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OPINIÓN - SÁBADO, 24 DE OCTUBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Labor de cristianización
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Casi teníamos olvidado, bien es cierto que yo no estoy a diario en este ambiente, la labor de llevar el cristianismo a aquellas partes en las que la Iglesia, la Católica, no había llegado antes.

Nuestra labor, no la mía precisamente, pero sí la de nuestros pueblos, ha sido, a lo largo de los siglos, muy dada a atraerse hacia las creencias, de la que se decía la verdadera religión, a gentes a las que no había llegado la voz del Señor.

Y veo, no con sorpresa, pero sí con admiración, que nuestro obispo, digo nuestro porque yo también he nacido en el seno de la Iglesia Católica, entre sus muchas ocupaciones, tiene una muy especial que es la de acercarse, para atraerlos a su “redil” a aquellos desheredados, también, de la “voz” del Señor, a los que inicia en el Cristianismo.

El pasado jueves, a las doce y media del mediodía, monseñor Ceballos Atienza, en la Iglesia de Santa María de África, presidió la santa Misa en la que varios subsaharianos recibían la Iniciación Cristiana (sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía).

¡¡Qué desfasado está esto!!, puede que digan algunos, que metidos en otras razones, y aun habiendo nacido en el seno de una familia cristiana, eso de la Religión empieza a sonarles a música celestial, pero no del Cielo, sino de esa otra, del vale todo.

Particularmente, me agrada esta labor y me agrada a mí que no soy de los que recorren las iglesias a diario, pero que quiero saber valorar una labor que muy pocos, y especialmente obispos, porque tienen cosas de “más altura”, vienen olvidándose de llevar a cabo.

Hace ya unos cuantos años que otro obispo, con el que tuve una gran amistad, en Palencia, abandonó aquella diócesis que no era de las conflictivas, ni mucho menos, y se fue a misiones a Bolivia.

Recuerdo que el día antes de marcharse, mientras comíamos en un restaurante de Palencia, lugar en el que ejercí en la cátedra de Griego del Jorge Manrique, del 86 al 93, yo le decía al señor obispo: “nos abandonas para irte a América”, y él, además de obispo agustino, me respondió:”Aquí tenéis más curas de los que necesitáis, yo voy a un sitio donde hacemos falta todos los que aquí estamos sobrando”.

Intencionadamente, porque él no querría que citara su nombre, estoy omitiendo como se llamaba. Hace tiempo que no tengo noticias de él, pero a este obispo sencillo y entregado totalmente a los demás, le sustituyó allí, curiosamente un paisano mío, monseñor Blázquez, ahora en Bilbao.

Creo que monseñor Ceballos Atienza sabrá muy bien a quien me estoy refiriendo, y creo que también aquí, ojalá me dé la oportunidad de valorarlo muchas veces, el obispo de Ceuta está en una labor que, al menos yo, aprecio y valoro, en su justa medida y no regatearé ni un solo aplauso al poner de relieve estas acciones que, además, pasan de lo puramente religioso y tocan, muy de lleno, en lo social, que otros rechazan.

Un jueves, pues, de una gran actividad del obispo, que por la tarde estuvo muy cerca de los profesores de Región Católica en los centros de enseñanza.

Y cito, también, esto porque mis críticas, en algún momento, al obispo Ceballos Atienza, vienen de largo, cuando nos “quitó” del IES “Siete Colinas”, a un cura, profesor de Religión, que estaba haciendo una gran labor en el instituto y en la parroquia que tenía asignada. Afortunadamente en el “Siete Colinas” hemos tenido suerte con los que le sustituyeron a aquel.
 

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