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OPINIÓN - MARTES, 20 DE OCTUBRE DE 2009

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Ya está bien de tanta hipocresía

Por Nuevas Generaciones


Después del exitazo de las manifestaciones Provida de este fin de semana. Desde NNGG aconsejamos a José Luis Rodríguez Zapatero que escuche a la gente. Desde Nuevas Generaciones le instamos a que haga un ejercicio de conciencia, que aparte la soberbia por la que se le caracteriza en los últimos tiempos y haga uso de la obligación que tiene como presidente de escuchar a los españoles, que este fin de semana le estaban diciendo a Zapatero que hay que unir y no dividir.

El lenguaje “progresista” nos dice, nos jura y perjura, que el aborto que nos quieren vender es una interrupción voluntaria, que es feminista, que es un derecho, que es salud, que es constitucional, que es libre, que es solución, que es progresista, socialista, moderno y solidario, que es un logro social, que es inocuo, que es racional, científico y civilizado, que defiende a la mujer, que es un bien en sí mismo y hasta económicamente rentable. Y que los Provida son todos machistas, de la derecha extrema y fundamentalistas católico-apostólico-romanos. Sin excepción.

Sin embargo, los Provida argumentan, razonan y demuestran con datos y con hechos que todo cuanto dicen los abortistas sobre las bondades del aborto es totalmente falso y embustero.

Y desde Nuevas Generaciones le decimos al gobierno que ¡ya está bien!. ¡Ya está bien! de hacer uso de la hipocresía para crear una ley del aborto como una apuesta por la seguridad de la mujer y del niño pues ambos quedan desprotegidos legalmente y con menos valor que la flora, la fauna o el patrimonio histórico.

Los expertos, y la propia ministra, han defendido también que las adolescentes de 16 a 18 años puedan interrumpir su embarazo de manera voluntaria sin necesidad de contar con el consentimiento paterno, o en su caso del tutor legal. Las razones dadas para esta última afirmación es que las adolescentes ya que pueden mantener libremente relaciones sexuales también tienen la madurez y sensatez necesarias para adoptar la decisión de poder abortar, aunque no la de poder votar, o sacarse el carnet de conducir, !¿Qué dilema?!, los MENORES podrán ir al hospital a abortar, pero no podrán desplazarse al centro hospitalario en su propio coche, y por su puesto también irán al hospital a desprenderse, sin el consentimiento de paterno, al ser vivo que lleva en su vientre, eso sí con un piercing en el ombligo para el cuál papá o mamá si tuvieron que darle permiso. Y por supuesto sin edad legal para echarse un cigarro a la boca o tomarse una copa, pero si para decidir sobre la vida o la muerte del ser que lleva dentro. ¡Ya está bien!, de estos ideales “progresistas”, ¡ya está bien! de ese relativismo del que hace gala siempre el gobierno socialista, que sólo conduce a confundir y dividir a los españoles.

La reflexión sobre esta propuesta es en primer lugar afirmar que el aborto es un asesinato de los más débiles, de aquellos que no tienen voz para defenderse. Por otro lado, el

aborto libre incide en el fomento de una mentalidad de permisivismo sexual y de menosprecio de la maternidad. Una maternidad que parece ser una carga gravosa de la que la mujer se tiene que liberar para poder ser esclavizada por el mercado.

Esta futura ley se ha defendido, por parte del gobierno, como necesaria fundamentándose en dos mentiras: la existencia de un derecho inexistente (el derecho a abortar) y la seguridad de la madre y del no nacido. Lo primero que hay que indicar es que una de las principales obligaciones del estado es garantizar el derecho de la vida y su defensa, y especialmente de la de los más débiles. Hay que hablar con claridad para denunciar que el estado no cumple su cometido, no garantiza la vida del ciudadano más débil, el no nacido. Los científicos afirman rotundamente que desde la fecundación existe un nuevo ser humano que comienza su vida. En el plano genético su dotación es la de un ser individualizado que se encuentra en la primera etapa de su existencia: la concepción. La única diferencia entre el nacido y el no nacido es que al primero le vemos y le tocamos, al segundo no. Ambos son ciudadanos y ambos necesitan de importantes cuidados para su supervivencia.

