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OPINIÓN - DOMINGO, 25 DE OCTUBRE DE 2009

 
OPINIÓN / CONTAMINACIÓN ACÚSTICA

Otra visión sobre los mapas de ruidos (I)

Por  José Herrera del Rey


Sirvan estas líneas como reflexión constructiva crítica. Si de esta manera contribuyo a mejorar el sistema bien venido sea….

¿De que ruido hablamos?¿del que afecta a los vecinos y denuncian los mismos? ¿Se considera la variable subjetiva del propio concepto ruido?

¿Se esta haciendo los mapas de ruido con participación ciudadana y con garantías de llegar a implicar soluciones verdaderamente eficaces a un plazo “razonable”?

O ¿es que todas las denuncias vecinales sobre ruido son producto de rencillas personales y no tienen fundamento ninguno y no merecen que se consideren los focos de contaminación acústica a que las denuncias se refieren?

1.-Antecedentes.-


La Directiva Comunitaria 2002/49/CE - sobre Evaluación y gestión del ruido ambiental establecía la obligación de mapas estratégicos de ruidos y planes de acción.

Dicha Directiva, que corresponde al núcleo duro de los países comunitarios, se limita a comprender los ruidos de las grandes infraestructuras (carreteras, aeropuertos, nudos ferroviarios, tráfico,) rechazando frontalmente el ruido del ocio y ruido vecinal. Establece también una zonificación de las ciudades dependiendo de su calidad acústica en relación a esta única coordenada :el ruido de las infraestructuras y del tráfico.

La Directiva recoge los intereses de las grandes ingenierías que realizaran importantes trabajos de estudio a costa de las Administraciones Públicas.

El interés económico quizás prime en la defensa de este instrumento sin perjuicio de que los orígenes del ruido en dichos países son otros que en arco mediterráneo.

En resumidas cuentas, los mapas de ruido, no recogen, ni el ruido del ocio, ni el vecinal, no se adapta a la realidad del ruido en España y responde más a los intereses económicos de las grandes ingenierías.

Es obvio, que el problema del ruido en Europa tiene focos distintos que el ruido en España.

Evidentemente, los mapas de ruido son instrumentos eficaces, pero no son el único, y la lucha contra el ruido pasa por un apoyo, control y exigencia a las corporaciones locales en prevención y disciplina medio ambiental dentro de los principios de corrección en el foco y cautela. Gestión diaria local pura y dura.

El ruido que preocupa en las ciudades fundamentalmente no es ese ruido, es “otro ruido”.

2.-La Ley del Ruido


(Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del ruido) transponía dicha Directiva al Derecho nacional de manera incompleta.

El mapa de ruido es simplemente, por poner un símil médico, una radiografía de la situación en un momento determinado de la contaminación acústica en las grandes ciudades.

Pero claro, sólo sabremos de que órgano tenemos que hacer la radiografía y cómo hacerla si le preguntamos al paciente donde le duele. Si la hacemos de la parte correcta, y si esta se hace bien, y la interpretamos adecuadamente entonces tendremos un buen diagnostico.(Pero sólo del órgano del que se ha realizado la radiografía no del resto).

Si hacemos una radiografía de la pierna equivocada, o la placa es mala, el paciente seguirá con dolor.

Diagnostico que se referirá únicamente al ruido de las infraestructuras no al ruido vecinal o del ocio. Dicho ruido prescindiremos de diagnosticarlo y por supuesto de curarlo.

En ese caso, dicho mapa de ruidos nos servirá para tomar medidas adecuadas para rebajar el nivel de ruidos de las infraestructuras, nunca del ruido del ocio o del vecinal, que ni siquiera habremos evaluado.

Los mapas del ruido(si están bien hechos) nos informarán de eso, no del nivel real del ruido de la ciudad en un momento determinado.

Si nos dejamos llevar por esa información, nos podremos comprar un piso en zona de movida ,con tres discotecas abajo, una serrería y que el vecino de arriba toque el trombón.

Hemos recetado una tomografía sin ni siquiera reconocer al paciente.

3.-El Convenio de Aarhus .


La LEY 27/2006, de 18 de julio, por la que se regulan los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente es absolutamente necesaria y obligatoria para poder realizar un buen diagnostico dejándose orientar por el paciente ciudadano que soporta la contaminación acústica y sabe donde le duele.

No podremos entender el ruido de la ciudad y su naturaleza, ni tampoco el ruido de las grandes infraestructuras, si no se escucha previamente a los ciudadanos mediante encuestas e incentivando una comunicación transversal participativa incluso por los medios de comunicación. De esta forma los ciudadanos nos indicarán cuales son los focos del ruido, donde debemos centrarnos en analizar para posteriormente buscar la mejor solución al problema real integral. No se puede hacer un mapa de ruidos a espaldas de la ciudadanía.

Con espíritu crítico y democrático, escuchando si hay que hacer mediciones reales, y no simulaciones, si desde que se ha hecho la medición ha cambiado la secuencia semafórica o el sentido de la calle, si los horarios de la realización no eran los más adecuados etc….El que le duele la muela es el que se la saca.

El otro día ,en una jornada técnica ,un funcionario de un importante ayuntamiento andaluz, me indicaba que no era necesario escuchar a los vecinos en los mapas de ruidos ,que son temas técnicos.

El comentario resulta aberrante, pero clarificador sobre la participación ciudadana e información medioambiental en las corporaciones locales, es como pedir ser universitario para votar o algo por el estilo sin perjuicio del incumplimiento frontal de la LEY 27/2006, de 18 de julio, por la que se regulan los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente (incorpora las Directivas 2003/4/CE y 2003/35/CE)

(BOE nº 171 de 19/7/2006)En concreto art. 18 y conexos..

Es como si los técnicos y funcionarios se quisieran reservar el saber y la cultura mediante el culto y devoción al decibelio de forma que de esta manera solo los iniciados puedan defenderse y opinar del asunto. Por el contrario, deben facilitar la información y hacerlo de forma clara y entendible que no obstaculice la información y participación ciudadana, sino que al contrario la incentive.

Pasó la época en que la cultura estaba en posesión de los monjes en sus monasterios. Rechacemos estos monjes acústicos.

Desde luego muestra como se están haciendo las cosas en determinadas corporaciones locales. Una cacicada más. ...(CONTINUA MAÑANA)
 

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