PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 25 DE OCTUBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

La importancia de los teléfonos móviles
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Mis conocidos se siguen haciendo cruces porque yo insisto en no dejarme acompañar por el teléfono móvil. Y no pocas veces me he visto obligado a defenderme por haber sido tachado de misoneísmo: que es, como ustedes bien saben, la oposición por inercia a todo lo que es nuevo. Aunque en este caso, al invento del celular le queda nada y menos para cumplir las tres décadas.

Hace ya la tira de tiempo, cuando los celulares pesaban una tonelada, descubrí yo que había personas que usaban aquella mole de teléfono para darse importancia por la calle. Hacían muy bien el paripé de que eran llamadas, una y otra vez, y hasta elevaban la voz para que los viandantes se enteraran de las muchas responsabilidades que les proporcionaban sus quehaceres diarios.

Me recuerdo bien de un abogado joven, con deseos enormes de darse pote, que había cogido la manía de recorrerse la distancia que media entre las escalinatas del Hotel La Muralla y la plaza de Azcárate con el único fin de dialogar por su recién comprado artefacto inalámbrico. Y verle era todo un espectáculo. Manoteaba, se paraba en seco, daba órdenes estrictas a voz en cuello, gesticulaba, alardeaba... Y mi curiosidad me llevó a descubrir que aquel hombre hablaba solo y se había montado aquella comedia para estimularse. Y así lo publiqué. Y debí hacerlo con tanta sutileza que aquella persona, poco tiempo después, me envió una nota dándome las gracias porque estaba convencido de que mi columna le había ayudado a dejar de hacer el tonto por la calle.

Días atrás, iba delante de mí otro obseso del portátil que decía los siguiente: al entrenador hay que llamarle la atención porque se ha olvidado de hombres como Pedro Díaz y Manolo Sanlúcar. Se refería a Carlos Orúe. Así tuve la oportunidad de enterarme de que en el club creen que el jerezano está desaprovechando a futbolistas recomendados por él.

Ayer, sin ir más lejos, la palabra coño, voz que introdujo Cela en la Academia, por la sencilla razón de que no hay otra en castellano que designe el conjunto de los órganos sexuales femeninos, era la base de la conversación que mantenía una mujer a través de su teléfono portátil. Era, sin duda, el coño conversacional. Puesto que conviene decirles que existen el coño exclamativo y el coño propiamente dicho, que dijo Umbral. Pero en esta caso, repito, se trataba de la voz conversacional. Que suele tener también, según estudio del maestro, valor de punto y coma, de interjección tranquila, de rubrica.

La señora se recreó en la suerte de gritar: “Compórtate, tío, que tu mal rollo me lo paso yo por el coño, respétame, eh, que no eres más que un lamerón de mierda”. No me asusté, por supuesto, porque me consta que las mujeres usan mucho el coño conversacional cuando se meten en discusiones íntimas. Por ejemplo: “Estoy de ti hasta el coño, rico”. Lo que no me cuadraba es que nos diera aquella serenata erótica.

Habré de indagar a ver si la fémina es votante del PP. Ya que decir tacos siempre fue un signo de izquierdismo. Pero la izquierda se ha vuelto ya muy correcta. El taco ha sido siempre tachado de machismo por los hombres. Aunque las mujeres, no sospechosas de machismo, siguen hablando como carreteros.

Eso sí: cuando lo hacen a través del móvil se crecen y aumentan los decibelios de su voz para que tomemos nota los hombres.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto