PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 27 DE OCTUBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

La pulpada
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Raimundo Amador me llamó un día para invitarme a una de las programadas celebraciones que tiene el Centro Gallego de Ceuta. Y le dije que sí. Y también dije en este espacio que me lo había pasado muy bien. Desde entonces, el secretario general del centro ha seguido acordándose de mí, cada vez que hay un acto.

La semana pasada, RA me recordó que el sábado 24 tocaba dar buena cuenta de una pulpada en la plaza de Santiago. Servida por el Restaurante del Centro. Y que esperaba mi presencia. En esta ocasión, no le prometí mi asistencia. Porque los sábados, salvo fuerza mayor, suelo quedarme en mi casa.

Mas, llegado el momento, decidí compartir un rato de alegría junto a una persona cuya bondad es una dote de su carácter. La que le hace disfrutar a Raimundo lo indecible en cuanto tiene la oportunidad de convertirse en animador de las fiestas organizadas por el Centro Gallego.

A Raimundo le encanta verse rodeado de personas ávidas de divertirse. De pasarlo bien durante unas horas. Y, ni corto ni perezoso, asume la responsabilidad de que los socios e invitados a cualesquiera de las cuchipandas, se acomoden lo mejor posible y nadie se sienta fuera de lugar.

El secretario del Centro gallego es consciente de que se echa sobre sus espaldas unas obligaciones que a veces le exigen demasiadas intervenciones y éstas ponen a prueba su capacidad organizativa y, sobre todo, su serenidad para ir resolviendo situaciones incómodas.

El sábado pasado, por ejemplo, Raimundo se percató muy pronto de que me había sentado en sitio donde yo podría haber terminado bostezando a tumba abierta. Causa por la cual me habría dado el piro de la fiesta, en cuanto se me hubiera presentado la ocasión. Y, rápido de reflejos, me cambió de lugar. Y acertó plenamente.

Y lo hizo, aprovechando que la asistencia de comensales había sido alta -180 estuvieron comiendo pulpo a la gallega-, colocando una mesa extra a la cual se sentaron tres matrimonios. Los compuestos por Benjamín Álvarez y Loli Vivas; Jesús Palop y María Luisa Ares Ríos; y Juan Penedo de León con Elvira.

Ni que decir tiene que la conversación nos mantuvo alerta en todo momento. La risa afloró bien pronto. Y nos cundieron las anécdotas. Repasamos, por encima y como quien no quiere la cosa, la actualidad local y opinamos sobre gustos literarios y otros asuntos. Así que me llevé una gratísima impresión de Loli Vivas, con la que nunca había charlado; de la misma manera que disfruté de la conversación de María Luisa Ares y de Jesús, su marido, con quienes tampoco nunca antes había hablado. Y asimismo tuve la suerte de conocer a Elvira, la mujer de Penedo, funcionario de la Delegación del Gobierno. Todo ello, bajo la atenta mirada de mi estimado Benjamín, que está viviendo el cargo de gerente del ICD como niño a quien le regalan el primer balón de su vida.

Lo cual sucedió bajo la mirada atenta de Raimundo Amador, que se pasó todo el tiempo yendo de un sitio para otro con el único objetivo de controlar la situación. Al final nos deleitó otra vez haciendo de sumo sacerdote del rito de la Queimada. Y es que este hombre se supera cada día recitando el conjuro.

Antes de abandonar la plaza de Santiago, con el consiguiente regocijo, saludé a Rogelio Martínez Vázquez. Presidente de la cosa.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto