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OPINIÓN - DOMINGO, 25 DE OCTUBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El adiós a un socialista de siempre
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Lo conocí a los pocos días de haber llegado yo a esta ciudad, en octubre de 1978, y desde entonces, aunque nunca fui un amigo íntimo suyo, he hablado en infinidad de ocasiones, coincidiendo en muchas apreciaciones de ámbito local y nacional.

El era el prototipo de hombre que deja los personalismos a ultranza y delegaba muchas funciones en personas que consideraba de confianza. Él sí era un hombre en el que se podía confiar, pero no se daba cuenta de que algunos en los que él había depositado toda su confianza, no podían ir solos hasta la puerta de la calle.

Posiblemente haya sido en esto, en lo que él falló, al dar confianza a algunos que no la merecían. No es el momento de dar nombres.

Para mí, siempre fue un gran hombre y un gran socialista, en los tiempos en los que disentir del sistema imperante era un gran riesgo, pero disentir desde las perspectivas que marcaba el socialismo de aquellos momentos implicaba correr un continuo y constante peligro, a la altura que uno quiera ponerlo.

Ahora, un ex alcalde, un ex senador, un ex hombre del pueblo, de la política y del partido se ha ido, a los 91 años de edad.

El Palacio Autonómico, en la mañana del viernes, era el lugar donde se palpaba el pulso de la vida política de nuestros días, y donde todos los que iban a dar el último adiós a Fructuoso Miaja, iban convencidos de que despedían a un hombre que, a lo largo de los años, paseó su nombre sin tener que agachar la cabeza, nunca, por haber cometido ningún tipo de desatino.

Y es que en el Salón del Trono, del Palacio Autonómico se respiraba un aire de pesar, por esta pérdida. Y es que, según comentaban algunos del propio partido socialista de Ceuta, si Fructuoso Miaja hubiera tenido 20 años menos, cuando la ruptura del propio partido, hace un par de años, todos decían que con toda seguridad, él, con tacto y tranquilidad, hubiera dado una solución muy distinta a la que se dio, para solucionar unas cosas y “envenenar” otras para mucho tiempo.

Es cierto que en el adiós de alguien, siempre se dice lo mismo:” era muy bueno”, “fue el mejor”, ... y un largo rosario de bendiciones, aunque aquí, estoy seguro de que ninguna de las afirmaciones, alabando su personalidad, se ha excedido, porque Fructuoso era, como dijo Carracao: “un hombre de su tierra”, o como ha dicho el actual alcalde, Juan Vivas :” un alcalde honesto, honrado, cercano y querido por los ceutíes”.

También tiene razón el delegado Fernández Chacón al afirmar:” se nos ha ido un honesto y gran socialista”. Esta puede ser la afirmación más tajante, ahora que en la casta política hay tantos vaivenes, precisamente cuando más fácil está para ser político, porque ser “político” en otros momentos que vivió Fructuoso Miaja era algo al alcance de los más osados o de los que de verdad sentían lo que no sentía el resto de la población, y ser político socialista cuando no se habían ganado elecciones de ningún tipo, y cuando se estaba haciendo un reciclaje del régimen anterior, con distintas siglas pero con similares actitudes intentaban instalarse en las principales instituciones, eso era una osadía rayana en la imprudencia, que sólo los que tenían el ánimo muy templado lo podían hacer sin ser hostigados desde la derecha, mucho, desde la izquierda, más, y desde el centro, todavía más que por los otros dos lados.

Ahora ya, con todo en calma, un veterano de sentido y sentimientos democráticos nos acaba de decir adiós. Se ha ido un buen hombre.
 

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