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OPINIÓN - MARTES, 3 DE NOVIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Dos negros nubarrones
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

Cuando El Sr. Ministro de Educación hizo una llamada a los distintos sectores de nuestra sociedad, para poner en marcha el llamado “Pacto Educativo”, mostré mis dudas para que se llevara a efecto, es decir, radicalmente escéptico. Con el transcurrir del tiempo parece ser que mi vaticinio se va a cumplir.

Dos hechos de especial relevancia han sucedido en los últimos días, que para aquellos que creyeran en su posible pacto educativo, sus esperanzas se vinieran abajo. El primero de ellos, la necesaria autoridad del maestro y el segundo, el debate sobre la posibilidad de ampliar la enseñanza obligatoria hasta los dieciocho años.

Sobre el primero de los hechos, el Pleno del Congreso de los Diputados rechazó el día 27 de los corrientes, una proposición de ley del Grupo Popular para que los docentes sean considerados “autoridad pública”. El Texto en cuestión proponía que las agresiones contra los enseñantes pudieran ser tipificadas como delitos de atentado con el correspondiente agravamiento de las penas.

Pese a las declaraciones del Sr. Ministro, reiterando su apoyo al profesorado y asegurando que el deseado “Pacto por la Educación” progresa adecuadamente, gracias a la “voluntad” de los diversos grupos parlamentarios.

Y no es baladí empezar a tomar medidas concretas frente a la indisciplina y la violencia escolar que convierte en un auténtico infierno en el día a día de muchos docentes españoles.

Es hora de hacer frente a un problema muy grave, que se complica todavía más, cuando los padres apoyan a sus hijos o se convierten ellos mismos en agresores.

Las buenas palabras no son suficientes, porque el tiempo pasa, y las circunstancias políticas hacen cada vez más difícil suponer que llegue a producirse, en la práctica, ese pacto que reclama con urgencia la comunidad escolar.

Al día de hoy, nadie pone freno a una agresividad verbal y física que atemoriza a los profesores y transmite a los adolescentes el mensaje muy negativo de que la sociedad es vulnerable ante sus chantajes y amenazas.

Al margen de la aritmética parlamentaria, el compromiso de unos y otros es atender estas reivindicaciones justas y legítimas que apuntan a uno de los problemas capitales de la enseñanza en nuestro país. Sin respeto no hay democracia posible, y ya es hora de que la escuela transmita con todo rigor hábitos razonables para la convivencia.

Se registraron 149 votos a favor y 189 en contra, con dos abstenciones. Lógicamente en este grupo se encontraba el partido en el Gobierno, que junto con CIU y otros partidos, argumentaron que el tema de la “autoridad del profesor”, debe ser debatido en el marco de una Pacto del Estado, por lo que en este momento, “no tiene sentido hacer modificaciones parciales de la LOE, representando para los impulsadores de la Ley, una “ocasión perdida” y un negro precedente para el Pacto de Estado.

Y el segundo, el debate sobre la posibilidad de ampliar la enseñanza obligatoria hasta los diez años, luego hasta los catorce, luego hasta los dieciséis, y ahora, dicen hasta los dieciocho.

Para mi modo de ver esta ampliación, nos conduciría a un mayor fracaso, a cosechar mayores abandonos escolares.

Conviene tener presente que la vigente Ley Orgánica de la Educación (LOE) determina que la “enseñanza básica comprende diez años de escolaridad y se desarrolla de forma regular entre los seis y los dieciséis años. Y añade la citada Ley: “Los alumnos tendrán derecho a permanecer en régimen ordinario cursando la enseñanza básica hasta los dieciocho años, cumplidos en el año en que finalice el curso”, en las condiciones legalmente establecidas.

El Bachillerato se estructura como un nivel postobligatorio, al que podrán acceder los alumnos con el título de Graduados en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). La LOE permite permanecer cursando este nivel cuatro años.

La Formación profesional es también un nivel postobligatorio integrado por ciclos formativos de Grado Medio y Superior. Como norma general, el Medio se accede con el título de la ESO y al superior desde el Bachillerato.

Nuestro ministro se ha “inspirado” en Portugal, que, junto a algunos estados alemanes son los únicos donde la Enseñanza obligatoria llega hasta la mayoría de edad. En el Reino Unido se ampliará en 2013 y en el resto llega hasta los 14-16 años.

Pero, nuestra referencia lusitana no es como para tomarla como espejo, ya que el abandono prematuro asciende al 56% del alumnado. Sólo cuatro de cada diez estudiantes de enseñanza obligatoria continúan algunos de los niveles postobligatorios.

Algunos profesores de Educación Secundaria y Bachillerato consideran que “hay poca motivación y es mejor potenciar la Formación Profesional para los alumnos que no quieren estudiar. Hasta los 16 años está bien la educación obligatoria, pero aumentarla implicaría tener una “guardería”. No aprovecharían el tiempo”.
 

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