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sociedad - MARTES, 27 DE OCTUBRE DE 2009


tripulantes en la proa. fidel raso.

castrense / EL PATRULLERO P-114 CUMPLE 30 AÑOS
 

Vigía de los mares de Ceuta

El único patrullero que fondea de
manera permanente en la ciudad cumple tres decádas de singladura, primero en la costa almeriense y después en aguas de soberanía española en África
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Su última operación de envergadura se desarrollo en aguas cercanas al islote del Perejil, cuando la tripulación avistó un patera con inmigrantes y otras tantas personas flotando sobre el agua con la ayuda de diferentes artilugios.

Desde 1993, el patrullero P-114 es el auténtico vigía de las aguas de soberanía española que rodean a Ceuta. Es el único patrullero permanente con que cuenta la plaza española en el norte de África, pero se cumplen treinta años de su entrega a la Armada y la Comandancia Naval de Ceuta no ha querido pasar por alto tan emblemático aniversario.

El P-114 inició sus labores de vigilancia marítima en Almería, hasta que hace quince años empezó a fondear de manera permanente en aguas del litoral ceutí. La tripulación de esta embarcación, con 15,9 metros de eslora y 4,36 de manga, está compuesta por nueve personas, y su comandante es desde hace un año el teniente de navío Javier Tomás Morales.

“Desde luego el patrullero está limitado por sus características, pero está capacitado para hacer su trabajo. Además está muy bien mantenido por la Armada, que hace un gran esfuerzo para mantener operativa su flota con los presupuestos con los que cuenta”, explicó el comandante del barco.

“El trabajo” del P-114 es patrullar las aguas costeras que van desde la frontera del Tarajal hasta la de Benzú y El Perejil. Su tripulación se mantiene ojo avizor frente a la astucia de los narcotraficantes o la llegada de inmigración irregular, además de asumir funciones en materia de apoyo a la flota pesquera y vigilancia del tráfico de mercancías y marino en general.

El patrullero también ejerció un activo papel cuando brotó el conflicto con Marruecos acerca de la sobería de la Isla del Perejil.

“Las limitaciones” a las que se refería el comandante se refieren a la navegación cuando la mar se sitúa por encima de las posibilidades de maniobrar del barco. En todo caso, tiene capacidad para custodiar toda la zona aledaña a la ciudad autónoma mediante salidas aleatorias para evitar que su actuación sea fácilmente descifrable por quienes intentan delinquir en las costas ceutíes.

Un regalo de destino

Una vez en la cubierta, se accede a través de un pequeño habitáculo hasta el puente de mando. Escaleras abajo se alojan dos austeros camarotes, uno para el comandante con el típico baño de yate. Otro para la marinería donde duerme alguna vez el tripulante que se queda de guardia.

Las patrullas del P-114 por aguas de Ceuta no suelen durar más de cuatro horas salvo que tenga que dirigirse a Tarifa o Algeciras. “Es un destino muy relajado, aunque el patrullero requiere de un mantenimiento constante porque el salitre corroe bastante el casco de poliéster y fibra de vidrio”, apunta el marinero Andrés Gerardo Macrina.

Y, sobre todo, precisan mucha atención los dos motores propulsores Baudouin-Interdiesel, una cualidad que facilita la maniobrabilidad de la pequeña nave.

En la proa, la ametralladora Browning 12,7 m/m. no ha debido ser, afortunadamente, utilizada jamás. Y lo mismo cabe decir del resto del armamento que porta el patrullero. Una lancha neumática para situaciones de emergencia o acercamientos a la costa en aguas de fondos rocosos, junto con la cubierta superior, desde la que también se puede manejar el puente de mando, completan la dotación y la fisonomía del histórico patrullero.

“Desde el panel de mando se controla principalmente los motoros, sus revoluciones, la temperatura del agua y el aceite”, explicó a EL PUEBLO el marinero Macrina. Otros elementos que se controlan desde el puente son las luces de navegación, el fondeo o la alarma. Por último, el sondeador avisa a la embarcación si se está aproximando demasiado a la costa y a fondos rocosos, pues la nave cala a metro y medio de profundidad.

“Sólo disponemos de 75 metros de ancla para fondear. Es decir, que no podemos hacerlo en aguas excesivamente profundas”, prosiguió Macrina.

El buque fue construido en Arenas de Mar (Barcelona) por la empresa ARESA en el año 1979 y entregado a la Armada el 26 de octubre del mismo año. La autonomía es de unas 420 millas a velocidad de crucero.

Como ya se ha apuntado, para auxilio en las misiones encomendadas a estos patrulleros de vigilancia costera se dispone de una embarcación neumática, que está provista de un motor fueraborda de 20 caballos, que se arría e iza por medio de dos pescantes instalados en popa.

El P-114 cumple, por tanto, con honor y eficacia sus treinta años de vida y sus quince en aguas de Ceuta, con una tripulación que otea desde la cubierta el horizonte marítimo de la ciudad autónoma y hace posible que los trabajadores de la mar puedan desarrollar su labor con el menor riesgo posible, las mafias que trafican con personas y drogas se sientan menos cómodas a la hora de perpetrar sus fechorías y los ciudadanos ceutíes se encuentren seguros frente a una eventual amenaza externa.
 

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