En cuanto a la segunda mentira, que es el de la seguridad de la madre y el niño no nacido no se puede decir más que es una burla. Es hipócrita presentar la nueva ley del aborto como una apuesta por la seguridad de la mujer y del niño pues ambos quedan desprotegidos legalmente y con menos valor que la flora, la fauna o el patrimonio histórico. El aborto tiene dos víctimas la madre y el niño. Por otro lado, el hecho de rebajar a 16 años la práctica del aborto supone un giro de tuerca más. Ello implica privar a las chicas adolescentes de la posibilidad del asesoramiento y apoyo de sus padres aumentando su abandono ante la iniquidad del aborto.

Recordemos que esta ley viene tras un periodo largo en el que la percepción de la gravedad del aborto se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia social. La aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral, que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida. Ante una situación tan grave, se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre, sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación de autoengaño.

Por tanto la actual propuesta de una ley de plazos va encaminada a considerar el aborto como un método más de contracepción, hecho que ya es aceptado en la práctica. Al margen de la situación de absoluto desamparo en la que queda el niño que será no nacido hay que destacar el desamparo legal y médico en el que quedarían las adolescentes españolas en esta situación. Tal ley vulneraría el derecho a la salud para las mismas e incapacitaría a los padres a ejercer la función de acompañamiento y tutoría que le son propios.

Este interés manifiesto por el segmento de edad comprendido entre los 16 y 18 años no tiene otro fundamento que las propias estadísticas: de cada siete abortos practicados en España uno es de adolescentes menores de 19 años. Además en la última década hemos experimentado un crecimiento continuado pasando de apenas el 5 por ciento al 12,5 por ciento de mujeres de menos de 20 años que recurren a la práctica del aborto. Este crecimiento en las tasas de aborto de menores unido al deseo de las adolescentes a que sus padres desconozcan su situación –movidas por vergüenza y angustia- es el escenario idóneo para un gobierno que pretende favorecer la práctica indiscriminada del aborto incluso contra la voluntad de los padres. Por este motivo es necesario que también éstos se pronuncien adecuadamente antes que dicha ley vea la luz. En ese momento quedarán indefensos en su derecho a la educación de los hijos. Nuevas víctimas de la legislación de Zapatero, una legislación que genera un violento atentando contra el no nacido, contra la propia mujer y contra los padres y la familia en último término.

Para finalizar, desde Nuevas Generaciones queremos comentar la guinda del pastel, que es la “última” de JSCE, que en una bella y noble acción, pidió un esfuerzo conjunto a todas las instituciones para erradicar la pobreza, lacra por la cual todos debemos aunar esfuerzos para combatirla. Ahora bien, desde aquí pedimos a las Juventudes Socialistas que hagan un ejercicio de autocrítica antes de verter declaraciones de este tipo, y más si cabe cuando son las organización juvenil a fin al partido político que nos gobierna, y que gobierna a golpe de subir los impuestos a los que menos tienen, de llevarnos a las cotas de paro más altas de la historia de la democracia o de aumentar los gastos en personal desde que llego a la Moncloa en un 4.6%.

Zapatero mintió el pasado 23 de septiembre cuando dijo: las “rentas más altas son las que van a hacer el esfuerzo más significativo”.

En realidad, son las familias de clase baja quienes sufrirán más la subida de impuestos. Y las más damnificadas por el paro, (madre mía!, que lejos queda el pleno empleo que nos prometió ZP en las últimas generales), y es que la mejor manera de erradicar la pobreza, es ser un país que genere riqueza y empleo, la mejor política social es la política de empleo y no la política de ser un pesebre de subvenciones.
 

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