aire, pero no dará solución final a las necesidades de transporte como en mercancías, por ejemplo. Algunas voces cuestionan la ubicación sugerida por su profundidad y las corrientes marinas, temiendo a los envites de un fuerte temporal. Pero los juicios técnicos consideran que la pista se colocaría contigua al litoral, donde la profundidad es escasa y no hay mar abierto. Tampoco son obstáculos determimantes. Lo mas factible para la construccion de un aeropuerto son los margenes de seguridad en cuanto a pista de aterrizaje y despegue con salida y entrada desde el mar o hacia el mar. Las montañas de Ceuta, no serían problema. Vemos como el aeropuerto Mexico esta rodeado de la ciudad y de las altas montañas que la circundan, y funcionando está. En Ceuta se podría aterrizar desde el estrecho y levantar el vuelo cara al estrecho.

Para los pilotos, las cuestiones técnicas a valorar en la creación del aeropuerto de Ceuta a la hora de aterrizar y despegar, se reducen a la velocidad de un avión al descender, que viene a ser 200 o 250Km/h dependiendo de varios factores. Si por cualquier circunstancia en una aproximacion y a pocos metros de altura un piloto por alguna incidencia aunque sea insignificante -una pequeña ráfaga de viento- decide no aterrizar y hacerlo en un segundo intento, tendría que levantar el vuelo de nuevo sin bastante margen. Por ello es imprescindible tener los dos extremos de la pista abiertos con margen suficiente, necesitándose una zona libre de obstáculos para realizar la aproximación a una pista, ejecutar una aproximación frustrada -abortar el aterrizaje- o incluso para el despegue por la pista contraria, porque se despega y aterriza en contra del viento salvo excepciones, como cuando el aire es ligero, menor de 18km/h. Esto sería erróneo si el aeropuerto estuviera en Benzú o Benítez. Estas zonas no cumplen tales requisitos.

Los criterios profesionales técnicos, como argumenta el piloto Javier González, aconsejan que la orientación de la pista del aeropuerto ceutí debería ser de este a oeste, por los vientos predominantes, para que tanto la carrera de despegue como el aterrizaje sean lo más cortos posible y así sacar el mayor peso de la aeronave.

Según González, plantear un aeropuerto cruzado al viento supondría de entrada, limitar operaciones de vuelo para un futuro, como ocurre en Melilla, donde los vientos predominantes, son de levante o poniente y la pista no tiene esa orientación, y a la hora de despegar penaliza en peso al despegue lo que se traduce en tener que dejar algo de pasaje en tierra los dias de fuerte viento cruzado. El piloto Javier González -e imagino que como él, pensarán la inmensa mayoría de los pilotos españoles, y yo sin serlo, coincido y compruebo que lleva razón- plantea en principio un aeródromo de 2 km como mínimo para que entren aparatos como el B737 o el A320. A tenor del piloto, si sólo entraran los turbihélices, el radio de acción resultaría escaso pues son aeronaves muy limitadas, no arribarían ni a Londres ni a Berlín. Ello, aunque supondría una buena comunicación con Madrid, en base a 1h 30 minutos de trayecto, sería insuficiente para hacer llegar a Ceuta al turismo anglosajón y germano, verdaderas fuentes generadoras de ingresos, siendo quienes realmente convierten en turística una zona.

Existen más cuestiones técnicas aunque secundarias y que han de ser valoradas por una comisión de técnicos expertos y asesores profesionales. Pero la respuesta social y la movilización cívico-popular son las primeras acciones a acometer. Resultarán más quienes estén en favor que los que se opongan. Tal vez a las navieras no les convega. Cuestion de intereses de monopolios. Ya está bien de que las compañías marítimas ostenten tanto poder teniendo la sartén por el mango y quieran seguir siendo los únicos ‘amos’ del estrecho desde antaño.

Ahora, les toca compartir la zona junto a los helicópteros y espero que lo antes posible, con los aviones. Es lamentable que los intereres de tales navieras impidan el desarrollo de otros proyectos benficiosos para Ceuta y el Estrecho. Como pasa con el viejo proyecto del túnel entre ambas orillas, reactivado y paralizado en múltiples ocasiones hasta hoy. Pues que no suceda lo mismo con el aeropuerto. En todo este asunto ha de primar el bien común de los ciudadanos. Ceuta se merece y necesita un aeropuerto y Melilla, ampliar y mejorar el que tiene. Y que mejor que uniéndose ambas ciudades y sendas poblaciones en esa ‘Plataforma Por la Mejora del Transporte Aéreo y Marítimo’. Todo sea por Ceuta y Melilla. Y por sus aeropuertos.

*Escritor, poeta,
blogger, columnista
 

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